CAPÍTULO III

I

La pareja que Diana y Cardozo tenían frente a sí, presumía contar con más de cincuenta años de casados.

Y por poco se nos iba el tren, aseguró la mujer. Dejando entre ver que se pusieron de esposos ya un tanto grandes.

Tomando en consideración los tiempos y las costumbres de aquél lugar en el que si una señorita se casaba a los diecinueve era bastante joven, pero si rebasaba los veinte y seguía viviendo en casa de sus padres comenzaba a tomar percha de quedada, podemos deducir que la pareja andaba entre los setenta y los ochenta años de edad.

Ambos portaban con orgullo la mirada típica del adulto mayor. Esa que parece anhelar un pasado medio vivido y muy recordado, porque así es la vida. Los suf

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