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ÁMAME UNA VEZ MÁS
ÁMAME UNA VEZ MÁS
Por: Taty H
El niño es una mini copia de ti.

Nick

—¡Hey Nick! —Will toca mi hombro atrayendo mi atención, seguro ya se fijó en una nueva rubia con grandes senos, muevo mi cabeza para liberar la tensión de mi cuello sin prestarle atención y él continúa.

—Acabo de ver dos niños idénticos a ti en una de las salas —habla con ánimo y pienso en la posibilidad que existe de que un par de niños se parezcan a mí, hago de cuenta que no lo he escuchado.

—La niña se veía como toda una princesa y el niño todo un galán, son tu versión en miniatura, la niña tiene algo especial, me recordó a alguien, no sé a quién exactamente en este momento —sacude la cabeza—, y el niño es una mini copia de ti, frunce el ceño justo como tú —afirma y lo miro un poco contrariado por los detalles.

—Sí, justo así —señala mi frente y me veo obligado a cambiar mi gesto.

—¿Dónde están? —cuestiono y no sé exactamente por qué hago la pregunta, cuando me doy cuenta ya lo he hecho, Will camina en dirección a una de las salas de espera del aeropuerto y mis pies se mueven para ir detrás de él.

—Estaban justo ahí —señala un lugar donde ahora todos los asientos están vacíos y la puerta de embarque de uno de los vuelos está siendo cerrada por una de las encargadas —. Parece que ya se han ido —lleva una mano a su cabeza, vuelvo a ver en dirección a la sala vacía y por alguna razón que desconozco desearía haber visto a esos niños.

—Vamos, debemos estar en media hora en Los Ángeles —hablo sintiendo una sensación extraña, me doy media vuelta para resolver el inconveniente de nuestro vuelo de regreso.

—Necesito que el avión despegue antes de media hora —ordeno mirando la hora en mi reloj de mano, me molesta que haya un retraso en mi viaje

—Lamento el inconveniente señor Garnett—La mujer detrás del mostrador dice con amabilidad, parece apenada, espero a que hable, sé que no será nada bueno, masajeo mi sien anticipándome a lo que sea que vaya a decir.

—Su avión no podrá despegar, al parecer existe una falla mecánica que debe ser revisada antes de que pueda autorizarse su despegue, la revisión tomará algunos días, puede hablar con su piloto, él ya está en camino —resoplo molesto por lo que me acaba de informar la chica.

Unos minutos después llega mi piloto y me confirma lo que acaban de decirme, también me informa que nos ubicaran en un vuelo que sale dentro de media hora a Los Ángeles, por su puesto en primera clase, después de media hora en la que me dedico a organizar algunos detalles de la propuesta que presentaremos ante nuestro nuevo y exclusivo cliente, nos llaman a abordar el avión, entramos y debemos caminar entre las personas que viajan en clase económica, mis oídos sufren al escuchar el llanto de un par de niños, hago un gesto de molestia intentando salir de ahí lo antes posible.

—Adorables —Will afirma en burla.

—Sabes perfectamente que no me agradan los niños —gruño y sigo mi camino para llegar a nuestros lugares en primera clase.

—Lo sé, solo me alimento de tu cara cada vez que tienes uno cerca, aunque ¿sabes? Fue un poco extraño tu interés en ver a los niños que te mencione hace rato —declara sonriente.

—Ni siquiera sé por qué te seguí, es ridículo —me acomodo en el cómodo asiento, soltando el aire, sintiéndome relajado y de mejor humor a percibir el silencio a mi alrededor.

Una hora después y a pesar de los contratiempos, logramos aterrizar en L.A. Solo quiero llegar a casa, tomar un relajante baño antes de ir a la oficina, mañana temprano tenemos una importante reunión que marcará un antes y después en la compañía, un trato con este cliente, nos garantiza que la compañía sea reconocida a nivel mundial. Algo en lo que mi abuelo y yo hemos trabajado en los últimos años.

Llego a casa, Will ha ido a su apartamento antes de ir a la oficina, es mi primo, casi mi hermano, crecimos juntos, fuimos a la misma universidad y su padre, mi tío, es socio de la empresa, pero es Will quien lo representa.

