Cuando Lían salió de su habitación al día siguiente se llevó la sorpresa de encontrar varios papeles cuadrados pequeños pegados en la puerta. Muchos de ellos contenían frases como: "Gracias" "Eres un buen hermano". Sofía, quien siempre despertaba temprano, se colocó en el inicio de la escalera para observar cómo daba lectura a cada una de las notas plegables.
Lían casi nunca tenía expresiones en el rostro, mucho menos esbozaba una sonrisa tan fácil. La mayoría de gente que lograba conocerlo decía a menudo que era un hombre demasiado serio, otros comentarios malintencionados manifestaban que no tenía sentimientos o que de no ser por el parecido físico con su padre, no hubiese sido posible reconocerlo como hijo. Liam tenía el carácter de un ángel terrenal, to
Caroline, la secretaria personal de Drew, no supo bien cómo manejar la situación. Emily había aparecido de repente para untar de café y panecillos en la cara y pecho de Violeta, la recepcionista auxiliar. Como era de esperarse, la reacción de la mujer no fue nada pacienciosa.–¡¿Qué demonios te pasa estupida?! ¡¿Acaso te conozco?! ¡¿Quién demonios te crees?!Los gritos llamaron la atención de casi todo el piso, haciendo que varias personas sacaran las cabezas de sus cubículos o espacios para enterarse. Caroline intentaba sin éxito alguno, decirle mediante gestos que parara de insultarla o que al menos se midiera con sus ofensas.–¡Qué pena! Te he manchado un poquito.
–Esa propuesta ya no sigue en pié. –Murmuró Drew con amargura, evitando mirarla– Te la hice cuando estaba seguro de que quería tomarte en serio, ahora me doy cuenta que no eres más que una mentirosa y yo llevo todas las de perder.Emily respiró hondo. Contuvo sus rabietas internas y se acercó a él empezando a dejar que sus ojos acuosos la ayudaran a convencerlo, si tenía que recurrir al llanto para convencerlo no había de otra.–Tú estuviste ayer. Tu lo sabes todo. –Se aproximó a él con las manos todavía viscosas y el rostro desencajado. Drew tuvo que observarla bien para creer que empezaba a llorar– Semanas antes de salir del internado tuve la visita de mamá. Venía muy contenta diciendo que había encont
Lían la miró en cuanto ingresó a la oficina. No se molestó en disimular, tampoco en apartarse del lado de su amiga. Fue la castaña quien sonrió y saludó con la mano algo mustia, dandole una idea de lo feas que se iban a poner las cosas en breves instantes .–Que bueno que llegaste. –Su hermano tomó la palabra sin siquiera dar un solo movimiento de bienvenida– Justo a tiempo para explicarme por qué Sofía dice que te conoció cuando llegó a casa.–¿Cuando llegó a casa? ¿Qué?. No, seguro debe haberse confundido. A veces eres muy intimidante, probablemente se puso nerviosa en cuanto te lo contó. Yo la conozco desde el internado, llevamos juntas unas…–Ah&o
Los dos hermanos Lee volvieron a verse el jueves por la noche en uno de sus bares favoritos. Sebastían esperaba sus relatos como si fuesen el nuevo capítulo de una sintonizada radio novela. Lo escuchaba atento y asentía cuando era necesario, haciéndolo sospechar que la vida de un abogado era un tanto aburrida. Esperaba que no lo tratara como a uno de sus clientes.–¿Todo eso pasó en menos de una semana? –La incredulidad y sorpresa de su hermana mayor fue un poco graciosa.– Caray, esta familia que te has conseguido es poco convencional. La vida de los ricos es tan complicada.–Eso parece. Por el momento Emily y yo planeamos contarle sobre lo nuestro a su padre luego de la celebración por la construcción del centro comercial. Es el primer contrato en el que el tonto
El viernes al mediodía, Drew, Emily y Sofía se acomodaron en una mesa del popular restaurant Sushi Takami. A la morena le encantaba comer comidas de diferentes proveniencias del mundo. Todo lo contrario a Sofía, quien apenas había salido de su pequeño pueblo en dieciocho años y el platillo más caro que había llegado hasta su paladar era una sopa extraña hecha por unos de los patrones de la casa en la que trabajaba haciendo limpieza.La pareja pasó varios minutos intentando enseñarle cómo usar los palillos mientras esperaban a que Sebastían llegara. Pese a que no captó muy bien las indicaciones, se sintió muy aliviada al saber que a ninguno le importaba la forma en que comiera mientras se alimentara y quedara satisfecha. Pequeño gesto que agradeció desde el fondo de su cor
Lían estaba reunido con la secretaria general del área de presupuesto cuando llegó a la puerta de su oficina. O eso más o menos le dijo el amable Harvey, su secretario. Sofía se sentó a esperar el momento oportuno en el que se pudiera anunciar su llegada.–¿Se van a demorar mucho? Emily me ha dicho que me va a estar esperando. –Preguntó al tipo con confianza. Le era más fácil hablar con empleados que con gente tan importante llena de dinero. Al menos con los simples trabajadores se sentía más familiarizada. Ella misma había sido contratada por otras personas antes––No lo creo, generalmente las reuniones con chicas no duran mucho para el joven Dunhee. No le agrada quedarse a solas con las damas de esta empresa. Liam y Emily no volvieron a hablar tras el escándalo con su madre. A ella tampoco le sorprendió que su padre no hiciera ni siquiera el mínimo intento por acercarse a solucionar las cosas.El día de la tan ansiada celebración por el primer contrato firmado para la construcción de un centro comercial en alianza con la empresa de Henry Hammil había llegado. Inicialmente se planteó la idea de ausentarse a modo de protesta. Sin embargo, recordó luego que Drew estaría ahí, encontrando más atractiva la opción de asistir para volverlo loco.Obligó a Sofía a buscar los vestidos más provocativos de toda la tienda, ir a la peluquería por un nuevo cambio de look y maquillaje, además de hacer una breve pasada por la joyería. Capítulo 50: Vestido rojo de terciopelo
Liam se llevó la mano a la frente en símbolo de dolor de cabeza cuando algunos hombres de seguridad le contaron el incidente entre Henry Hammil y su hija. Muchos invitados podían empezar a intuir que quizá la relación entre ambas familias socias no era tan buena. ¿Hasta cuando le iba a durar la etapa de rebeldía?Emily no contenta con echarle la bebida en la cara, antes de retirarse le dio un manotazo en el brazo con el que sostenía su copa, provocando que se le cayera al suelo.–Jugaste mal al creer que soy una simple chiquilla salida del internado. No vuelvas a fastidiarme o haré cosas peores.Advirtió antes de abandonar la escena con elegancia y dirigirse a la terraza. En donde curiosamente la esperaba Drew, recostado de espaldas so