III. Hikaru
Pasaban de las doce del mediodía, Hikaru apenas estaba levantándose completamente desnudo, de su cómoda cama. Se estiró y abrió las cortinas de par en par, se asomó a través de la ventana de su habitación en su lujoso apartamento, desde el que podía contemplar el constante ajetreo en la exclusiva zona comercial de Omotesando Hills.—Deberías venir, y recostarte de nuevo, Hikaru-chan—dijo, en tono seductor, un muchacho de blanca piel, estructura atlética y músculos marcados, de cabello corto teñido de negro azabache, haciendo a un lado la sábana que cubría la parte baja de su cuerpo; dejando a la vista la poderosa erección que tenía—; te aseguro que aquí va a ponerse mejor… Hikaru giró la cabeza para mirarle, aquella pose le hizo sonreír. Se relamió los labios; y comenzó a avanzar hacia él de f
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