Christopher
Siento ruido a mi alrededor y me despierto. Unos pitos suenan desde el lado derecho de donde me encuentro. No sé dónde estoy, pero sí me doy cuenta de que estoy acostado sobre algo blando, así que rápidamente asumo que me encuentro en un hospital.
—¿Dónde estoy? —pregunto a una enfermera, que está tomando nota de unas máquinas a mi lado.
—Está en el hospital, señor Adams —responde, confirmando mis suposiciones.
—¿Hace cuánto tiempo?
—Hace dos días, señor.
—¿Dos días? ¿Cómo llegué aquí?
—Unos empleados de su empresa lo trajeron.
—¿Sabe quién…?
—Fui yo, Christopher, yo te traje —contesta Sophie al entrar a la habitación.
—¿Q
Estoy demasiado preocupado.Hace unos días —cinco para ser exactos—, que salí del hospital y todavía no he tenido noticias de mi novia o del imbécil de Scott. Maldito lunático.Estoy desesperado, solo quiero saber si se encuentra bien y sobre todo, si está viva.No quiero preocupar a Ellen, pero no tengo más remedio que confesarle lo que está pasando, para poder saber algo más del psicópata y descubrir dónde puedan estar. ¿Estará alimentándose? ¿La estará tratando bien? Son tantas las preguntas que tengo, y dudo por completo que ahora mismo puedan ser contestadas.La empresa siguió funcionando mientras estuve en el hospital, gracias a la ayuda de mi socio y gran amigo, Michael. Ahora vino a verme a mi departamento, y al igual que yo, está muy preocupado por lo que está pasando. Sé que también desea
Ahora mismo me encuentro en mi avión privado viajando a Nueva Jersey para visitar a Ellen y a Melissa, para informarles lo que está pasando y así puedan ayudarme. Tengo la esperanza de que con la mínima pista, logre dar con el paradero de mi novia.Jessica me ofrece té, o simplemente agua, pero no acepto nada. Lo único que me importa es encontrar a mi chica y que esté a salvo.Estoy tan ansioso por llegar, que no me doy cuenta que efectivamente, eso estamos haciendo, solo reacciono cuando la azafata me lo informa; cuando, más bien, me despierta.Al bajar del avión decido hablar un breve momento con la tripulación.—Gracias, James, Jessica, por responder a mi llamada lo antes posible. La situación con Ashlee es muy delicada, se encuentra desaparecida y tengo sospechas de que se puede hallar aquí.—No se preocupe, señor Adams —responde el pilo
—¡Christopher, qué sorpresa! —exclama Melissa emocionada, al verme. Mira a ambos lados buscando algo o a alguien—. ¿Ashlee no vino contigo?—Hola, Mel. No, Ashlee no pudo venir conmigo. ¿Está Ellen en casa?—Sí, claro, pasa —responde, recibiendo mi abrazo—. Está en la cocina.—Gracias, pequeña.Sigo a Melissa hasta allá y observo a Ellen muy concentrada, trabajando en un pastel. De seguro es algún pedido de su negocio.—¡Mami, tenemos visita! —comenta Melissa cuando entramos a la cocina. Mi suegra levanta la cabeza y nos observa.Se da cuenta de que soy yo y se apresura a limpiarse las manos para saludarme. Mientras se acerca, siento una leve congoja en mi pecho; no me gusta ser quien da las malas noticias, pero en esta ocasión debe ser así, si necesito información que pueda serle ú
Luego de colgar la llamada, Ellen arroja el teléfono al suelo sin importarle dónde caerá. Prácticamente, corre a mis brazos y la acepto, tratando de calmarla. Comienza a llorar, y aunque quiero preguntarle si era Ashlee, prefiero callar y dejar que llore.Trata de hablar, pero no puede, hipea cada vez que lo hace.—Tranquila, Ellen, por favor.—Era-era ella. Era mi niña.—¿Qué te dijo? —pregunto con desesperación.—Solo alcanzó a decir "Mamá, estoy bien".Un enorme alivio me atraviesa el pecho gracias al hecho de saber que mi novia se encuentra bien.—¿Cómo que... solo alcanzó?—No lo sé. Se escuchó un forcejeo de fondo y después se cortó la llamada. ¿Qué tan grave es lo queestá pasando?—Temo que el imbécil de Scott pueda
