Óscar
(Hace 7 años)
Este día es muy importante para mí, al fin haré a Isabel mi mujer. Es una mujer bella, que sabe lo que quiere y me apoya en las ambiciones que tengo en mi carrera.
Estoy recién iniciando mi trabajo, pero aún no he decidido si seguir en casos de familia o irme al área penal. No es que me emocione un área u otra, pero si lo pongo en una balanza, no tengo intenciones de representar a un delincuente.
Estamos en el hotel donde será la boda, mi hermano será mi padrino y eso me tiene muy feliz. Llegó de Argentina hace dos meses, sólo para acompañarme. A pesar de que sólo compartimos el mismo padre, nos amamos mucho. Él siempre será mi hermanito.
Cuando ya falta media hora para hacerla mi mujer, surge un problema con la orquesta. Uno de los músicos se siente mal. Al violinista le duele la cabeza, tiene un aspecto terrible, recuerdo que Isabel siempre tiene pastillas para eso, así que voy a buscarla.
Veo a sus damas de honor esperando el ascensor, pero ella no se ve. Me voy directo a su habitación, sin que me vean o les dará un infarto, porque tienen esa superstición de que el novio no puede ver a la novia vestida para la ocasión.
Al acercarme a la puerta, escucho ruidos extraños. Algo me dice que me vaya, pero entro porque puede estar mal. Cuando estoy adentro, la veo a ella, bajo mi hermanito, teniendo sexo 30 minutos antes de nuestra boda. Ni siquiera se dan cuenta de que estoy ahí hasta que agarro del traje a mi hermano y lo tiro al otro extremo de la habitación.
Isabel grita horrorizada, mientras me voy encima de él y le doy un puñetazo en la cara, y otro, y otro más. Ella me tira una jarra de agua para que lo deje. Pero eso sólo me enfurece más. Él no se defiende, sólo trata de cubrirse, pero no lo consigue.
De pronto, entra un encargado del hotel y me separa. Al ver a Isabel lanzarse sobre mi hermano, mi padrino de boda… Yo sólo sé que me tengo que ir de ahí.
Salgo, bajo por las escaleras y me voy vestido de novio, sin mirar atrás. Nadie me sigue, mi teléfono en el bolsillo izquierdo no suena. Nadie sabe que ya no iré a una boda, mi propia boda.
Me subo al auto y conduzco rápido, porque quiero estrellarme de una vez, morir para no tener que sentir este dolor. La amaba, los amaba a los dos, cómo pudieron hacerme esto. Siento que mi corazón se ha roto en mil pedazos, que nada ni nadie podrá repararlo.
Ella era la mujer de mi vida y ese mocoso me la arrebató. Vino sólo para quitarme la mujer que sería mi esposa. Los maldigo, malditos sean los dos.
Diez minutos después de haber dejado el hotel, veo el llamado de mi padre. Le corto, sé que me odia por esto, porque lo he dejado mal frente a sus amistades. Pero ellos no me interesan, sólo sé que me he quedado solo.
(Hoy)
Algo me hace sospechar que Danna está con Juan. Cada vez que la llamo me evade para vernos o está con él. Como sea, estoy dispuesto a ser su amigo, necesito estar cerca de ella. No quiero dejarla ir, aunque esté con otro. El sonido de su voz me calma completamente, quisiera tenerla en frente y besarla como aquella vez, para ya no dejarla ir, detenerla con un abrazo y quedarnos así para siempre.
No creí que volvería a amar a una mujer de esta manera tan estúpida, que incluso estando en estas circunstancias, sólo quiero verla feliz y tranquila, aunque no sea conmigo. Ella se ha convertido en mi nueva razón de ser.
Juan
Despertarme junto a ella cada mañana se ha convertido en lo mejor de mi vida. Después de ser tan miserable durante años por culpa de mi silencio, ella se ha encargado de ordenar todo mi caos, una vez más.
Lo primero que hice, luego de hacer el amor con ella, fue contarle que había hablado con Camila. No le gustó mucho, pero al final reconoció que su madre tiene la capacidad de poner sobre la balanza cada asunto de la vida, desde un pastel hasta una situación como la nuestra.
Cada mañana la he despertado con un beso, luego hacemos lo que ella quiera, comer, ducharnos, hacer el amor. Podría estar con ella todo el día así, haciéndole todo lo que ella siempre quiso, lo que yo siempre esperé.
Todos estos años le di todo lo que pude, hasta donde ella me permitió llegar. Al llegar a esta intimidad, no sé qué más podría hacer.
Podría darle mi casa, mi empresa (bueno, ya le daré la mitad en cuanto se divorcie), mi auto y, aun así, no me parece suficiente. Oh, Dios, ya no sé qué más puedo hacer para que sepa que la amo cada día más que el anterior. Me dice que no es necesario, porque sabe que estoy dispuesto a lo que sea por ella.
Esta mañana me he despertado unos minutos antes, me he quedado observando cómo duerme. A pesar de que muchas veces lo hice, incluso cuando estuvo aquí conmigo luego de terminar su relación, esta vez se ve diferente porque duerme a mi lado. La beso antes de que suene la alarma y me sonríe algo triste. Y eso es por mi viaje a Osorno.
