I Tenía por fin un sueño profundo. Uno de esos que no tenía en meses desde que iniciaron las fuertes jaquecas.Sentía la brisa helada colarse por bajo de la manta, enfriando mis pies, entumeciendolos.Un silbido por lo bajo se escuchaba al fondo. Y entonces, cuando estaba en mi mejor momento, sucedió.La lámpara que acostumbro a colocar cerca de la mesita de noche que está a escasos centímetros de la ventana, sonó. Pero no como de costumbre, esta noche no.Se quebró.
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