Alaia
DOS AÑOS ANTES
Espero a Nick para cenar juntos, ya casi cumplimos dos años de casados y nuestra relación es perfecta, vivimos en este apartamento cerca de la universidad a la cual ambos vamos, él está por terminar su carrera de ingeniería mientras que a mí, me faltan cuatro semestres, lo conocí en la facultad hace tres años cuando fue transferido de otra universidad nunca quiso contarme la razón por la cual fue transferido, fue amor a primera vista debo confesar, aunque él me ignoró por completo, con el tiempo se convirtió en el tipo popular, mariscal de campo del equipo de futbol americano de la universidad y todas morían por él incluyéndome, era un chico rebelde y yo seguramente debí parecerle una niña, y es que realmente lo era, tenía 17 y el 20, pasé los siguientes meses mirándolo de lejos y soñando con él, hasta que un día…
FLASHBACK
—¡Muévete! —gritó una enorme y fuerte masa de carne que se abalanzó contra mí haciéndome caer al piso, al césped mojado de la cancha de futbol para ser exactos. Justo acababa de vestirme para ir a una fiesta de la facultad, iba a buscar a mi amigo Cedric.
El grandulón me ayudó a ponerme de pie, pero no lo vi, mis ojos estaban en mi vestido embarrado de lodo y hierva.
—No debiste cruzarte en mi camino, pequeña —escuché la vos grave del idiota que en arrojo al suelo.
—Pequeña la tendrás tú —refunfuñé molesta sacudiendo mi lindo vestido que había comprado para esta noche. De repente escuché una enorme carcajada.
—Puedes comprobarlo por ti misma, si quieres —me descoloqué por una respuesta más descarada que mi afirmación anterior, levante la mirada y ahí estaba él, Nicholas Garnett, el precioso hombre que había visto de lejos desde hace meses, sonreía de lado viéndose más guapo que nunca.
—No podrías conmigo —afirmé levantando mi mentón, cabe aclarar que no tenía experiencia en lo absoluto, ni siquiera había besado a nadie, era muy, muy, muy virgen. Pero yo era así.
Una nueva carcajada retumbó en su pecho.
—¿Segura? —observó mi rostro y aunque logró intimidarme un poco, no lo demostré.
—Segura —respondí con voz cantarina, lo que lo hizo sonreír—, me debes un vestido, te enviaré la factura, alguien me dirá donde encontrarte —afirmé haciéndole creer que no tenía idea de quién era y di media vuelta.
—Podríamos hablar de ello esta noche, en la fiesta de la facultad podrías ir conmigo —habló y me detuve en seco, sonreí para mí misma, finalmente había sucedido, tenía su atención, pero decidí que no le sería fácil, no era como todas las chicas que morían por él, es decir si moría por él, pero no iba a demostrarlo y lanzarme a sus brazos.
—Tengo planes —dije y seguí caminando, juro que sentí su mirada durante mi trayecto a mi habitación.
Esa noche él logró encontrarme en la fiesta y desde ahí nos hicimos inseparables, por supuesto tuvo que esforzarse para conquistarme, meses después nos casamos en Las Vegas en un fin de semana loco, sucedió solo un mes después de que cumplí la mayoría de edad, Nick compró un apartamento cerca de la universidad para iniciar nuestra vida de casados.
FIN DEL FLASHBACK
Hoy termine mis clases temprano y ordené la cena para ambos, sé que habrá algunos cambios dentro de poco, cuando termine sus estudios, Nick debe hacerse cargo de la compañía de sus padres, su familia es un tema del que no hablamos, de hecho, solo nosotros dos sabemos de nuestro matrimonio, decidimos que así sería para poder vivirlo plenamente, pero eso cambiará de ahora en adelante, algo que me hace sentir inquieta.
Escucho que abren la puerta y corro hacia ella para lanzarme a los brazos de mi esposo, él me recibe y acerco mis labios a los suyos para besarlo, pero me descoloca sentir que no me besa de la forma que lo hace siempre.
