Los minutos pasaban y ya algunas personas rodeaban el lugar fuera de la oficina de Dirección, mientras murmuraban cosas ininteligibles a los oídos de Margaret.Tatiana, que se encontraba a la par de Margaret habló, tratando de aliviar la tensión. —No sé ustedes, pero la mejor opción es llamar a la policía y arreglar esto. Margaret, ¿por qué no te encargas de eso mientras el Sr. Richard y nosotros limpiamos el desastre?Tatiana pidió ayuda a un par de maestros que solo se limitaban a observar. John estaba al lado de Richard, intentando calmarlo para que no saliera de control.Cuando Margaret hizo la llamada, no pudo evitar la sensación de que algo no estaba bien. Ya no sabía en quién confiar, y el sutil sabotaje de las cosas de Richard solo aumentó sus dudas.No pasó mucho tiempo hasta que llegó la policía, tomaron un informe y les aseguraron que harían todo lo posible para encontrar al culpable. Pero Margaret no podía evitar la sensación de que esto era solo el comienzo de algo mucho
Todo fue risas y alegrías por un momento en el restaurante, pero cuando terminaron sus copas de vino, el teléfono de Tatiana vibró con un mensaje. Miró hacia abajo y palideció, sus ojos se abrieron en estado de shock que intentó ocultar pero sin éxito.—¿Qué sucede, ocurre algo? —preguntó Margaret, preocupada.Tatiana trató de ocultar el mensaje a Margaret y James, pero ellos podían sentir su angustia. —¿Está todo bien, Tatiana? —preguntó James, preocupado y extrañado.—No es nada —dijo Tatiana, metiendo su teléfono en su bolso. Parecía que estaba mintiendo—. Solo una emergencia de trabajo. Lo siento, tengo que irme. Podemos hablar más tarde.Con eso, Tatiana recogió rápidamente sus cosas y salió del restaurante, dejando a Margaret y James solos en la mesa. Margaret frunció el ceño, sintiéndose incómoda. —¿Crees que algo está pasando? No es la primera vez que la veo así —le preguntó a James, quien se encogió de hombros. —No lo sé, Margaret, pero tenemos que tener cuidado. Sabes q
Tan pronto como Richard se dio cuenta de lo que James y Tatiana estaban haciendo con su computadora portátil, se puso furioso. Le dio un golpe a la puerta, provocando que casi se rompiera y haciendo que su mesa de noche se volcara —¿Qué diablos está pasando aquí? —demandó, sus ojos brillando con ira. James y Tatiana intercambiaron una mirada de preocupación y Tatiana rápidamente volvió a dejar la computadora portátil sobre la mesa.—Lo siento, Richard —dijo, con la voz ligeramente temblorosa—. Solo estábamos tratando de ayudar a Margaret.La expresión de Richard se suavizó un poco ante la mención del nombre de Margaret, pero todavía estaba claramente agitado.—¿De qué estás hablando? ¿Qué tiene esto que ver con Margaret? —preguntó.James dio un paso adelante, asumiendo la culpa de todo el asunto. —Fue mi idea. Quería ver si podíamos encontrar alguna evidencia para limpiar tu nombre, Richard. Solo estábamos tratando de ayudar —explicó, esperando que Richard lo entendiera. Pero la i
Margaret jugueteaba nerviosamente con el dobladillo de su vestido, sin saber cómo reaccionaría Richard ante lo que estaba a punto de revelar. No era fácil para ella, ya que sabía que no podía decirle todo aun.—Richard, hay algo que necesito decirte —dijo, mirándose las manos. Richard se enderezó y la miró fijamente. —¿Qué es? Puedes decirme cualquier cosa.Margaret respiró hondo antes de continuar. —Vengo de un barrio de clase alta en Nueva York. Conocí a Alexander allí y empezamos a salir. Pero luego las cosas se tornaron oscuras cuando llegó Ben a nuestras vidas.La expresión de Richard se oscureció.—¿Ben? ¿Es hijo de Alexander?—Es mi hijo —dijo Margaret, con voz temblorosa.—Fue violento con muchas personas en esa mansión, no digamos conmigo y con Ben. Amenazó con matarnos a los dos. Pero, afortunadamente, James me ayudó a escapar.El rostro de Richard se suavizó cuando tomó su mano. —Lo siento mucho, Margaret. Debe haber sido aterrador. Pero ahora estás a salvo, conmigo.Mar
