Christopher
Estamos en la estación de policía, yo espero en la sala principal mientras Ashlee declara contra Scott. Ya lleva cerca de veinticinco minutos dentro y estoy ansioso porque salga pronto. Como ya tomaron mi declaración, espero que con la de Ashlee sea suficiente para dejarle tras las rejas.
No me doy cuenta cuando termina el interrogatorio, solo hasta que el oficial a cargo de tomarle la declaración se despide de ella.
—¿Todo bien, oficial? —consulto al policía.
—Sí, señor. Todo bien. Les estaremos informando apenas tengamos novedades de Scott Hartmann. Muchas gracias, señorita.
—Eso deseo, señor oficial. Scott es una persona dañina, y no solo para mí.
—Haremos lo necesario para detenerle definitivamente. Muchas gracias de nuevo, señorita Thompson, pueden retirarse.
—Ha
Ha pasado un mes desde que volví a casa. Christopher, sin duda, se ha esmerado en que olvide lo ocurrido.Finalmente, en la empresa se supo lo que me había pasado, pero mi jefe exigió el máximo de respeto para mí, así como también, ambos terminamos por confesar que somos pareja. Al principio, se sintió incómodo que todos estuvieran al tanto de ello, pero no me quedó otra que aceptarlo, ya que de todos modos, era algo que se sabría sí o sí.Ahora nos preparamos para ir a la casa de sus padres. Estoy muy ansiosa por conocerles al fin. Mi novio, por su parte, también está muy nervioso, incluso mucho más que la vez anterior, cuando me dijo que iríamos de visita. Por lo que me ha dicho, soy la primera novia que lleva a su casa, después de Sarah. También me cuenta que ellos nunca confiaron del todo en ella, y ahora ya entiende el por qué
AshleeChris se levanta para ir al baño, y aunque trata de verse en calma, puedo notar que se ha puesto nervioso de pronto. Lo conozco tan bien, que sé que algo se trae entre manos.Decido averiguarlo después.Mientras va al baño, me quedo conversando con sus hermanos y Amber. Todos me hablan de lo feliz que lo notan, que antes no era así, ni siquiera cuando estaba con Sarah. Eso me tiene muy contenta, porque mi propósito es hacerlo feliz, así como él lo ha hecho conmigo.De pronto, me cubren los ojos. Reconocería esas manos donde fuera, sé que es Christopher el artífice de esto. Entusiasmado me pide que no aparte sus manos de mi cara y que lo siga; cuando se pone en plan mandón no hay quién lo detenga; así que a regañadientes le obedezco, pero sin abrir los ojos. Mi novio y sus misterios son de temer, aunque siempre term
De pronto, me siento tan abrumada que mi mente, simplemente, se bloquea. De inmediato, unas lágrimas salen por mis ojos y no soy capaz de contenerlas. Cada día que pasa me siento afortunada de tener un hombre como Christopher a mi lado. Un hombre atento y preocupado, además de cariñoso, que no deja de demostrarme lo mucho que me ama.Noto, que luego de la pregunta de Chris —y por la que espera una respuesta—, todos me observan atentos a lo que yo pueda decir.Mi novio se acerca a mí y limpia las lágrimas de mi rostro.—Nena, sé que hemos pasado por mucho últimamente, pero quiero que sepas que mi amor por ti, en vez de decaer, aumenta día a día. Estoy ansioso por ser parte de tu vida para siempre. ¿Sería mi esposa, señorita?—Sí, deseo ser tu esposa. No hay nada que me haría más feliz que estar contigo para toda l
Esta mañana la vida se siente diferente. Estoy feliz y acompañada de quienes me aman y a quienes yo también amo. La única persona que me hace falta, estoy segura que me acompaña desde el cielo. Tengo quedecir que la vida finalmente me sonríe. Solo deseo que no se empañe por nada del mundo todo lo bueno que ha llegado a mí.—Buenos días, cariño —me saluda Christopher desde su lado de la cama.—Buenos días, amor. ¿Cómo dormiste?—Muy bien. ¿Y tú?—Con una sensación de paz, como no la sentía hace mucho tiempo.—Espero ser parte de ello.—Por supuesto, mi amor. Mientras estés conmigo, así será.—Entonces, nunca te desharás de mí.—Feliz de que así sea. ¿Se habrá despertado mi mamá, ya?&
ChristopherEstoy en la oficina revisando unos documentos que Ashlee me envió. Me encuentro firmando el último papel para concretar uniones empresariales con nuevos socios de la ciudad, cuando suena mi teléfono móvil. Al ver quién llama, me sorprendo, ya que es el jefe del departamento de policía de Nueva Jersey.—¿Diga?—¿Con el señor Adams?—Sí, con él. Buen día, señor Sanders.—Veo que dejó guardado mi número.—Por supuesto. Imaginé que tendríamos que hablar nuevamente, en algún momento.—Supuso bien, señor Adams. Pero también supongo que ya se dará cuenta de por qué lo estoy llamando.—¿Qué ha sucedido con Scott?—Todo este tiempo estuvimos indagando sobre él y hemos
Hace dos días que conversamos con el agente Sanders y nos confirmó que ingresarán a Scott a una clínica psiquiátrica. Debido a su "condición", no es posible dejarle preso, pero que aun así estará bajo vigilancia permanente, por si desea intentar alguna forma de escape.Como ya no necesitan otro testimonio de Ashlee, regresamos a casa con la tranquilidad de que Scott no volverá a molestarla, para que podamos concretar, finalmente, nuestros planes de matrimonio, como tanto deseamos hacerlo.Hoy volvemos al trabajo. Estamos listos y en camino a la oficina.—Por fin todo terminó —comenta Ashlee—, todavía no puedo creer que haya terminado en una clínica.—La verdad, es que yo sí. Tenía varios motivos para estar en una. Lo mejor de todo, es que ya no volverá a molestarnos.—Bueno, será mejor enfocarnos en lo pendie
AshleeHoy tenemos cita con la mejor organizadora de bodas de la ciudad, su nombre es Tiffany Jones. Revisé su página web y tiene las mejores recomendaciones, así que estoy tranquila de que estoy dejando mi anhelada boda con Chris en las mejores manos.Estoy nerviosa y no puedo evitarlo. Chris lo nota y me reconforta como solo él sabe hacerlo. Su abrazo es, como siempre, mi lugar favorito. Estaba tan ansiosa, que le insistí a mi prometido que llegáramos unos quince minutos antes de la hora pactada. Él aceptó sin ningún problema; se nota que también está algo inquieto.Chris suelta el abrazo y, por mi parte, miro la hora en el reloj de mi celular y solo faltan cinco minutos para la hora acordada. Miro la puerta del restaurante y veo que se abre, entra una mujer de unos treinta años, a quien reconozco fácilmente por las fotografías que a
Estoy junto a Christopher en la sala donde se está realizando el casting. Por lo general, cuando se van a hacer nuevas campañas publicitarias, los encargados del casting siempre piden la opinión del jefe, ya que desean que quienes sean los elegidos, sean del gusto del dueño. Esta campaña es la primera que se realiza, desde que estoy de novia con Christopher, así que no me quiso dejar a un lado de esto. De seguro es porque desea mi opinión.Entre tanta gente, sobre todo mellizos y gemelos, que ya no sabes por dónde mirar sin ver a un par, realizan las pruebas las gemelas Hills, las primas de Sarah. Debo reconocer que, aunque no soy experta en modelaje, lo hacen bastante bien. Miro de reojo a Chris, que también ha estado observando el casting muy atento. Noto que, al igual que yo, está impresionado con las gemelas.—¿Qué piensas, cariño? —le pregunto.—Son