I Ya era muy noche cuando Diana y Cardozo salieron de la sandwichería. Antes, sin embargo, ella acabó de contarle su historia con el bandido. Resulta que, meses después de sacarse de encima al casado, festejó su cumpleaños en un bar del centro de la ciudad. De esos en donde no se puede hablar, porque la música está demasiado fuerte. Tampoco se puede bailar, porque hay demasiada gente. Y de la bebida mejor ni hablemos; vino barato a precio caro. A Diana nunca le convenció el plan, pero sus amigas lograron convencerla tras prometerle que la acompañarían luego a uno de esos conciertos de música rara que a ella tanto le gustaban. No aguantó ni una hora en el recinto, no obstante, y aprovechó una ida al baño para salir a esc
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