Escucho el sonido de mi despertador que me indica que ya es hora de levantarme; son las 7:30 am y tengo clase a las 9, así que tengo tiempo. Salto de la cama y me meto a la ducha, tardando 10 minutos. Cuando salgo, busco algo que ponerme en el armario y cuando lo encuentro, comienzo a vestirme. Cuando ya estoy lista, bajo a desayunar. - ¡Qué hermosa estás! - Paolo me sobresalta al sentirlo por detrás. - Paolo, Dios, casi me matas de un susto. - Lo siento - veo una leve sonrisa y este me indica que me siente. - Come para que tengas energía - yo asiento y comienzo a comer. - Mia, tengo que decirte algo - lo miro con atención. - Vas a tener a dos guardaespaldas. - ¿Qué? ¡No, Paolo, ni loca! No quiero tener a dos gorilas siempre conmigo. - Mia, es por tu bien y además ellos van a mantener una distancia. Por favor, Mia, colabora con esto, ¿sí? - En ese momento me acuerdo de la amenaza que hay con los rusos. - Está bien, pero que mantengan su distancia. - Perfecto, ven a conocerlo
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