Me despierto sonriendo con el sonido de la lluvia que afuera cae, amo ese sonido. Para un domingo sin compromisos es perfecta, porque sólo debo quedarme en casa. Por primera vez en muchos días, me despierto antes que Juan. Se ve tan despreocupado, como si ya tuviera resuelta toda nuestra vida juntos, como si no tuviéramos nada qué temer.Necesito ir al baño, así que trato de levantarme sin molestarlo. Al terminar, me miro al espejo y me veo diferente. Cada vez me alejo más de esa Danna que tenía todo resuelto, que no tenía problemas y que la vida le sonreía cada minuto. Que equivocada estaba entonces.Al salir, Juan sigue durmiendo. Me voy a la cocina, porque tengo hambre. Eso es algo con lo que tengo que vivir y acostumbrarme estos meses, pensar que muchas veces sobreviví sólo con el almuerzo y ahora no soy capaz de pasar más de tres horas sin echarme algo al estómago.
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