Alaia
Conduzco mi auto sintiendo mi corazón en mil pedazos, observo de vez en cuando la caja que deje en el asiento de al lado, llego a mi casa y tomo mis cosas, abro la puerta y justo en ese momento sale mi madre de la cocina.
—Linda, creí que vendrías este fin de semana —mi madre se acerca a abrazarme y me ayuda con mis cosas —. ¿Qué sucede? —detalla mi rostro con preocupación.
—Mi relación con Nick… terminó mamá —ella piensa que somos novios, no esposos, lo conoció accidentalmente hace un año cuando fue a visitarme a la universidad, no me quedo más remedio que presentarlos.
—Oh, hija, ¿Cómo? Si se veían tan felices —afirma sentándose en uno de los muebles.
—¿Podemos hablar después de esto? —pido aún de pie.
—Por supuesto mi niña, lo siento —se acerca para ayudarme a llevar mis cosas y subimos a mi habitación, me lanzo sobre la cama y solo escucho que mi madre cierra la puerta cuando sale en silencio de mi cuarto, es justo en ese momento cuando el dique se rompe y me permito sentir todo lo que tengo atorado en mi pecho.
Ha pasado una semana desde que sucedió lo de Nick, solo tuve que ir a la universidad a presentar un último examen, estuve ahí el tiempo necesario, el semestre está por terminar, solo me queda recibir mis calificaciones.
Me encuentro en mi habitación mirando al techo, los recuerdos intentan acorralarme, pero los empujo al fondo de mi mente, debo hacerlo, hago un gesto de dolor cuando siento un pequeño dolor en mi vientre bajo, abro los ojos asustada y recuerdo que debí ir al médico hace unos días.
Me pongo de pie, busco mi cartera y bajo las escaleras.
Mi madre no está en casa, ella trabaja como contadora en una empresa desde que tengo memoria, sus jefes se han comportado muy bien con ella, la aprecian y por esa razón ellos se encargan de pagar mi universidad, solo debo obtener buenas calificaciones y gracias al trabajo de mi madre y la ayuda de mi padre vivimos cómodamente, Ellos no están juntos, nunca han sido una pareja no conozco los detalles de esa relación, pero él nunca se ha desentendido de mí, es un buen padre aunque lo veo un fin de semana al mes y en fechas especiales siempre está presente, me regaló un auto cuando cumplí 16 y está pendiente de mis estudios y de que nada me haga falta, tengo buenos padres, eso me hace sentir culpable por ocultarles mi matrimonio con Nick, pero creo que eso ya no es relevante, ya no estoy casada con él, aunque la razón por la que visitaré al médico en este momento si es importante y no sé cómo hablaré con ellos, temo que voy a decepcionarlos.
Inhalo y exhalo con fuerza cuando detengo el auto frente al hospital, camino por los pasillos buscando a Cedric, mi amigo, el cual Nick odia, su rivalidad inicio en la universidad, mientras Nick era mariscal de campo de Stanford, Cedric lo era de Berkeley, por ello no podíamos vernos seguido; sin embargo, no me aleje de Cedric, él siempre ha sido un buen amigo, lo conocí apenas entre a la universidad, fue novio de una chica que conocí en primer semestre quien fue mi amiga hasta que tuvo que retirarse y cambiar de estado, su relación termino, pero Cedric y yo continuamos siendo amigos.
—Ali —Cedric me saca de mis pensamientos.
—Hola —digo y beso su mejilla, hace una semana fue a verme y le conté lo sucedido, su odio por Nick solo se intensificó y como siempre me brindó su apoyo cuando le hablé de la prueba de embarazo que salió positiva.
—Lamento llegar tarde, las prácticas están absorbiendo mi tiempo —sé que ha estado muy ocupado en los últimos años.
—Está bien, no te preocupes —digo enlazando mi brazo con el suyo.
—Ya hablé con mi padre, te está esperando en su consultorio —me explica y asiento tragando un nudo en mi garganta.
—Gracias —digo sinceramente.
—Ve —Señala la puerta y sigo.
Saludo al señor Van Holt, padre de Cedric quien me conoce desde hace tiempo, me hace las preguntas de rigor y le explico que me hice una prueba de embarazo hace dos semanas, la cual resultó positiva.
—Pasa a la camilla —pide, comienza revisarme y precede a realizarme una ecografía.
—Efectivamente, Alaia, tienes seis semanas de embarazo —observamos la pantalla, mi corazón late con fuerza al ver la pequeña mancha en la pantalla, una calidez invade mi pecho al tiempo que siento miedo —, son gemelos, aquí podemos ver comparten la placenta —mi boca se abre y me quedo de piedra.
