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Todos los capítulos de A pesar del Sufrimiento: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1
Mi despertador personal entra como todos los días para hacerme la vida un infierno. —Despierta Diana, debes ir a trabajar —Mi hermana Vir, entra a mi habitación y me quita la sábana que cubre mi hermoso, sexy, escultural y sabroso cuerpo, estoy exagerando, hoy me pasé de ego, pero si no me levanta ella, nadie más lo hará. Me acurruco más y aprieto mi almohada, como si la vida dependiera de ello. —Cinco minutos más, por favor —imploro sin abrir mis ojos. —Si te quedas cinco minutos más no querrás despertar, y anoche te dije que no te quedaras más tiempo leyendo ese libro nuevo que compraste en descuento —hace un gesto tratando de recordar— ese, de esa autora que encontraste en W*****d. —He encontrado muchos libros —digo levantándome de un tirón y al hacerlo tan rápido, me mareo cayendo de nalgas justo al lado de la cama, golpeando mi espalda y mi ímpetu matutino—. ¡Auch! —me quejo. Ella rueda sus ojos, y se va sacudiendo sus manos. —Apresúrate o te dejaré —se detiene y se vuelve
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Capítulo 2
Las presentaciones estaban demás desde que vimos a Samuel salir del ascensor. Mariana, me hizo rodar los ojos cuando se toparon de manera accidental tirando unos documentos que llevaba en sus manos, y él la ayudó con una sonrisa digno de anuncio de pasta dental, juro que el tiempo casi se detuvo o más bien, pasó en cámara lenta cuando los dos tocaron sus manos al recoger las carpetas. Asco. —Voy al baño a vomitar —Valeria, se ríe de mi expresión al verme salir despabilada hacia el baño. —Las muestras de cariño no son lo tuyo —dice cuando llego de lavarme la cara. No, porque eres una amargada. Mi subconsciente aparece cuando menos me lo espero. —Tú sabes mejor que nadie que eso es una realidad. —¿Cuándo dejarás esa coraza? —¿Qué coraza? No sé de qué me hablas —La ignoro y doy gracias a Odín, que somos interrumpidas por la llamada de la secretaria de presidencia, llamada Sammy. —El señor Valentino las espera en su oficina —Nos informa Sammy. Tomamos el ascensor hacia el siguient
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Capítulo 3
Me remuevo al sentir que alguien toca mi pie, tomo mi sabana para cubrirme de pies a cabeza. —Levántate Diana. —Cinco minutos más —protesto al sentir que me quita la sábana de encima. —Diana, debemos trabajar, Virginia ya se fue y no quiero llegar tarde, hoy es importante para nosotros estar temprano. Compadezco a tu hermana por hacer esto todos los días. Valentino, se quedó conmigo acompañándome y me desperté en pijama. No, él no me cambió, lo hizo mi hermana, se quedó durmiendo conmigo porque me sentía muy mal, al final, si pude quedarme dormida. —¿Cómo conseguiste ese traje tan rápido? —Me desperezo. —Henry, el chofer de papá me lo trajo. —¡Genial! Ahora pensarán que su sueño se les cumplió y que tengo mal gusto en hombres. —bufo fingiendo molestia. Toma una almohada y me la lanza. —Ya quisieras, ve a bañarte con agua fría y maquíllate, te ves fatal. —Sí, señor Grey. —Me burlo, y él sale rumbo a la cocina. Me meto al baño y antes de meterme a la ducha miro mi reflejo en el
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Capítulo 4
Mi celular suena a las 4:30 am, y solo una persona es capaz de arriesgarse a hacerlo, sin temer que rompa de unas patadas su hombría.—¡Valentino, voy a asesinarte! —una carcajada ronca se escucha del otro lado de la línea.—Vamos a correr, apresúrate, llegamos en quince.—¡Maldito!Me levanto con todo el sueño del mundo, ¡oh! Morfeo, perdóname.Me pongo mi ropa deportiva, leggins negros con violeta, un sportbras a juego y una chaqueta, un conjunto completo y mis deportivos negros.Lo espero en la puerta de la casa, medito en la llamada que me hizo mi amigo acaso ¿dijo “llegamos” o solo fue mi imaginación? No le doy mucha importancia, seguro es por el sueño, pero eso se fue aclarando porque resulta que, cuando aparca el auto y me acerco, Fabrizio está sentado en el asiento del copiloto con llevando ropa deportiva.Así que ese era el “llegamos”.Fabrizio me ve de pies a cabeza descaradamente, llevo mi chaqueta abierta sin subir el cierre y puede ver mi abdomen descubierto, enarco una ce
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Capítulo 5
—Definitivamente yo, no voy a salir así. —miro con recelo mi reflejo en el espejo. —¿Por qué no? Se te mira un muy buen trasero. —Virginia me da una fuerte nalgada que hace que pegue un brinco. Y es que el vestido que me compró según ella de mi talla es demasiado ceñido y corto, sin mangas, por lo que se ve mi incompleto tatuaje en el hombro. —¿Cómo no se me va a ver? Si por gracia y obra de Dios, no se me mira el hígado y el páncreas con esta pequeña tela. —hago una mueca. —No le sigas poniendo peros y vámonos, o te irás en taxi. —me advierte. Bufo algo molesta y camino con mis tacones resonando por donde paso, me subo al auto y bajo un poco más el ajustado vestido. —Tú vas decente a como irán muchas, ya lo verás. Si claro, con este vestido me meten la mano y ya me ponen un hijo. Subimos al auto, arranca y el viaje es acompañado por la música de la radio, el viaje se nos hace corto al llegar estaciona el auto. Al bajarnos, mi hermana me da una palmada en las manos para que de