Tengo una reunión con la empresa de lácteos y además visitaré las instalaciones, conoceré la gente que trabaja allí y revisaré la publicidad que ya han manejado. Pero Danna no ha querido acompañarme, porque debe supervisar algunos trabajos y porque insiste en que uno de los dos debe quedarse. Eso algo que tendré que solucionar, porque luego del trabajo de los lácteos y de iniciar toda la campaña de la Viña Martin, quiero llevarla a donde siempre ha querido ir.
Su sueño es visitar Grecia. Y yo se lo voy a cumplir.
Nos despedimos y me voy al aeropuerto. Me duele dejarla sola, no quiero apartarme de ella, pero sé que estaremos bien. Ambos sabemos que ya nada nos puede separar.
Han pasado tres semanas desde que Juan y yo estamos juntos. Han sido maravillosas, acabo de aprender lo que es tener una relación sana y que se preocupen por ti, que la entrega de tiempo sea mutua.Como era de esperarse, volví a la oficina. Me tocó hablar con Óscar y decirle que no iría con él a ese viaje, porque me había surgido un problema en el trabajo. Estaba muy decepcionado, pero entendió.Y, no sé por qué, aún no sabe que tengo una relación con Juan. Que va bien en serio, me
Veo la hora, son casi las nueve. Seguro encuentro alguna farmacia abierta aún, me pongo un abrigo, para disimular el pijama y tomo el auto. Afortunadamente encuentro una abierta, entro y la encargada me mira extraño, es cierto, llevo pijama. Le pido un test de embarazo y me pregunta cuál prefiero… como no sé, le digo que me los dé todos. Parezco loca, lo sé, pero en verdad no me lo creo.Cojo la bolsa y salgo casi corriendo. Cuando llego a casa me
Cuando terminamos con mi madre, nos despedimos y vamos a casa. Mi madre me pidió que evitara esfuerzos, malos ratos y manejar. Juan me miro y sonrío, le prometió que se aseguraría de que me cuidaría.Estoy tan cansada, no sé por qué me siento así, el día no estuvo tan ajetreado como otras veces y aun así estoy más agotada que esos días. No me doy cuenta cuando me duermo en el auto.De pronto, me despierto cuando Juan me está tomando en sus brazos para sacarme del auto. Me cu
-Adiós, imbécil – eso es todo lo que le digo, cuando voy a cortar, me habla -.-No cortes, Danna. Esto cambia todo, ¿sabes?-Nada cambia nada. No seas idiota – Juan me mira atento -. Si tienes algo que decir, hazlo a través de nuestros abogados.-Por supuesto que lo haré – y cuelga -. La mañana se me pasa volando, afortunadamente he estado ocupada con trabajo y eso me gusta. Me quito la chaqueta, porque ahora siento calor. Ha sido una ridiculez, la ciudad está muy fría, por supuesto tenemos calefacción en la oficina, pero yo salí muy abrigada.La chaqueta ha tenido una mañana agitada, me la saqué al entrar, luego me la puse porque abrí un poco la ventana y así varias veces más. Se supone que esos cambios de temperatura son normales, según mi madre, pero ya me tiene aburrida. -Pequeña, ¿te sientes bien?-Sí, es sólo que… – le dije a Óscar que no me gustan las mentiras. Si no le cuento, será mentira por omisión -. Óscar… me dijo que está enamorado de mí.-Mmm… eso ahora no importa. Estamos juntos y nos amamos – suspira -. Pero sé lo que está sintiendo. Ven.Me toma de la mano y5
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Mi madre se muestra muy contenta durante nuestro almuerzo. Juan ha preparado una ensalada de pasta y carne mongoliana, estoy que reviento porque me comí dos platos. Ella me mira y sonríe, probablemente no se esperaba verme tan contenta, pero en su mirada puedo notar que está preocupada por mí y por mi relación con Juan.Cuando terminamos, Juan se pone de pie y recoge los platos, me guiña un ojo cuando ve que yo también trato de ponerme de pie. Se va a la cocina a lavar los platos y cuando termina se para frente a nosotras.-Bueno, las dejo solas para que conversen todo lo que quieran – me besa la frente -. Estaré trabajando, si necesitan algo, envía un mensaje, porque estaré escuchando música.-Está bien, gracias.Y cuando se va me lleno de miedos. No tengo idea qué es lo que quiere decirme mi mamá. Espero que no resulte en pelea esta conversació
Me despierto sonriendo con el sonido de la lluvia que afuera cae, amo ese sonido. Para un domingo sin compromisos es perfecta, porque sólo debo quedarme en casa. Por primera vez en muchos días, me despierto antes que Juan. Se ve tan despreocupado, como si ya tuviera resuelta toda nuestra vida juntos, como si no tuviéramos nada qué temer.Necesito ir al baño, así que trato de levantarme sin molestarlo. Al terminar, me miro al espejo y me veo diferente. Cada vez me alejo más de esa Danna que tenía todo resuelto, que no tenía problemas y que la vida le sonreía cada minuto. Que equivocada estaba entonces.Al salir, Juan sigue durmiendo. Me voy a la cocina, porque tengo hambre. Eso es algo con lo que tengo que vivir y acostumbrarme estos meses, pensar que muchas veces sobreviví sólo con el almuerzo y ahora no soy capaz de pasar más de tres horas sin echarme algo al estómago.