[Sólo escuchaba las sirenas policiales y sentir las frías luces detrás de mi, mientras trataba de alejarme de ellas]
Ciertos días después de escapar de casa junto a Jade decidimos parar en un pequeño establo de madera, por estos lugares siempre hubieron muchos granjeros que conocían a mis padres, pero muy pocos; por no decir ninguno. Sabía bien de mi. Sólo pensaban en el pequeño niño de padres millonarios que no salía por miedo al resto del mundo. Pero no, no era al mundo, ni a las personas. Miedo a lo que ellos me creían capaz de realizar.
De cierta forma la perfecta figura de Jade, junto a su gran encanto siempre hacía que las personas no sospechasen nada de porqué un par de jóvenes corrían por ahí. Y al momento de que nos detenían para preguntarnos algo ella siempre me desviaba para no deja
«¿En que piensas, H?» preguntó.Su comentario perturbó un poco mi pensamiento, que de algún modo si, tenía que ver con ella. Jade se me hacía perfectamente desconocida. Ella sabe cosas de mi, pero... ¿Yo de ella? Más allá de las palabras que saqué de su ordenador, no tengo idea de nada... Es extraño, porqué en algún momento pudo ser detestable o quizá la quise ver de esa forma... Ya que, adaptarme a alguien o algo nuevo no es tan fácil como pueda tratar de hacer verlo. Aún no, no me adapto. Sólo sigo nuestro juego, esperando poder estar juntos en un futuro no tan lejano.«¿Cómo llegaste a mi casa?» contestéVi como inmediatamente retomo postura y fijándose completamente en mi dice:«¿Eso realmente importa?»
[VOZ DESCONOCIDA]«¿Como te declaras?»«Inocente.»Jade y yo empezamos a caminar a la siguiente madrugada, por cuestión de que no daríamos indicios de que estuvimos en ningún lugar, para el resto del mundo éramos prófugos. Pero por dentro...Caminamos por zonas muy de baja clase, no podíamos llamar la atención en pleno centro de Londres. Para mi conocer lugares y entenderlos era divertido. Así que con eso en mente y un cuchillo en mano sería aún más excitante. Jade por otra parte, sólo me tomaba sin soltarme de mi brazo derecho y cada que escuchaba algún murmuro o un sonido extraño apretaba más mi brazo a su cuerpo, como si de asustarse tratará.«Estás a salvo.» No cansaba recordarle que
Verle así... Era, era... Me sentí culpable. Conocía perfectamente a mi "familia", a mi madre y parte de lo que ahora es mi padre. Conocí todo mientras estuvieron conmigo, lo poco que conmigo estuvieron claro.Cada cosa podría ser tan insignificante para cualquiera, pero para mí... Podía ser la contraseña de algo importante, o códigos que alguna puerta abrirían, o un simple juego de ajedrez, en el cual yo no era el peón sino el rey disfrazado de arfil. Ver la noche arropar las llamas y caos de todas las personas que me rodeaban era esplendido. Era... Una manera de desahogar tanta ira de una manera tan brillante. Sin ser yo, sin tener que ver, todo por parte de ella... Gracias, muchas gracias. Jade. «¿Crees que todo esto está bien, H?» «¿Crees qué no lo está?A veces no te entiendo, o te enfrascaste tanto en querer entenderme que te olvidaste entenderte.» «¡H!» Ok, era la primera vez
Haytham, cuéntanos todo... Desde el principio ¿Quieres?El tiempo nunca se detuvo, menos en el momento en el que Jade me estaba apuntando a la cabeza con un arma.«Te veo preocupada Jade»«Quizás me sienta algo confundida por el momento, créeme no es fácil llegar a donde estamos.»«Bien, eso lo entiendo... Pero estamos a nada del piso final y te necesito enfocada en todo el plan. Hoy liberamos todos nuestros actos de sus cadenas, o lo creen que pudimos haber hecho.»Rozamos las puertas del vigésimo piso y con pocas fuerzas podíamos seguir, subir 23 pisos es algo que... Si es, en fin... Valía la pena en todo sentido. Para Jade y para mí.Este piso al cual nos dirijamos era el piso central, cada bit de información salía y entraba al mismo. El despa
«Seré tu niñera, mi nombre es.. Jade Collins.»«¿Una niñera?, esto debe ser... Debo estar soñando ¿no?»«No lo es Haytham, esto es la realidad.»Mi nombre esHaytham French.Si, soy hijo de losFrench's.No es necesario que lo recuerden a cada momento de mi vida.Tengo dieciséis años, padres ocupados, una supuesta vida "resuelta". Pero, ¿de qué te sirve una vida así, cuando dudas de la felicidad habit
A la mañana siguiente sinceramente no tenía ganas de levantarme. Por primera vez en mis 16 años mis padres se molestaron en tocar a mi puerta, sólo para pedir que me alistara y poder recibir a mi nueva amiga.Luego de arreglar mi habitación me levanté y fuí a mi baño, tomé una duché... Diría que tengo la costumbre de bañarme simultáneas veces al día por el simple hecho de... ¿La satisfacción de estar hidratado, y limpio quizás? Limpie mis dientes y arregle lo que me pondría para ese día.Era una camisa blanca de mangas largasHackett Londoncon un patrón algo bastante difícil entender. Vaqueros negrosStivanelly'sbastante ajustados y unaVans&nb
Respiraba con la respiración agitada, solo contemplaba lo que tenía en mis manos... Y su sangre corriendo por todo el suelo, y un cuchillo ensangrentado en mi palma derecha...Aquella mañana estaba todo listo para el desayuno cuando baje las escaleras, Jade traía puesto un pequeño delatan de colores claros y de alguna forma llamaba mi atención el olor de lo que cocinaba.«Buenos días, J.» Si le estaba llamando igual que ella a mi para saber si se daba cuenta de lo irritante que sonaba.«Me dijiste, ¿J?» sonriendo y aplaudiendo el hecho de que la llamase así. Sinceramente ya teníamos una semana conviviendo y nos habíamos
"Las personas al parecer no notan la manera en la que las veo, ellos no se dan cuenta porque no les importa nada más allá de su nariz, por mi está excelente."Como era de costumbre Jade había salido aquel día en la mañana. Según ella lo que hacía las mañanas en las cuales salía, era buscar uno que otro lugar de trabajo. Ya me cansaba de su mentira y no aguantaba más el momento de saber qué era lo que realmente hacía.Para quemar mis dudas tendría que usar conocimientos pasados. Verán, desde mi muy pequeña edad comencé a tener gustos informáticos, codificación y algún que otro haz con el que podía dominar cualquier pantalla con teclado. A mis trece años l