11. No regreses
Layla Es de madrugada todavía y tengo una señora resaca con todo lo que amerita: dolor de cabeza, deshidratación, sueño, náuseas… pero eso no me impide levantarme, darme un baño caliente y prepararme porque hoy es sábado y Theo está esperándome en Londres. Recuerdo poco de lo que pasó anoche, pero la sensación de asco que me provocó Baptiste sí es imposible de olvidar. Por un momento me llevó de vuelta a la casa de mi padre, a esa vida llena de mierda que es mi realidad. Y durante ese momento odié a Thiago tanto como odio a Russo o a Baptiste, lo odié porque quiere voluntariamente convertirse en parte de esa realidad, y se niega a entender que tarde o tempran
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