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Capítulo 6
A la mañana siguiente, camino a nuestro desfile hacia la esclavitud, con un dolor un poco agudo en mi estómago, esa punzada incómoda la reconozco desde hace un tiempo, pero como toda vieja terca, no quise decirle nada a mi hermana y así me vine a trabajar. —Buenos días, Chucky. —saluda Andrea. —Buenos días, pecas. —Se cruza de brazos con una expresión de extrañeza. —Oye Chucky, te ves un poco pálida ¿estás bien? —Creo que solo es indigestión, ya se me pasará. —barro mi mano en el aire para no darle importancia, aunque estoy consciente de que no es eso. Por motivos de estrés pasados, tuve problemas de alimentación y eso afectó mucho el hecho de que coma porquerías, como Virginia le llama. ¿Porquerías? Es una blasfemia. Me dirijo a mi lugar de trabajo y ahí está el Samuro ese, le hago mala cara antes de sentarme a organizar mi día. Sigo tecleando las nuevas órdenes, y organizando la distribución de las tiendas, no he podido concentrarme, el dolor se vuelve más fuerte de lo que pu
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Capítulo 7
Cuando llego a Fontaine, evito al señor presidente, pido a Sammy que le comunique que me iré unas horas, no le dije el motivo, en la carta escribí personal, no tiene por qué importarle que haré en mis horas de permiso libres.Samuel, lo sabe y le pedí discreción al respecto. Me dijo: no te preocupes, no le diré a nadie que vas al loquero, y sí, lo dijo en voz demasiado alta, no hice más que brindarle una mirada de desaprobación, este hombre es el más indiscreto que he conocido en mi vida.Estoy haciendo un drama con respecto a Valentino, lo sé, solo pedí que me acompañara con la psicóloga que nada le costaba, tal vez sí, pero ¡vamos! se supone que es mi amigo. Estoy consciente que la embarré toda de caca, pero me disculpé cuando lo llamé, solo que él no me escuchó…No escuchó porque te disculpaste cuando ya había colgado.En fin, llego al consultorio de la doctora Lara, psicológicamente me estoy preparando, me acuesto en el típico sillón de cuero y abro la boca para contestar sus pregu
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Capítulo 8
Cuando llego a Fontaine, evito al señor presidente, pido a Sammy que le comunique que me iré unas horas, no le dije el motivo, en la carta escribí personal, no tiene por qué importarle que haré en mis horas de permiso libres. Samuel, lo sabe y le pedí discreción al respecto. Me dijo: no te preocupes, no le diré a nadie que vas al loquero, y sí, lo dijo en voz demasiado alta, no hice más que brindarle una mirada de desaprobación, este hombre es el más indiscreto que he conocido en mi vida. Estoy haciendo un drama con respecto a Valentino, lo sé, solo pedí que me acompañara con la psicóloga que nada le costaba, tal vez sí, pero ¡vamos! se supone que es mi amigo. Estoy consciente que la embarré toda de caca, aun así, me disculpé cuando lo llamé, solo que él no me escuchó… No escuchó porque te disculpaste cuando ya había colgado. En fin, llego al consultorio de la doctora Lara, de forma mental me estoy preparando, me acuesto en el típico sillón de cuero y abro la boca para contestar su
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Capítulo 9
Me siento muy nerviosa, no sé qué es lo que tenemos Fabrizio y yo, siendo sincera, los nervios por saberlo me están matando, en este corto tiempo de conocernos he pasado situaciones un tanto vergonzosas con él, pero no se ha ido, ha estado siempre a mi lado, tampoco me ha criticado o juzgado por mis debilidades o recaídas. Sus padres no se encuentran en casa, han salido a cenar fuera, según me comenta, tienen citas de vez en cuando para que no se apague el romanticismo, y se mantenga viva la llama del amor, eso es hermoso. Son las nueve de la noche y muero de hambre. Entramos a la casa y subimos a la habitación de su hermana, no sin antes tomarme de la mano, esa sensación en mi estómago me alarma, porque me gusta sentir su tacto. Fabrizio me gusta y mucho, no puedo negarlo Toca la puerta y el «delante» de Samanta, nos hace pasar. La habitación está iluminada, la observamos viendo televisión sentada en su cama con un bote enorme de helado, por lo que se nota el sabor es chocolate bl
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Capítulo 10
Me despierto en los brazos de Fabrizio, su “muralla” la almohada que puso, no sería de protección en ese momento en el que me tiene aprisionada contra su cuerpo, después de lo de anoche no me siento cómoda con su compañía, me siento usada. Es muy temprano, y decidida a marcharme, llamo a la agencia de taxi, me cambio con rapidez de ropa y salgo como un descarado ladrón, en el camino me encuentro con una chica de la servidumbre con sus ojos verdes mirándome sorprendida, le doy una sonrisa nerviosa y le pido que me lleve a la salida. Su sorpresa es evidente cuando le digo que soy amiga de Fabrizio, y que, según ella, nunca había llevado amigas a casa de sus padres. No, porque las lleva a la suya. El taxi se estaciona justo a tiempo cuando veo a Fabrizio salir descalzo con el cabello alborotado y agitado gritando mi nombre, lo ignoro por completo. Me subo al taxi, saludo al señor que siempre me envían. Rodolfo, me dijo que es de Nicaragua. Un señor moreno con unos cincuenta años con u
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