Margaret vaciló por un momento. Todavía no estaba segura acerca de Richard, pero sabía que necesitaba mantenerse a salvo de Alexander y pensó en la seguridad de Ben.—Sí, viviré contigo —dijo con firmeza.Richard respiró aliviado. —Gracias —Richard suspiró y abrazó a Margaret, ella correspondió al gesto de cariño.Ambos se dirigieron hasta el apartamento donde Margatet se había estado quedando y comenzaron a empacar sus cosas y se dirigieron al apartamento de Richard. No tardaron mucho, ya que la joven madre solo tenía lo justo.Cuando se instalaron, Richard de inmediato comenzó a investigar las pruebas en su contra. Margaret se sentó en el sofá y observó cómo trabajaba Richard.—Margaret, ¿crees que Alexander realmente podría hacer algo como esto? — preguntó Margaret, todavía inseguro sobre la situación, porque carecía de pruebas. — No lo sé — respondió Richard, escribiendo furiosamente en su computadora —. Pero voy a averiguarlo.El teléfono de Margaret sonó de repente y ella lo d
Mientras continuaban discutiendo los detalles del plan, Tatiana no podía concentrarse, era evidente que se sentía cada vez más atraída por James.Desde que lo vio sabía que le gustaba, pero ahora empezaba a sentir algo más. No pudo evitar sentirse un poco celosa de Margaret, quien parecía tener la total confianza y atención de James.Pero James estaba demasiado concentrado en el plan para notar los sentimientos de Tatiana. Todavía estaba en conflicto con Margaret y no sabía cómo se sentía con respecto a Tatiana luego de aquel casi beso.Trató de dejar a un lado sus emociones y concentrarse en la tarea que tenía entre manos. Margaret no pudo evitar sentirse un poco incómoda. Así se estaba sintiendo desde que notó lo que Tatiana sentía hacia su amigo. Aparte, su desconfianza quería salir de control.Estaba poniendo su confianza en personas que apenas conocía, y había mucho en juego. Pero sabía que esta era su única oportunidad de limpiar el nombre de Richard, de saber su verdad y prot
Richard llegó a la escuela Brighton con el corazón acelerado por la anticipación y el miedo. Cuando él ingresó, también lo hicieron Margaret con Ben en su silla especial, James y Tom.Mientras Richard caminaba por los pasillos, divisó a Alexander esperándolo en la oficina principal, sentado en la silla con los pies recarcados en el escritorio de ¡Su oficina! ¿Y cómo demonios había entrado? Aquello era inaudito, alguien debió darle acceso ¿Pero, quién?— Richard, qué bueno verte —dijo Alexander con una sonrisa encantadora y el descaro saliendo de sus poros—. Tenía la intención de hablar contigo sobre este sabotaje reciente que ha estado ocurriendo en tu empresa. ¿Ya has encontrado algo?Richard apretó los dientes, sabiendo muy bien que Alexander estaba detrás del sabotaje. — No, no he encontrado nada todavía, pero sé que estás involucrado de alguna manera.La sonrisa de Alexander se convirtió en un ceño fruncido. — Oye, espera... ¿Qué te hace decir eso? — Tengo mis razones — respon
Los tres amigos habían salido prácticamente corriendo de aquel lugar que de día era un centro escolar, pero a esas horas de la tarde noche, se había convertido en el mismísimo infierno.Margaret subió a su auto con el pequeño Ben, sentía el corazón en la garganta. No sabía si Alexander y Tatiana podrían estar acechando desde la lejanía. Respiró profundo para quitarse la ansiedad y se dio cuenta de que James y Tom habían bajado de la motocicleta y se dirigían hacia el auto. Ella quitó los seguros y ambos entraron. James en el asiento de copiloto y Tom atrás, justo a la par del pequeño Ben, que yacía dormidito en su silla especial.— Margaret, será mejor que revisemos que todo marche bien con esos documentos —sugirió James con determinación.Tom asintió en aprobación y Margaret abrió una vez más la carpeta que al parecer alguien había dejado allí de manera conveniente para ellos.Pero a medida que continúan revisando la evidencia, se encontraron con una carta de... ¡Tatiana! Estaba esc