Cuando Lían salió de su habitación al día siguiente se llevó la sorpresa de encontrar varios papeles cuadrados pequeños pegados en la puerta. Muchos de ellos contenían frases como: "Gracias" "Eres un buen hermano". Sofía, quien siempre despertaba temprano, se colocó en el inicio de la escalera para observar cómo daba lectura a cada una de las notas plegables. Lían casi nunca tenía expresiones en el rostro, mucho menos esbozaba una sonrisa tan fácil. La mayoría de gente que lograba conocerlo decía a menudo que era un hombre demasiado serio, otros comentarios malintencionados manifestaban que no tenía sentimientos o que de no ser por el parecido físico con su padre, no hubiese sido posible reconocerlo como hijo. Liam tenía el carácter de un ángel terrenal, to
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