AshleeSigo aturdida y sin entender nada. No sé cuántos días han pasado desde que estoy aquí atrapada. Scott se está comportando extraño. Me habla y atiende de manera amorosa, es como si para él todavía fuéramos novios y el tiempo no hubiera pasado.Miro a mi alrededor y todo lo que veo es puro lujo. Todo es blanco y con algunos toques en gris y negro. Parece una habitación de hotel, de esas de estilo minimalista.—Mira, cariño, ¿te gusta lo que te compré? —dice luego de mostrarme unos hermosos pendientes de oro. No puedo negar que son bellos, pero no se lo haré saber. Solo quiero volver a mi vida.—No lo sé, nunca me gustó lo costoso.—Nena, por favor —comenta, acercándose a donde estoy, sentada en la cama—, los compré pensando en ti.No quiero
ScottNecesito salir de aquí con Ashlee, y cuanto antes. Por la llamada que hizo, de seguro, pronto nos descubrirán.Estoy loco por Ashlee, la amo demasiado y no dejaré que nadie me la quite. Hice lo que estaba a mi alcance para estar con ella. Sarah me ayudó bastante en aquellos años, cuando le robé a su novio, y fue un placer saber que Ashlee era novia del mismo imbécil, por ende, me será mucho más fácil robarle ahora dinero a este tipo, si es necesario.Es de noche y es maravilloso verla dormir. Desde que la traje conmigo, ha habido veces que me he dormido tarde solo por mirarla. Quiero recuperarla y para ello haré lo que sea necesario para conseguirlo.Mañana por la mañana la llevaré a nuestro lugar especial. Quiero revivir con ella algunos de los maravillosos momentos que vivimos juntos.Recuerdo que el último
Ashlee debe volver con Scott, es probable que pronto comience a buscarla, y no quiero que eso arruine mi plan. Fue un completo imbécil al no escapar de inmediato, apenas Ashlee llamó a su madre.Me despido de mi novia, prometiéndole que estaré cerca y vigilando cada paso que dará Scott. No voy a dejarla sola y la llevaré conmigo de regreso a casa. Eso la deja más tranquila. Sé que confía en mí.Le indico donde me siento, para que esté confiada de que nada le pasará mientras yo esté cerca. Al sentarse en su mesa, puedo ver que lo de ser actriz se le da muy bien, ya que no le es difícil fingir que nada ha pasado, como si no nos hubiésemos visto tan solo unos minutos antes.Yo también regreso a mi lugar.Sigo comiendo de mi plato, y de vez en cuando le regalo un guiño a Ashlee cuando ella me ve, sin que Scott se dé cuenta, por supuest
Ashlee—¿Por qué demorabas tanto? —pregunta Scott, apenas salgo del baño.—Necesitaba un tiempo para mí, sola, ¿no crees? —comento, para luego emprender mi camino a la mesa nuevamente.—Ash, bebé, perdón —se disculpa, a la vez que detiene mi paso, agarrándome del codo—. Es que me vuelvo loco si no estás conmigo.—No te preocupes, de eso ya me di cuenta —menciono molesta—. A veces necesito estar sola y el baño es la única opción que tengo —le explico para que entienda de una vez.—Perdóname. Trataré de ser más comprensivo. Es que es demasiado el tiempo perdido sin ti.—Ya te dije que ese tiempo fuiste tú quien se lo buscó. Déjame ir, no quiero estar aquí, contigo.—Eso no, preciosa. Tú