Capítulo 7

Ashlee

Hoy es la reunión de Chris con el señor Hamilton y mi jefe más nervioso no puede estar. Han acordado reunirse a las diez con treinta de la mañana y Hamilton lleva diez minutos de retraso.

Cuando salgo de la oficina de Christopher, suena el ascensor, indicando que alguien ha llegado. De sus puertas sale un joven de unos treinta años, vestido de traje negro, peinado, algo engominado, y acompañando su rostro con un bigote y una barba algo frondosa.

Al acercarse a mí y presentarse como el señor Jake Hamilton, noto en su mirada como si le conociera de antes, pero no logro saber de dónde.

Le aviso a mi jefe de su llegada y lo acompaño a la entrada de su oficina.

Una vez sola, puedo recomponerme de la mirada atemorizante y misteriosa de aquel hombre. Tengo la intuición de que no traerá nada bueno, solo espero estar equivocada.

Christopher​

Por fin ha llegado el día en que me reúno con aquel hombre, el señor Jake Hamilton, que dice ser dueño de una empresa de comida para vegetarianos que está comenzando y que, según explicó, nos buscó porque sabe del potencial y renombre que tiene nuestra empresa en la ciudad.

Cuando entra a mi oficina, creo ver que mira de forma extraña a Ashlee, pero no le dice nada. Deben ser solo ideas mías.

—Buenos días, señor Hamilton —saludo al hombre que ingresa mientras me levanto de mi asiento.

—¡Buen día, Christopher! —Responde muy animado, dándome la mano—. Es un placer conocerte al fin.

—Lo mismo digo. Tome asiento, por favor. —Le indico la silla frente a mi escritorio.

Nos sentamos y noto algo extraño en su mirada.

—Disculpe. ¿Lo conozco de alguna parte?

—No lo creo —añade muy seguro—. Estoy hace muy poco aquí en Chicago.

—Puede ser. Lo que pasa… es que su rostro me es algo familiar. En fin, cuéntame, ¿qué te trae hasta aquí?

—Como te mencioné antes por teléfono, tengo intención de abrir un restaurante de comida vegetariana en la ciudad y tengo entendido que tu empresa es una de las mejores con referencia al marketing.

—Así es. Ya llevamos unos cinco años en el rubro y nos ha ido muy bien.

—Entonces me alegra haber escogido bien.

—¿Te apetece un café, un té…?

—Sí, un café estaría bien.

Marco el intercomunicador para hablarle a Ashlee, ocupando el altavoz.

—Ashlee, ¿podrías traer dos cafés, por favor?

—Sí, señor. Enseguida se los llevo —responde ella. Hemos acordado que si se trata de clientes, seguiremos relacionándonos como lo que somos laboralmente. No queremos mal interpretaciones de parte de ellos, por resguardo a que decidan terminar sus contratos con nosotros.

Cuelgo la llamada y me centro nuevamente en este potencial cliente. Mi sorpresa es mayor cuando veo que me apunta con un arma y está listo para disparar.

—¡Suelta ese teléfono y desconéctalo! —ordena gritando.

—¿Señor Hamilton? —pregunto alarmado.

—No soy el señor Hamilton. Soy Scott Hartmann.

—¿Scott? —digo segundos antes de que Ashlee entre.

De pronto, somos interrumpidos por ella, que entra a la oficina con la bandeja y los cafés. Su grito de miedo, al ver lo que está pasando, hace que se le caiga la bandeja y por ende, los cafés también llegan al suelo.

—¿Q-qu-qué su-sucede aquí? —formula asustada, sin importarle que parte del líquido haya caído sobre ella, quemándola un poco.

—Ashlee, cariño, quédate allí y no te muevas... —le pido, tratando de sonar calmado, sabiendo que Scott sigue apuntando a mi cabeza.

—¡Ven aquí, mi amor! Esperé tanto este momento.

—¿Quién es usted y por qué me dice amor?

—Soy Scott, ¿no me reconoces? —explica esperanzado en que eso suceda, a la vez que se saca la barba y bigote postizos.

—¿Sc-Scott?

—Sí, nena. Ven.

—¡No! —Grita ella—. ¡Me engañaste!

—¡Ven aquí o te arrepentirás! ¿Ves mi arma? —Interroga al tiempo que la mueve, sin dejar de apuntarme—. Esta arma está lista para disparar y si no vienes ahora hacia mí, tu novio morirá en este momento.

Ashlee y yo nos miramos por un breve lapso de tiempo y le indico que le haga caso. Ella lo hace, parándose justo enfrente de mí, pero quedándose a un lado de Scott.

Él, sin desaprovechar el momento, la abraza, hundiendo su rostro en el hueco de su cuello y oliéndola, deleitándose con su olor. Ella, asqueada por el toque, trata de soltarse pero no lo consigue, ya que el agarre que tiene Scott sobre su cuerpo se lo impide.

—Volveremos a estar juntos, mi amor... y para siempre —le explica, mirándola fijamente, momento en el que trato de acercarme para soltarla del agarre del imbécil de su ex novio, pero es en vano. La bala que amenaza con salir, lo hace y llega a mi hombro, dándome un tiro certero en el lado izquierdo. Caigo al suelo retorciéndome del dolor.

—¡Te dije que no te acercaras!

—¡Chris! —grita Ashlee desesperada, queriendo por segunda vez soltarse de su agarre, siendo aquello imposible, ya que Scott la aprieta más contra él.

—¡Me las pagarás, maldito! —Le increpo, agarrando mi hombro dolorido—. Ashlee es mi novia ahora, tú la perdiste hace tres años, cuando decidiste hacerte pasar por muerto.

—¡Cállate! —exclama, provocándome—. Tú no sabes nada.

Trato de levantarme del suelo, pero no puedo, el dolor se hace más fuerte al querer mover el brazo. Entretanto, Scott deja de agarrar a Ashlee, se acerca a mí, saca algo de su bolsillo, y me tapa la nariz y boca, impidiendo que respire nada más que el olor de aquel paño. Es cloroformo. Al cabo de unos segundos, mis ojos se cierran y no sé nada más.

Ashlee

Trato de acercarme a ellos, pero mis pies no responden. Estoy en shock por estar frente a Scott.

¿Por qué tuvo que aparecer así de pronto a joderlo todo?

—¡Chris despierta! —Le grito a mi novio, deseando que despierte, cosa que no sucede.

—¡No despertará por un buen rato, así que tú te vienes conmigo!

Apenas termina de hablar, me agarra muy fuerte de los brazos y me pone el mismo paño que ocupó con Christopher hace un instante. Trato de forcejear para soltarme, pero es imposible, aplica demasiada fuerza. Al cabo de un minuto, me doy cuenta que voy cayendo inconsciente, al igual que Christopher, y sintiendo que soy arrastrada por Scott hasta afuera de la oficina de mi jefe, sin claro conocimiento de adónde me llevará.

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