Al llegar al hospital, el médico me revisa y me hace exámenes. Nos dijo que tenía una fisura en la costilla, pero que no era grave; solo debía guardar reposo por unos días. Max, como buen novio, sugirió que me fuera a su casa mientras me recuperaba, y yo acepté encantada.Al llegar, me deposita en la cama y se acomoda a mi lado.—Alai, casi muero del susto —digo tomando su mano.—Hey, no fue nada, ya estoy mejor —responde él con una sonrisa para tranquilizarme, hasta que escuchamos cómo se abre la puerta. Palidezco al ver quién es Matías.—Alai, ¿qué haces aquí?—Tú, ¿qué haces aquí, Matías? ¿Cómo entras así? —responde Max.—Vine a saludarte, pero veo que estás ocupado con esta...—No sabía que tenías novia, Maxi, y mucho menos que fuera ella —me mira a mí y luego vuelve su mirada hacia mí, haciendo que me encoja de hombros.—¿Por qué hablas así? ¿Acaso tienes algún problema con que tenga novia?—No pensé que te gustaran las zorras —suelta Matías, haciendo que me sorprenda.—¡No le fal
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