El día que me morí, mi novio estaba con su amante
El día que morí, mi novio estaba rodeado de mujeres. Lo había rescatado de ser un gigoló que mantenía relaciones con mujeres adineradas. Mi única condición había sido que fuera mi pareja por tres años, algo que él no había dudado en aceptar. Le di dinero, recursos, y lo catapulté a la fama. Sin embargo, mientras me decía que no podíamos tener una relación romántica, él coqueteaba libremente con otras.
Un día, la mujer que supuestamente era su novia me hizo escuchar un mensaje de voz en el que decía:
—Si no fuera para usarla como trampolín, ¿quién le haría caso? Es aburrida y sin gracia.
Pero cuando morí, él enloqueció por completo.