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VII - Y si para ganar su corazón...

"No hay mucho que me haga sentir, sí, sé que no debería sentir... Pero me dejas dudando."

La sangre llenaba el suelo, el olor llegaba hasta mis fosas nasales... No aguantaba un segundo más al lado de su cadáver.

Todavía no entiendo... No se porque aquel día que compartí tantas cosas con ella no decidió escribir nada en sus reportes "diarios"... Los pongo entre comillas ya que desde ese día no ha escrito gran cosa sobre mi, sólo repite mis cambios drásticos desde el primer reporte positivo o a mi favor. Sin embargo. ¿Por qué escribió en ingles aquel día? ¿Por qué esa frase? ¿Significa algo más de lo que aparenta? Tantas preguntas sin respuestas... Sólo necesito fijar mi objetivo.

Aquella tarde decidí hacer una especie de picnic con Jade, ya que... Estaba cansado de lo habitual y monótono. Le invite a comer unos sándwiches que había preparado la noche anterior, jugo de naranja y con tan sólo mirar la naturaleza sabía que ambos éramos felices.

Le dije que a las 2:34 PM estuviese lista, quedaban un par de horas aún, por lo que podía hacer un par de cosas más... Así que me acerqué y toqué a la puerta de su cuarto.

«Adelante, H» escuché y cedí la puerta para poder entrar. Al entrar Jade estaba acostada en su cama con los brazos completamente estirados alrededor de la cama.

«¿Me abrazas, H?» preguntó... Sin decir nada solo me acosté levemente sobre ella y apreté levemente mi cuerpo junto al de ella.

«¿Todo bien, Jade?» pregunté.

«Sí, todo bien. Sólo pensaba en algo no tan importante. Por cierto... Compré unas cosas, ropa para ser exacta... ¿Si me la pruebo me dirías cual te gusta más para el picnic de hoy?» preguntó.

«No, no me gustaría. Ya que lo considero algo importante, y verte antes como estarías sería dañar mi sorpresa ¿no crees?.» expliqué.

«Mmm, entiendo, tienes razón... Mejor que sea sorpresa, si así lo deseas.» sonriente. «Entonces necesito que te vayas para empezar a arreglarme.» dijo quitando su blusa y dejando sus lindos pechos entre su brazier. Empezaba a sentir cierta emoción y adrenalina al ver a Jade quitarse prendas de ropa en frente de mi.

«Supongo que tienes razón, yo también debo alistarme. Así que me iré.» Dije un poco apenado por verla así.

Subiré también a mi habitación para vestirme como nunca me ha visto. Aunque igual debo escoger algo cómodo, es un almuerzo básico, no la alfombra roja. Al paso de unas horas ambos estábamos listos. Arreglé las cosas en el patio trasero, casi teniendo vista al lugar donde un día resbalamos.

Minutos más tardes Jade llegó. Se veía radiante... Tenía un pequeño y corto vestido para "eventos" como este. Era cómodo y fresco por lo que podía notar. Siempre que la veía detalladamente podía notar lo hermosa que es, pero... 

Me levanté y le ayudé a sentarse suave y cómodamente sobre la manta que nos cubría del césped.

«Te ves muy hermosa, J. Bueno lo que quiero decir es que todos los días lo estás... Pero hoy, te luciste...» Dije tomando su mano izquierda con mi derecha.

Hablamos demasiado aquella tarde, tanto así que no planeé que decir. Sólo salían palabras, sonrisas, risas y hasta momentos donde ambos pudimos haber estado incómodos por algunas menciones un tanto subidas de tonos. Veía a los ojos de Jade, y podía ver el fuego en su alma. Por muy inocente que pareciese sabía que en el fondo ocultaba una mente retorcida, eso solo lo hacía más hermosa.

«Jade... ¿No crees que nos parecemos mucho?» pregunté, era necesario decirle aquello. Ya que así podía saber qué pensaba exactamente de mí.

El silencio nos cayó por un par de segundos en los cuales reaccionó a mi pregunta.

«Mmm, quizás si, quizás no, H. Tenemos diferencias, como todos los humanos en sí. Si bien en claro tenemos cosas que nos hacen entrelazarnos, también tenemos otras que solo quitan los lazos ¿no crees? Porque... Ok, tenemos pensamientos parecidos y todo... Pero al final somos bastante diferentes.»