—¿Son dos? —cuestiono cuando encuentro mi voz, aun sin poder creerlo.
—Así es —sonríe y puedo notar que le alegra dar estas noticias —todo está en orden con ellos, te daré los detalles de lo que debes hacer de ahora a partir de ahora y los medicamentos que debes tomar de ahora en adelante. Se pone de pie y va a la silla detrás de su escritorio mientras limpio el gel de mi estómago y arreglo mi ropa, estoy en Shock, imagine este día tan diferente hace una semana, pero sin importar que deba ser madre y padre de mis bebés lo haré, lo haré por ellos, ellos no tienen la culpa del padre que tienen, cierro los ojos a recordar a Nick y sus palabras.
Él no lo sabrá, son míos, solo míos. Con esa certeza salgo del consultorio, le agradezco y me despido del señor Van Holt.
—¿Todo bien? Gracias papá, te veré en casa —Cedric se despide de su padre y camina a mi lado para salir del hospital.
—Sí, eso creo —respondo a mi amigo sosteniendo la ecografía junto a la prueba de embarazo y la receta de las vitaminas, él espera en silencio a que continúe —, son gemelos —le cuento, él asiente. —Vaya —dice
—Lo sé — se cruza de brazos y noto algo en su rostro, algo que me dice que algo está sucediendo.
—¿Qué pasa? —cuestiono extrañada.
—Supongo que lo mejor es que lo veas por ti misma —afirma tomando mi mano y me lleva con él, subimos a mi auto, él conduce.
Vamos en silencio y no logro reconocer las calles, solo sé que las casa se hacen más grandes y lujosas a medida que continuamos el camino.
De pronto nos detenemos frente a una enorme mansión.
Supongo que nos encontramos en la puerta trasera de la casa, hay movimiento, personas entran y salen con objetos, son meseros vestidos de forma elegante.
—Ven —susurra y toma unas bandejas de la parte trasera del un auto de banquetes, me entrega una, lo sigo sin entender nada de lo que está sucediendo.
Caminamos rodeando la casa hasta llegar un gran jardín, el cual ha sido preparado para una boda, Cedric nos oculta a un lado para que no seamos vistos, pero nosotros sí podemos ver todo lo que sucede.
—¿Qué hacemos aquí? —susurro y él señala el lugar donde está el novio esperando a la novia, es… mis manos comienzan a temblar, Cedria toma la bandeja antes de que caiga y atraigamos la atención de alguien, el novio se gira cuando la mujer enfundada en un precioso vestido de novia camina hacia él, lleva un velo, por lo que no puedo ver quién es.
Volteo a ver a Cedric.
—Es Barbara… Barbie —explica con gesto complicado y las imágenes de ella, la líder de las animadoras del equipo de futbol de la universidad y Nick siendo “Amigos” vuelven a mi mente, según Nick se conocían desde niños, nunca me agradó, ni yo a ella.
Nick sonríe al verla mientras los restos de mi corazón roto se convierten en piezas más pequeñas, haciendo que sienta un dolor agudo en mi pecho.
El flamante novio la recibe y la ceremonia comienza, sintiendo que ya he visto suficiente doy media vuelta y me muevo con rapidez para salir de esa casa lo más pronto posible.
Subo a mi auto y Cedric entra cuando logra alcanzarme, no digo nada, solo mi mente recopila las veces que ellos se encontraban en la universidad, donde solo se saludaban con amabilidad, sin demostrar nada más, resultaron ser excelentes actores.
Mis sentimientos se revuelven logrando que ni yo misma pueda saber cuál de ellos es más fuerte.
Cedric se detiene frente a mi casa.
—¿Estás bien? Sé que no fue fácil, pero, era necesario que lo veas, Nick es una basura, Ali.
—Lo sé, estaré bien, gracias —digo y beso su mejilla—, puedes llevarte el auto y enviarlo después, no lo necesitaré —Cedric asiente y camino para entrar a casa, voy directamente a mi habitación.
—Ali, linda —escucho la voz de mi madre, no me di cuenta en que momento me quedé dormida.
—Dime mamá —respondo adormilada mirando en mi teléfono que pasan las 4 de la tarde.
—El señor Killian Garnett, está abajo esperándote —confundida, me siento rápidamente en la cama, Garnett es el apellido de Nick…
Me pongo de pie despacio y camino a la puerta para abrirla, mi madre está afuera esperándome y refleja una pregunta silenciosa a la que niego, no tengo idea de quien es exactamente y de que hace en nuestra casa; ella camina a mi lado, para bajar las escaleras, aún me siento adormilada por alguna razón por lo que bajo despacio, cuando llego al primer piso encuentro a un hombre mayor de pie cerca de la puerta, observa mi casa, viste un elegante traje de fiesta ya me imagino la razón después noto a sus acompañantes, dos hombres enormes que están a un lado, la puerta de la casa aún está abierta, afuera alcanzo a ver un auto negro estacionado justo en frente.