—¿Qué sucede? —cuestiono con un nudo en la garganta cuando mis pies tocan el piso.
—Tenemos que hablar —una frase que de pronto me hace sentir tensa.
Él camina a la sala y voy detrás de él, necesito saber qué es lo que está pasando, Nick se sienta en uno de los muebles mientras yo permanezco de pie.
—Quiero el divorcio —dice en tono frío, de pronto siento que mi mundo se cae a pedazos y un dolor se instala en mi pecho impidiéndome respirar.
—¿Qu…qué? —apenas logro decir dando un paso atrás.
—Esto, lo nuestro, debe terminar hoy —afirma sin mostrar duda.
—No entiendo —niego lentamente con la cabeza.
—Mi vida va a cambiar de ahora en adelante y no hay un espacio para ti en ella, nuestra relación duro lo que tenía que durar, nuestros mundos no pertenecen —no puedo creer que ahora hable de nuestra diferencia de clases, nunca le importó que mi familia sea de clase media, mientras que la de él es dueña de varias compañías. Se pone de pie y se acerca a mí tomando un documento que está a su lado—, fue bueno, no lo voy a negar, eres… buena —acaricia mi mejilla y me mira, doy un paso atrás y le lanzo una bofetada, lo desconozco, desconozco a esta persona que se encuentra frente a mí.
—¿Quién eres? —cuestiono ahogando las ganas de llorar, mientras él me mira tocando su mejilla roja.
—Soy lo que ves, fue interesante conquistarte al principio y no niego que me la pase bien contigo, me acostumbre a ti durante estos dos años, pero ya me aburrí, somos jóvenes, tenemos mucho que vivir, personas que conocer, míralo por el lado bueno, te estoy… haciendo un favor —afirma con una frialdad que logra congelarme hasta los huesos.
—Tu amor fue una mentira, nada fue real —lo miro a los ojos y me niego a llorar.
—No fue amor, precisamente —encoge los hombros y toma los papeles de divorcio.
Haciendo que la ira arda en mi interior, por no haberme dado cuenta de su engaño, de saber que cada vez que me decía te amo, me mentía.
—Este apartamento quedará a tu nombre, podrás disponer de él, quédatelo o véndelo, haz lo que creas conveniente.
Con mi respiración acelerada busco una pluma en la cartera que llevo a la universidad, arranco los papeles de divorcio de sus manos y los poso sobre la mesa, con dolor, observo que su firma ya está plasmada en ellos, firmo una a una las hojas.
—No quiero nada que venga de ti —digo pasando a su lado y golpeo su pecho con los papeles.
Entro a la única habitación del apartamento, busco mi ropa y cosas de la universidad, lo único que me pertenece, y la caja, la pequeña caja de regalo que estaba guardando para darle la sorpresa el día de nuestro aniversario, bufo sintiendo el nudo de emociones atorado en mi garganta, la llevo en mi mano libre mientras halo la maleta para salir del apartamento, me detengo al verlo en la sala, imagine que se habría ido para este momento, sus ojos fijan la caja con curiosidad, la presiono contra mi pecho con fuerza y salgo de ahí sin mirar atrás.
