Thiago
Pasan de las tres de la madrugada. Doy una última vuelta por la casa y dejo la taza de café que me ha tenido desvelado toda la noche. No sé por qué pensé que iba a regresar si le estoy dando el escape que necesita.
Después de lo que pasó ayer me di cuenta de que jamás me puse en su lugar. Se nota que odia su vida pero debe tenerle terror a Russo para no haberse largado mucho antes. Lo que sea que tiene para manipularla debe ser importante, y debe ser un infierno saber que en cualquier momento la va a vender a quien pague más por ella.
Hasta ahora parece que ese he sido yo, pero ser menos calvo, feo y gordo que Baptiste no hace qu
LaylaMe giro de costado en la cama y veo a Thiago dormir. Tiene la expresión serena y abraza la almohada, pero con una de sus manos sostiene la mía como si fuera a escaparme de un momento a otro. No lo he hecho porque no quiero y porque no puedo, porque sé que no resolvería nada huyendo a menos que tenga todo muy bien planeado.Han pasado tres semanas desde que escuché salir de su boca las palabras más peligrosas:— Layla ¿quién es Theo?Todavía se me hace un nudo en la garganta cuando pienso en eso. No pude responderle y todavía no estoy
ThiagoEl alma me abandona cuando la veo así. Jamás pensé que una persona pudiera llegar a ese grado de desesperación, y no imagino que en pocos minutos yo estaré peor que ella.Lo que sea que haya escrito en esa nota tiene el poder de lastimarla y mucho, lo mismo que la persona que la ha escrito.— ¡Jaaaaaames! — escucho su grito y me detengo. Layla llora, se revuelve los cabellos, parece tan atormentada que no sé qué hacer, ni siquiera sé si en este momento debería acercarme — ¡Jaaaaaaaames!Veo el auto segundos antes de que to
LaylaSé que tengo que abrir los ojos. Tengo el cuerpo pesado y la mente mucho peor. Siento una opresión en el pecho y sé que es porque la anestesia general está dejando de hacer efecto, por suerte o por desgracia conozco la sensación así que no me asusta.Eso significa que estoy viva.Reconozco cada parte de mi cuerpo, puedo mover alguna y otras no. Me duelen terriblemente las piernas y eso me hace sonreír internamente, significa que todavía puedo caminar.Me muevo y alguien se acerca. Siento un roce suave en mis labios y sé quién es. Podría re
Thiago.— ¿Cuántos dedos ves? — escucho la voz de Layla y algún pitido insistente de fondo.Abro los ojos y la veo inclinada sobre mí, no sé si preocupada o divertida.— Por ahora sólo veo el puño de Grillo… — respondo porque literalmente me lo está enseñando por encima de la cabeza de Layla.— ¡Y lo vas a seguir viendo a menos que me expliques qué fueron todas esas babosadas que dijiste, cabrón! — sentencia.
LaylaLo veo dormir tan tranquilo y realmente me dan ganas de darle un tortazo con toda la mano abierta. Se ha dedicado a esquivarme como si tuviera la peste. Parece un niño chiquito que ha aprendido la palabra “no”. Sin importar dónde lo arrincone siempre se me escapa.— “No, Layla. No, nena.” — lo remedo haciendo una mueca llena de inmadurez y no me importa. ¡Este hijo de puta me coge hoy o dejo de llamarme Layla!Me desnudo completamente y me meto a la cama con él, entre sus piernas, oliendo su miembro por encima de la ropa. Lo ac
Layla.Levanto los ojos del mar de papeles que tengo delante cuando Lucrecia toca a la puerta con otra taza de café y una caja hermosamente envuelta en folios de regalo. Estoy despierta desde la madrugada, sencillamente no podía dormir porque tengo estos planos dando vueltas en mi cabeza, con tantas ideas y detalles que finalmente me levanté y me vine al estudio, lista para hacer realidad ese sueño del que Thiago ha estado hablando sin parar.Una casa que rodea un pequeño lago. ¿Locura? Por supuesto, pero me encanta el desafío. ¡Cómo construir toda una casa alrededor de un lago de ciento diez metros de diámetro! Es la clase de proyectos que siempre soñé con hacer. He estado tan metida en esto,
Thiago_ Si me vas a pegar hazlo en serio. _ dice Grillo sobándose la barba justo en el lugar donde acabo de golpearlo, pero el condenado no da ni un paso atrás, es una maldita pared _ No te lo devuelvo nada más porque ya te di tu anticipo hace un mes._ Pedazo de mierda. ¿Cómo dejas que se vaya sola? _ lo tomo de las solapas de la camisa y lo zarandeo un poco _ Mínimo debiste irte con ella.Levanta una ceja porque al parecer no se esperaba lo que acabo de decirle. Estoy desesperado porque Layla pueda dejarme para siempre, pero me preocupa mucho más su seguridad. Quien sea que haya mandado esa nota que le provocó el accidente todavía es
Layla— ¡Esto es una broma! ¿Verdad? — golpeo la mesa con las palmas abiertas y me levanto, pero Grillo empuja la silla detrás de mis rodillas y me vuelve a sentar.— Layla esto es importante. Es la mejor forma de proteger a Theo. — Thiago, sentado delante de mí como si esto fuera un careo policial, intenta convencerme de algo que jamás haría.— ¡Primero muerta! ¡No te firmaré ni un cochino papel! ¡No voy a permitir que me quiten a Theo! — vuelvo a levantarme y siento el borde de la silla contra mis pantorrillas que me obliga a sentarme de nuevo.