Liam se llevó la mano a la frente en símbolo de dolor de cabeza cuando algunos hombres de seguridad le contaron el incidente entre Henry Hammil y su hija. Muchos invitados podían empezar a intuir que quizá la relación entre ambas familias socias no era tan buena. ¿Hasta cuando le iba a durar la etapa de rebeldía?
Emily no contenta con echarle la bebida en la cara, antes de retirarse le dio un manotazo en el brazo con el que sostenía su copa, provocando que se le cayera al suelo.
–Jugaste mal al creer que soy una simple chiquilla salida del internado. No vuelvas a fastidiarme o haré cosas peores.
Advirtió antes de abandonar la escena con elegancia y dirigirse a la terraza. En donde curiosamente la esperaba Drew, recostado de espaldas so
Por lo menos ahora tenía el consuelo de que ya no se tenían que esconder de nadie. Esa misma noche le dirían a Liam sobre lo que tenía y quedaría exento de toda culpa. Incluso si a su hijo no le agradaba la idea.–¡Lían me asustaste! ¿Qué sucede contigo? –Preguntó Emily tocándose el pecho para calmar a su frenético corazón por el susto.––¿Es que no te cansas de cagarla Emily? Primero te comportas como una berrinchuda con Henry Hammil y ahora ¿Qué? ¡¿Quieres tirarte a Drew?! –Los ojos de Sofía se abrieron conmocionados. No tenía mucho conocimiento de algunas palabras, pero conocía de sobra las groserías.––Pues, para qu
Drew se negó a dejar que los hombres de seguridad transportaran a su jefe al interior de la casa, creyendo que quizá ellos no lo tratarían con el mismo respeto y gentileza que sus propios hijos, aunque ninguno de los dos pareciera querer mover un dedo por él. Emily suspiró aburrida tras varias miradas reprobatorias por parte de Drew y lo ayudó, mostrándole el camino hasta su habitación para que las mujeres de servicio se encargaran de acomodarlo en la cama y acostarlo como se debía.Tras mirar su reloj confirmó que todavía era la una y treinta de la mañana, lo que le daba tiempo de regresar al salón por su auto e ir a casa. Lamentablemente el intento por contarle a Liam lo que tenían había fallado, nadie se imaginaba siquiera que el hombre se emborrachara en plena celebración y tuviera que
–¿Bueno?Emily despertó cerca de las diez de la mañana. Despeinada y toda revuelta en la cama. Había alcanzado a quitarse el vestido, los zapatos y las joyas pero no a desmaquillarse. La canción de tono de llamada de su celular la despertó. Alcanzó a contestar todavía somnolienta.–¿Qué se supone que hace la pueblerina de Sofía con mi hermoso Lían?–¿Qué? ¿Quién habla?–¡Habla Helena, tonta! ¿Quién más?–Ah, hola Helena. Lo siento, acabo de despertar… –Su amiga la interrumpió, dejándole saber lo indignada que estaba
Liam Dunhee faltó los siguientes cuatro días a trabajar. Era extraño verlo ausente por tanto tiempo pero le había asegurado por teléfono que simplemente quería descansar un poco antes de volverse a poner manos a la obra.Drew creyó que era lo justo, después de todo según sabía Liam le había entregado su vida a esa empresa, hasta el punto de romper su matrimonio por ella. Tampoco había querido fastidiar su único descanso tras tanto tiempo, por lo que le había pedido a Emily hablar sobre lo suyo con él cuando volviera a la oficina. Tuvo que convencerla con todo lo que pudo para ello, arreglándoselas para que aceptara a regañadientes la propuesta.–¿Siempre es así de aburrida la vida de oficina?&nb
–¡Vaya! –Exclamó Marceline ironica– Lo que faltaba... ¿Por qué ni siquiera fuiste lo suficientemente capaz de decirme a la cara que ya no te gustaba? Teníamos tres años de relación, Drew. Tres años.–Ah, qué pérdida de tiempo, tenías tres años y ni así pudiste retenerlo. –Bramó Emily metiendo leña al fuego.––Te dije que ya no sentía lo mismo por ti, me hubiese gustado explicarte un poco más pero cortaste la videollamada. No quería hacerlo de esa forma, sé que es muy cabrón que te corten una relación y no sea cara a cara, pero no me diste otra opción. Te fuiste de viaje de la noche a la mañana y aplazabas tu llegada cada semana. Cuando Sofía y Sebastían terminaron de comer, se dirigieron a la puerta del restaurante mientras continuaban conversando de cosas amenas que incluso les arrebataron una pequeña risa en ciertas ocasiones.–¿Quieres que te lleve a casa o de regreso a la empresa? –Su auto estaba estacionado en la corporación Dunhee así que de todas formas tendrían que volver al lugar. ––Creo que iré a casa. Aunque no sé si Emily siga en la oficina de Drew. ¿Crees que sea buena idea llamarla?–Sería lo más conveniente. Podrías preguntarle…La mano de Lían Dunhee rodeó la muñeca de Sofía apareciendo de repente. Ambos le clavarCapítulo 57: No somos amigos
Helena no sabía qué sentir. Por un lado se encontraba incómoda y recelosa por haber visto llegar a Lían tomando a su hermanastra del brazo, pero por otra parte estaba contenta. Era evidente que el hermano de Emily llegó hasta casa más que enfadado y en particular con ella, quien tras darse cuenta de su presencia subió de inmediato a encerrarse a la habitación en la que se estaba quedando.Emily se apresuró a darle explicaciones que no escuchó debido a su poca concentración en oírla. Observó que Lían se dirigió a una de las oficinas tras el pasillo cercano y pidió ir al baño para librarse de la vigilancia de su mejor amiga.Sacó provecho de la situación y en lugar de dirigirse a los servicios higiénicos se las arregl&o
–¿Por qué no me dijiste que Lían Dunhee está interesado en Sofía? –Preguntó Sebastían mientras dejaba bolsas de comida recién comprada sobre la mesa de la cocina.––¿Lían? Espera… ¿Estás hablando de Lían Dunhee? –Drew dejó los planos que tenía en las manos sobre la mesa de trabajo y alcanzó a mirarlo confundido.––Sí, eso dije. Lían Dunhee. –Aclaró siendo muy evidente.– Hoy apareció cuando estaba a punto de llevar a Sofía a casa después de haberla invitado a cenar. Ni siquiera fue capaz de explicar qué hacía ahí, simplemente dijo que se la llevaría de vuelta. Es obvio que le gusta, me quedé ah&ia