No me esperaba tal respuesta, M****a Jade, pensé que pensabas mejor de mi... Supongo que igual no eres tan presa fácil. Tendré que intentarlo nuevamente... Está vez solo aceleraré tu corazón.

«Tienes razón, J. Aunque encuentro menos diferencias que tú. Ambos tuvimos un pasado difícil y si bien en claro sabes que pude probablemente haber herido a alguien. No creo que exista tanto que rompa las "cadenas". Somos jóvenes, y aún así te puedo asegurar que pensamos parecido, sino nuestras conversaciones serían cotidianas y con poca magia. Por llamarlas de alguna forma. ¿No crees?» terminé sonriendo.

«¿Eres poeta, H?» sonriendo.

«No, si lo que buscas es bromear con ello. Pero si me gusta la filosofía. Y una que otra forma de desaparecer de esta realidad.»

«Ah... ¿Sí? Bueno, defíneme con un verso o frase que consideres se acopla a la señora presente, Jade» como si me retara. 

¿Lo haces en serio? ¿Crees que no sabía que dirías eso?

«Cuando el camino se vuelve difícil sólo sigues caminando, sabes perfectamente que el problema es el camino, no tú.» dije con aires de Shakespeare... 

«Wouh!» sus ojos se iluminaron. «No me esperaba que en realidad respondieras, H.»

«Digamos que podrías esperar un poco más de mi a partir de ahora...»

«Ah... ¿Sí?»

Habíamos pasado horas en la parte trasera de la casa, por lo que ya el sol estaba ocultándose y el atardecer siempre ha sido algo que anhele apreciar, y ahora sabré si a ella igual.

«¿Te gusta ver como se oculta el sol, J?»

«No lo sé, le tengo miedo a la oscuridad.»

«A la oscuridad...? O ¿Lo que se puede esconder en ella?»

«No lo sé exactamente, sólo sé que odio estar a oscuras....»

Gracias por el detalle, niña.

«Y si... ¿Soy yo quien alumbre tu camino lleno de oscuridad?» sonriendo y volteando a verla.

«Podría decir que las cosas podrían, en serio... "PODRÍAN"... Ser diferentes.» devolviendo la mirada a mis ojos.

El sol empezaba a reflejarse en sus ojos oscuros, y su piel blanca como la nieve. Sus mejillas un poco irritadas por el sol de la tarde eran una fusión de colores que sencillamente no podría definir.

Supongo que simplemente es una chica hermosa, con una mente inteligente. Me encantaría que lo intentases mejor, J....

Me acerqué lentamente hacia ella, abrazándola y besando su mejilla... Pero esta vez acercándome más a la zona baja de su oreja. Tenía dudas por lo que pudiese producirle a su cuerpo aquella acción. Como lo esperaba arqueo suavemente su cuello, y cerró sus ojos... Era el momento, era ahora... Saber si funcionaba o simplemente tiraba todo a la b****a.

«Tengo que intentarlo.» Sólo espero no arrepentirme.

Salí de su cuello y me acerque a sus labios, suaves y rojizos. Demostrando la completa delicadeza de su sexo y obsesión por verse perfecta, sólo para mi...

Ahora serás mía, J.

Besé sus labios, sintiendo los suyos envolver los míos. Abrió los ojos perpleja pero sin cortar aquel beso que quería hacer interminable. Cerró sus ojos nuevamente y su mano se posó en mi nuca, empujando levemente contra ella. Al saciar mis intenciones nos miramos fijamente. Nuestras miradas y el hielo en ellas se extinguió con tal calor que a ambos nos produjo aquella sensación.

«J... Lo sient...»

«Cállate, H» dijo volviendo a mis labios. Como si atacase a mi alma desde mis labios. Nuestras respiraciones agitándose y el aire que nos rodeó denso quedó. Era la divina presencia de una emoción que jamás conocí. Era la divina sensación de un beso. 

El sol se ocultó completamente y las estrellas ahora eran las únicas testigos de aquel momento en el que nuestros labios decidieron hacernos una sola alma.

Desde aquí empieza mi plan...

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