—Alaia —habla, el hombre apenas me ve, su mirada no me gusta.
—Sí, ¿quién es usted? —cuestiono sintiendo el ambiente hostil, ¿era necesario que trajera a esos hombres?
—Un placer, soy Killiam Garnett, abuelo de Nick —sonríe, pero sus ojos reflejan algo que no me agrada, Asiento y decir que esperaba esta visita seria mentir, tenía entendido que su familia no sabía de mí, así lo decidimos, bufo, estoy segura de que él solo quería esconderme y la mujer que mostraba a su familia era Bárbara.
Alaia —¿En qué puedo ayudarle? —digo cruzándome de brazos sin demostrar emoción alguna. —Bueno, hay muchas cosas que podrían hacer por mí —mira entre mi madre y yo, a lo que ambas levantamos el mentón y nos cruzamos de brazos. —Pero por ahora, quiero que sepas que estoy enterado de que tú y mi nieto estaban casados y vivían juntos —su semblante es serio y no sé qué lo llevo a descubrirlo, mi madre inhala y puedo ver que le ha sorprendido la noticia mientras el hombre continúa: —Afortunadamente, pudo rectificar a tiempo, no digo que no hay nada de malo en tener esposa y amante, créeme, lo digo por experiencia —afirma riendo y mira a sus hombres—, cuando me entere de su matrimonio y de que tenía una relación paralela con Bárbara, llegue a entender a mi nieto —ríe de su chiste interno, yo no le veo la gracia. No puedo evitar la desazón en mi pecho al recordar la imagen de él casándose con su amante—; sin embargo, se acercaba el momento para que mi nieto tome las riendas de la compañía
Alaia Abro mi Laptop para seguir buscando casas en Chicago, ya contacté una compañía de Real estate para vender esta casa, está registrada a mi nombre y al de mi madre, ella me ha apoyado incondicionalmente en las decisiones que he tomado, resolveremos lo de su trabajo y mis estudios cuando estemos allá. Sentimientos que no me agradan se abren paso en mi interior cuando veo las fotos de la boda de Nick con Bárbara, como la gran noticia del año, respiro sin dejarme llevar por esos sentimientos. Cierro la ventana que se abrió sin que yo lo pida y continuo con la búsqueda de las casas, de pronto escucho un auto estacionarse afuera, me pongo de pie y veo la camioneta, sonrío, siempre soy feliz cuando lo veo, aunque no puedo evitar sentirme aprensiva por su reacción ante la noticia que debo darle, siento un nudo en la boca del estómago, salgo de mi habitación, bajo y cuando estoy llegando abajo mi padre ya está abriendo la puerta. —¡Papa! —digo y él sonríe al verme. —¿Cómo está mi niña
Alalia —Para comenzar, quiero que vengan conmigo a Madrid —mi padre pide y yo sigo en silencio intentando procesar todo, no se como sentirme, mis padres son maravillosos y aunque no me gustan las mentiras, se que ellos no harán nada que me lastime y no tengo queja de mi vida y de su papel como padres. —No debí ocultarlo por tanto tiempo, Ali, pero no sabia como ibas a tomarlo, quise decírtelo cuando te convertiste en una mujer, pero algo me lo impedía —mi madre se ve afligida, debe ser porque no he dicho una sola palabra. —Esta bien mamá, creo que este ha sido el mejor momento para conocer esa verdad —es lo que siento, irnos del país es mejor que mudarnos a chicago, solo deseo comenzar una nueva vida lejos de los Garnett, lejos de todo. Mi madre se acerca y me abraza, mi padre nos observa en silencio, espera mi respuesta. —¿Cuándo nos vamos? —cuestiono y mi padre levanta ambas cejas. —Cuando tu quieras hija, todo está listo para que se muden, llegaran a mi casa en Madrid, después
Alaia Dos años después. Días antes de la reunión (Primer capítulo) Veo la hora en mi reloj de mano y me preparo para ir a casa En estos dos años logré terminar mi carrera, con algo de dificultades y contratiempos, tuve a mis preciosos hijos, una niña y un niño; mis padres, Ash y Aidan me acompañaron durante todo el embarazo y fueron todo lo que necesite, la etapa del embarazo estuvo llena de aprendizajes, de amor y muchas emociones, los primeros meses resultaron difíciles gracias a los síntomas que llegaron con fuerza; sin embargo, todo volvió a estar bajo control después del cuarto mes, viví mi embarazo plenamente con todo lo que conllevó, guardo y atesoro cada recuerdo de esos meses hasta el día en que nacieron, día que será el más inolvidable de mi vida; después de horas de trabajo de parto los vi por primera vez, la enfermera dejo en mis brazos esos pedacitos de mí envueltos en delicadas mantas y vi sus caritas, pude sentir su aroma, detallé cada pequeña y adorable parte de