AlaiaConduzco mi auto sintiendo mi corazón en mil pedazos, observo de vez en cuando la caja que deje en el asiento de al lado, llego a mi casa y tomo mis cosas, abro la puerta y justo en ese momento sale mi madre de la cocina.—Linda, creí que vendrías este fin de semana —mi madre se acerca a abrazarme y me ayuda con mis cosas —. ¿Qué sucede? —detalla mi rostro con preocupación.—Mi relación con Nick… terminó mamá —ella piensa que somos novios, no esposos, lo conoció accidentalmente hace un año cuando fue a visitarme a la universidad, no me quedo más remedio que presentarlos.—Oh, hija, ¿Cómo? Si se veían tan felices —afirma sentándose en uno de los muebles.—¿Podemos hablar después de esto? —pido aún de pie.—Por supuesto mi niña, lo siento —se acerca para ayudarme a llevar mis cosas y subimos a mi habitación, me lanzo sobre la cama y solo escucho que mi madre cierra la puerta cuando sale en silencio de mi cuarto, es justo en ese momento cuando el dique se rompe y me permito sentir
Alaia —¿En qué puedo ayudarle? —digo cruzándome de brazos sin demostrar emoción alguna. —Bueno, hay muchas cosas que podrían hacer por mí —mira entre mi madre y yo, a lo que ambas levantamos el mentón y nos cruzamos de brazos. —Pero por ahora, quiero que sepas que estoy enterado de que tú y mi nieto estaban casados y vivían juntos —su semblante es serio y no sé qué lo llevo a descubrirlo, mi madre inhala y puedo ver que le ha sorprendido la noticia mientras el hombre continúa: —Afortunadamente, pudo rectificar a tiempo, no digo que no hay nada de malo en tener esposa y amante, créeme, lo digo por experiencia —afirma riendo y mira a sus hombres—, cuando me entere de su matrimonio y de que tenía una relación paralela con Bárbara, llegue a entender a mi nieto —ríe de su chiste interno, yo no le veo la gracia. No puedo evitar la desazón en mi pecho al recordar la imagen de él casándose con su amante—; sin embargo, se acercaba el momento para que mi nieto tome las riendas de la compañía
Alaia Abro mi Laptop para seguir buscando casas en Chicago, ya contacté una compañía de Real estate para vender esta casa, está registrada a mi nombre y al de mi madre, ella me ha apoyado incondicionalmente en las decisiones que he tomado, resolveremos lo de su trabajo y mis estudios cuando estemos allá. Sentimientos que no me agradan se abren paso en mi interior cuando veo las fotos de la boda de Nick con Bárbara, como la gran noticia del año, respiro sin dejarme llevar por esos sentimientos. Cierro la ventana que se abrió sin que yo lo pida y continuo con la búsqueda de las casas, de pronto escucho un auto estacionarse afuera, me pongo de pie y veo la camioneta, sonrío, siempre soy feliz cuando lo veo, aunque no puedo evitar sentirme aprensiva por su reacción ante la noticia que debo darle, siento un nudo en la boca del estómago, salgo de mi habitación, bajo y cuando estoy llegando abajo mi padre ya está abriendo la puerta. —¡Papa! —digo y él sonríe al verme. —¿Cómo está mi niña
Alalia —Para comenzar, quiero que vengan conmigo a Madrid —mi padre pide y yo sigo en silencio intentando procesar todo, no se como sentirme, mis padres son maravillosos y aunque no me gustan las mentiras, se que ellos no harán nada que me lastime y no tengo queja de mi vida y de su papel como padres. —No debí ocultarlo por tanto tiempo, Ali, pero no sabia como ibas a tomarlo, quise decírtelo cuando te convertiste en una mujer, pero algo me lo impedía —mi madre se ve afligida, debe ser porque no he dicho una sola palabra. —Esta bien mamá, creo que este ha sido el mejor momento para conocer esa verdad —es lo que siento, irnos del país es mejor que mudarnos a chicago, solo deseo comenzar una nueva vida lejos de los Garnett, lejos de todo. Mi madre se acerca y me abraza, mi padre nos observa en silencio, espera mi respuesta. —¿Cuándo nos vamos? —cuestiono y mi padre levanta ambas cejas. —Cuando tu quieras hija, todo está listo para que se muden, llegaran a mi casa en Madrid, después