—Buena tarde, Marshall —saludo al hombre encargado de nuestra casa, es un hombre mayor, de plena confianza, se niega a retirarse a pesar de que ya tiene la edad suficiente para hacerlo, su esposa también trabaja para nosotros, es una excelente chef.

—Buena tarde, Nick, Bienvenido —se hace a un lado y me permite pasar, otro trabajador se encarga de mi equipaje mientras subo directamente a mi habitación.

Tomo un baño y me preparo para ir a la oficina, debo reunirme con mi abuelo, ha insistido en una reunión, así que hoy tendrá diez minutos de mi tiempo.

Una vez listo salgo de mi habitación, almorzaré algo rápido, pero antes de que pueda bajar, escucho a mis perros ladrar, lo que se me hace extraño, ellos permanecen en la casa de campo, bajo las escaleras para verlos ladrándole a Barbie, mi esposa.

—Basta —grita Barbie congelada en su lugar mientras Marshall sostiene a los perros para que no se lancen sobre ella —. ¡Malditos perros! —grita furiosa—, ¿qué hacen en mi casa Nick? —pone las manos en su cintura.

—No lo sé, ¿Marshall? —cuestiono, mientras mis dos Husky siberiano, el macho Beast y la hembra cupcake comienzan a mover la cola, ellos dejan de mirar a Barbie y enfocan su atención en mí.

—Las adecuaciones de la casa de campo han iniciado señor, los encargados se fueron de vacaciones por esa misma razón, trajeron los perros antes de irse.

—¿Y por qué no se nada de esto? —hablo molesto, ya que ellos no deben irse sin que yo lo permita.

—Se lo informé, señor, lastimosamente las vacaciones del personal no es algo a lo que usted preste atención —levanto la vista para ver a Marshall, quien me mira apacible, estoy seguro de que debió decírmelo en algún momento, pero no le di importancia.

—Bien, contrata a alguien para que se encargue de ellos mientras están en esta casa e impidan que se acerquen a Barbara, por obvias razones —ordeno mientras me acerco a los perros y los saludo.

—¿Se quedarán aquí? —bufa Barbie—, sabes perfectamente que esos perros me odian —los señala con molestia.

—A ti tampoco te agradan —señalo poniéndome de pie.

—Solo mantén a esas bolsas de pelos lejos de mí —camina hacia las escaleras enojadas, pero antes se acerca a saludarme —. Me iré de viaje esta noche, Europa me espera, regreso en una semana —se detiene a mitad de las escaleras cuando dice esto, luego sigue su camino hasta que la veo llegar a nuestra habitación mientras Marshall se lleva a los perros.

Salgo de la casa y conduzco para llegar a mi oficina, una vez llego, entro y escucho a mi asistente mientras me da un informe completo de lo que sucedió mientras no estaba aquí.

—Gracias, puedes retirarte —le digo a Kathe apenas termina, ella se pone de pie y camina para salir de mi oficina.

—Nick —entra mi abuelo, mi relación con él no es la que se espera entre un abuelo y un nieto, nunca nos hemos llevado muy bien que digamos, mi madre y la empresa es lo que mantiene nuestro contacto.

—Abuelo —me enderezo en el asiento y uno mis manos en mi regazo.

—Acabo de enterarme acerca de la reunión con el que sería el cliente más importante en la historia de la Garnett Morgan & Co, lo que me extraña es que no fuiste tú quien me lo dijo —parece molesto.

—Siempre hay alguien que te informa lo que sucede aquí, no debo mover un dedo para que te enteres —lo miro sin expresar emoción alguna.

—Eres un muchacho insolente, sabes que eso me agrada, todo un digno representante de nuestra familia —sonríe con malicia—. Este fin de semana es el cumpleaños de tu madre, asegúrate de estar ahí, por alguna razón le encanta tener a su hijo pedante en casa, la harás… feliz —dice la última palabra con desagrado.

Hago un gesto de fastidio con mi boca.

—Sabes perfectamente lo que haría feliz a mi madre, pero decidiste negárselo, ahora no me quieras hacer creer que te interesa su felicidad —digo con acidez y le escucho reír.

