9. Lección número seis
Thiago. Estiro las piernas, hablo un poco con Oleg, el ingeniero civil responsable de todas las reformas que estamos haciendo a esta oficina para echarla a andar, y doy un par de vueltas intentando olvidar el hecho de que Layla está feliz. No me malinterpreten, no es que yo quiera que esté triste, pero es que su felicidad me lleva a dos problemas: el primero es que no la conozco, creo que nunca me di tiempo de verdad para eso, no logro reconciliar esta mujer completamente absorta y entregada al trabajo con la mujer frívola y prejuiciosa que me llamó “bastardo” sin pelos en la lengua. El otro problema es que se ve demasiado bonita. Bonita en el maravilloso sen
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