Ashley

Con la respiración acelerada observo al hombre que dice ser mi padre.

—Vámonos de aquí, no tenemos nada que hacer en este lugar —les digo a mis acompañantes—, y usted, señor Russell, le agradecería que nunca más vuelva llamarme hija, así como yo olvidare de que es mi padre.

Camino furiosa hacia la puerta e intento respirar con calma en el ascensor.

—¿Qué haremos ahora? Todo se ha perdido —Tino habla completamente consternado.

—Hallaremos la manera de resolver esto —Alaia acaricia el brazo de Tino y él la abraza.

Salimos del edificio y vamos en silencio en el auto.

Pido a los chicos, que nos lleven a mi casa, en el momento en que llegamos me apresuro a salir del coche y entro a paso rápido hasta mi habitación.

—Ash, cari, pero ¿Qué te pasa? No has dicho una sola palabra, que no es normal en ti —mi amigo camina detrás de mí seguido por Alaia.

Comienzo a buscar entre mis cosas como una loca.

—No recuerdo el nombre —digo y los dos me siguen mirando en silencio sin entender nada —,