—Esa pelota ahora está en tu lado, hijo —muevo mi cabeza para liberar la tensión de mi cuello —, eres tú quien debe de encargarse de eso, pero es evidente que no lo has logrado —afirma con burla—, asegúrense de tener todo listo en la reunión de mañana, haz que tu primo llegue puntual, lo conoces, la puntualidad no es su mayor virtud, mucho menos cuando se enreda en alguna falda, lo que no está mal, pero debe llegar a tiempo esto es realmente importante —hace énfasis en las últimas palabras y se va.

Al día siguiente.

Espero a que Will llegue a la entrada del edificio, donde tendremos la reunión, le pedí que llegara con 30 minutos de anticipación, pero como es común, llega 10 minutos tarde, afortunadamente me asegure de que contemos con los 20 minutos para hacer el ingreso lo que es suficiente, veo que arregla su corbata mientras camina hacia mí.

—¿Vamos? —cuestiona con gesto relajado y entra antes que yo, me trago mis reclamos y lo sigo. Después de pasar tres filtros de seguridad podemos continuar nuestro camino.

Llegamos a una gran sala de reuniones, donde ya podemos ver a varias personas a quienes saludamos, aún tenemos tiempo antes de que la reunión comience.

Mi teléfono anuncia una llamada y lo tomo para responder.

—Madre —Hablo mirando a través de la ventana de la sala, puedo ver los árboles y algunos pájaros.

“Imagino que mi padre ya te ha dicho que haré una celebración para mi cumpleaños, es el próximo fin de semana, no hace falta que te diga que no puedes faltar, Llamé a Caitlyn he hecho que suspenda su viaje al medio oriente y regrese para estar aquí” habla con seriedad, imagino que mi hermana debe de estar muy molesta por tener que suspender su viaje.

Exhalo, no soporto las reuniones de mi madre y sus amigos insoportables.

—Bien, madre, ahí estaré, aunque Barbara no irá, esta noche se va a Europa.

“Claro que irá, querido, ya hablé con ella, tu esposa estará aquí para mi cumpleaños”

Justo en ese instante escucho que varias personas entran a la sala de reuniones, me giro y veo al ministro y junto a él… Ella.

Dejo caer mi mano ignorando lo que sea que mi madre esté diciendo al otro lado de la línea, la observo caminar enfundada en un traje negro ajustado al cuerpo, su cabello está suelto perfectamente peinado, usa joyas que podrían costar lo que vale uno de mis apartamentos. Cierro los ojos y sacudo mi cabeza pensando que es producto de mi imaginación, los abro nuevamente para encontrarla sonriendo con amabilidad a los acompañantes del ministro.

“¿Esto es real?”, me pregunto.

—Esa chica me recuerda a…—Will la observa fijamente, entonces es real, ella está aquí.

—Garnett —se acerca el ministro y yo camino hacia él sin dejar de mirar a la mujer que se encuentra a su lado, quien logra descolocarme, ya que parece no demostrar ninguna emoción al verme, haciéndome creer que se trata de alguien más y que me he confundido, sin embargo, el parecido con ella es increíble.

El ministro me saluda e intento seguir su conversación, pero me es imposible, la única mujer presente tiene toda mi atención, comienza a presentar a las personas en la sala, sus acompañantes hasta que llegamos a ella.

—Garnett, ella es Alaia Russell, representante de T-World, una importante compañía de telecomunicaciones estadounidense que tiene su sede principal en España.

“Alaia” “Alaia” “Alaia” es su nombre, pero no su apellido.

—Un placer, señor…—me observa altiva.

—Garnett —aclaro tomando su mano y mirando sus ojos, esos ojos que son y no son los de aquella chica que un día abandoné.

—Podemos iniciar —el ministro nos pide sentarnos.

Alaia suelta su mano de mi agarre y camina para sentarse en una de las sillas frente a la mesa junto a un hombre joven que la acompaña, ignorando por completo mi presencia.

El ministro comienza a hablar y mis ojos se desvían hacia ella, cada segundo confirmo que es ella, sus gestos, su mirada, aunque dista de la chica que algún día conocí, es alguien completamente diferente que ha decidido hacer de cuenta que no me conoce.

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