Alaia Dos años después. Días antes de la reunión (Primer capítulo) Veo la hora en mi reloj de mano y me preparo para ir a casa En estos dos años logré terminar mi carrera, con algo de dificultades y contratiempos, tuve a mis preciosos hijos, una niña y un niño; mis padres, Ash y Aidan me acompañaron durante todo el embarazo y fueron todo lo que necesite, la etapa del embarazo estuvo llena de aprendizajes, de amor y muchas emociones, los primeros meses resultaron difíciles gracias a los síntomas que llegaron con fuerza; sin embargo, todo volvió a estar bajo control después del cuarto mes, viví mi embarazo plenamente con todo lo que conllevó, guardo y atesoro cada recuerdo de esos meses hasta el día en que nacieron, día que será el más inolvidable de mi vida; después de horas de trabajo de parto los vi por primera vez, la enfermera dejo en mis brazos esos pedacitos de mí envueltos en delicadas mantas y vi sus caritas, pude sentir su aroma, detallé cada pequeña y adorable parte de
AlaiaDespués de almorzar salimos a dar un paseo con los niños, Ashley continúa viviendo en la casa que está al lado de la nuestra con su madre Elise, quien viaja seguido, ella se divorció del padre de Ash poco antes de que llegáramos al país y la entiendo, Kurt, el padre de Ash tiene el carácter de Darius, no entiendo como mi padre es tan bueno si creció rodeado de ellos dos. Elise se lleva bien con mi madre y ahora que ha tomado vacaciones, se han ido a Venecia juntas, son muy amigas como Ash y yo.Mis hijos se mueven por el gran jardín de la casa, les encanta pasar tiempo ahí.—¿Me estás diciendo que mi abuelo quiere a cariñitos? —dice sorprendida.El señor Darius es una persona fría, y se caracteriza por no hablar mucho, pero los tres pequeños, incluyendo mi hermano, parece, le brindan calor a su congelado corazón.Cariñitos es el apodo que Ash les puso, apenas nacieron, pasaron los meses y mis bebes reían cada vez que les decía así, entonces se quedó y cuando comenzaron a hablar
Días después…Despierto temprano para iniciar mi día, abro los ojos y veo a mis pequeños dormidos, los observo durante un momento, pensando en cómo se puede amar tanto a estos pequeñines, me quedo así hasta que comienzan a moverse.—Buenos días —digo cuando sé que ya han despertado y ellos levantan sus ojitos para verme iluminando mi día con sus sonrisas.—Diash —dicen ambos, los abrazo y consiento durante unos minutos antes de prepararlos para sus clases en casa con Loli.Loli llega minutos después, les damos un baño y cuando ella los está vistiendo entro a la ducha, me pongo un traje azul cielo rápidamente para alcanzar a desayunar con los niños, salgo para ver que sé ven muy lindos ya con la ropa del día, me dispongo a peinarlos una vez listos bajamos y desayuno con ellos, es uno de los momentos favoritos de mi día, ellos terminan de comer y llega la hora de irme; camino a la salida de la casa con ellos en cada lado de mi cintura, agradezco al cielo que aún puedo cargarlos, me desp
AlaiaVoy a mi oficina y hago una llamada antes de sentarme con Ignacio para revisar los estudios que hicimos a grandes rasgos acerca de lo que se hará en Estados Unidos, mi padre, Darius y los socios darán sus puntos de vista para que mi equipo y yo lo tomemos en cuenta e incluyo algunos detalles en mi presentación hasta que llega el momento de ir a la reunión.Camino junto a Ignacio, dos miembros de mi equipo y Erika hasta llegar a la sala de juntas donde mi padre me mira y asiente, Darius está sentado en la cabeza de la mesa y los demás socios entran detrás de mí, Erika, Carolina y yo seremos las únicas mujeres en esta reunión, de pronto González llega y puedo ver a Erika incómoda, como viejo zorro que es el tipo no voltea a verla siquiera.—Puedes irte —le susurro a Erika, ella asiente y se va en un parpadeo.Darius saluda y da la bienvenida una vez da comienzo la reunión.—Como saben, ha llagado un proyecto de grandes proporciones a nuestra compañía, por lo cual hemos organizado