Entro a la habitación donde tienes a Alai, tomo una silla y la coloco al lado de su cama. Luego, tomo su mano. Al tomar su mano, veo el vendaje en sus muñecas y un escalofrío se apodera de mí. Alai está fría y muy pálida, conectada a unas máquinas que hacen ruido.No soporto verla así. Dios, todo esto es culpa mía. Debió haberla escuchado, pero mi orgullo fue más fuerte. La pobre estaba pasando por un momento duro y no la escuché.-Ángel, por favor, levántate. Déjame ver esos preciosos ojos que tienes y escuchar tu melodiosa voz. Perdóname por ser tan idiota. Juro que saldremos de esta juntos. Yo te ayudaré y estaré siempre para ti. Pero no me dejes, te necesito más que a nadie en el mundo - apenas me doy cuenta de que una lágrima cae por mi mejilla - Te amo.-También te amo, Max - mi corazón se detiene al escuchar su voz, está débil pero la escuché - Max, estoy muy mareada - me paro rápidamente y llamo al médico.-Buenas tardes, Alai. Soy el Dr. López, la voy a revisar - el doctor re
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