AlaiaDespués de almorzar salimos a dar un paseo con los niños, Ashley continúa viviendo en la casa que está al lado de la nuestra con su madre Elise, quien viaja seguido, ella se divorció del padre de Ash poco antes de que llegáramos al país y la entiendo, Kurt, el padre de Ash tiene el carácter de Darius, no entiendo como mi padre es tan bueno si creció rodeado de ellos dos. Elise se lleva bien con mi madre y ahora que ha tomado vacaciones, se han ido a Venecia juntas, son muy amigas como Ash y yo.Mis hijos se mueven por el gran jardín de la casa, les encanta pasar tiempo ahí.—¿Me estás diciendo que mi abuelo quiere a cariñitos? —dice sorprendida.El señor Darius es una persona fría, y se caracteriza por no hablar mucho, pero los tres pequeños, incluyendo mi hermano, parece, le brindan calor a su congelado corazón.Cariñitos es el apodo que Ash les puso, apenas nacieron, pasaron los meses y mis bebes reían cada vez que les decía así, entonces se quedó y cuando comenzaron a hablar
Días después…Despierto temprano para iniciar mi día, abro los ojos y veo a mis pequeños dormidos, los observo durante un momento, pensando en cómo se puede amar tanto a estos pequeñines, me quedo así hasta que comienzan a moverse.—Buenos días —digo cuando sé que ya han despertado y ellos levantan sus ojitos para verme iluminando mi día con sus sonrisas.—Diash —dicen ambos, los abrazo y consiento durante unos minutos antes de prepararlos para sus clases en casa con Loli.Loli llega minutos después, les damos un baño y cuando ella los está vistiendo entro a la ducha, me pongo un traje azul cielo rápidamente para alcanzar a desayunar con los niños, salgo para ver que sé ven muy lindos ya con la ropa del día, me dispongo a peinarlos una vez listos bajamos y desayuno con ellos, es uno de los momentos favoritos de mi día, ellos terminan de comer y llega la hora de irme; camino a la salida de la casa con ellos en cada lado de mi cintura, agradezco al cielo que aún puedo cargarlos, me desp
AlaiaVoy a mi oficina y hago una llamada antes de sentarme con Ignacio para revisar los estudios que hicimos a grandes rasgos acerca de lo que se hará en Estados Unidos, mi padre, Darius y los socios darán sus puntos de vista para que mi equipo y yo lo tomemos en cuenta e incluyo algunos detalles en mi presentación hasta que llega el momento de ir a la reunión.Camino junto a Ignacio, dos miembros de mi equipo y Erika hasta llegar a la sala de juntas donde mi padre me mira y asiente, Darius está sentado en la cabeza de la mesa y los demás socios entran detrás de mí, Erika, Carolina y yo seremos las únicas mujeres en esta reunión, de pronto González llega y puedo ver a Erika incómoda, como viejo zorro que es el tipo no voltea a verla siquiera.—Puedes irte —le susurro a Erika, ella asiente y se va en un parpadeo.Darius saluda y da la bienvenida una vez da comienzo la reunión.—Como saben, ha llagado un proyecto de grandes proporciones a nuestra compañía, por lo cual hemos organizado
AlaiaEntro a la casa y como no encuentro a mis pequeños por ningún lado subo a mi habitación donde puedo ver que se han quedado dormidos y sonrío, mis terremotos parecen unos angelitos así, noto que Loli Lee un libro, la portada es muy linda, en la imagen un novio le pone el anillo a la novia, el título es ESPOSO COMPRADO, lo lee con gran interés, le preguntaré de el cuándo los niños despierten.La saludo y le digo en silencio que iré a refrescarme y cambiarme.—Puedes bajar, me encargaré de mis niños —le digo cuando estoy lista y ella asiente.Me acomodo en la cama despacio con mi portátil en mano, abro una conversación con Ash quien no está en casa, le cuento que me iré a Los Ángeles dentro de pocos días y busco la página de Real estate en Los Ángeles quiero buscar una casa lo antes posible, observo varias durante un rato hasta que encuentro la perfecta para mis hijos, tiene grandes jardines y está rodeada de árboles, pensaba alquilarla, pero está a la venta, así que tendré que com