Mientras continuaban discutiendo los detalles del plan, Tatiana no podía concentrarse, era evidente que se sentía cada vez más atraída por James.Desde que lo vio sabía que le gustaba, pero ahora empezaba a sentir algo más. No pudo evitar sentirse un poco celosa de Margaret, quien parecía tener la total confianza y atención de James.Pero James estaba demasiado concentrado en el plan para notar los sentimientos de Tatiana. Todavía estaba en conflicto con Margaret y no sabía cómo se sentía con respecto a Tatiana luego de aquel casi beso.Trató de dejar a un lado sus emociones y concentrarse en la tarea que tenía entre manos. Margaret no pudo evitar sentirse un poco incómoda. Así se estaba sintiendo desde que notó lo que Tatiana sentía hacia su amigo. Aparte, su desconfianza quería salir de control.Estaba poniendo su confianza en personas que apenas conocía, y había mucho en juego. Pero sabía que esta era su única oportunidad de limpiar el nombre de Richard, de saber su verdad y prot
Richard llegó a la escuela Brighton con el corazón acelerado por la anticipación y el miedo. Cuando él ingresó, también lo hicieron Margaret con Ben en su silla especial, James y Tom.Mientras Richard caminaba por los pasillos, divisó a Alexander esperándolo en la oficina principal, sentado en la silla con los pies recarcados en el escritorio de ¡Su oficina! ¿Y cómo demonios había entrado? Aquello era inaudito, alguien debió darle acceso ¿Pero, quién?— Richard, qué bueno verte —dijo Alexander con una sonrisa encantadora y el descaro saliendo de sus poros—. Tenía la intención de hablar contigo sobre este sabotaje reciente que ha estado ocurriendo en tu empresa. ¿Ya has encontrado algo?Richard apretó los dientes, sabiendo muy bien que Alexander estaba detrás del sabotaje. — No, no he encontrado nada todavía, pero sé que estás involucrado de alguna manera.La sonrisa de Alexander se convirtió en un ceño fruncido. — Oye, espera... ¿Qué te hace decir eso? — Tengo mis razones — respon
Los tres amigos habían salido prácticamente corriendo de aquel lugar que de día era un centro escolar, pero a esas horas de la tarde noche, se había convertido en el mismísimo infierno.Margaret subió a su auto con el pequeño Ben, sentía el corazón en la garganta. No sabía si Alexander y Tatiana podrían estar acechando desde la lejanía. Respiró profundo para quitarse la ansiedad y se dio cuenta de que James y Tom habían bajado de la motocicleta y se dirigían hacia el auto. Ella quitó los seguros y ambos entraron. James en el asiento de copiloto y Tom atrás, justo a la par del pequeño Ben, que yacía dormidito en su silla especial.— Margaret, será mejor que revisemos que todo marche bien con esos documentos —sugirió James con determinación.Tom asintió en aprobación y Margaret abrió una vez más la carpeta que al parecer alguien había dejado allí de manera conveniente para ellos.Pero a medida que continúan revisando la evidencia, se encontraron con una carta de... ¡Tatiana! Estaba esc
Los había visto un par de veces de lejos, cuando comenzó a trabajar en el colegio Brighton, pero nunca se había animado a hablarles y mucho menos cuando comenzó su relación secreta con Richard.El corazón de Margaret se hundió cuando se dio cuenta de que probablemente estaban allí para llevarse a Richard de esa comisaría.Margaret se acercó a la familia con mucha pena de hablarles, pero de primera no parecían felices de verla ¿Qué sabían de ella? ¿Sabían sobre su relación con Richard? Nunca tocó el tema con él.Albert Clark, el padrastro de Richard, se cruzó de brazos y dijo: — ¿Qué quieres? Ya has causado suficientes problemas a nuestra familia.Margaret trató de explicar que tenían pruebas que podrían exonerar a Richard, pero Alice, la hermana menor de Richard, la interrumpió.— Guárdalo. No queremos escucharlo. Todo lo que has hecho es amargarle la vida a mi hermano — dijo con el ceño fruncido.James intervino para defender a Margaret. — Ella no ha sido más que una... buena amiga
Luego de aquel bochornoso momento en la estación de policía, James encaminó a Margaret a una cafetería cercana, y ahí estaban los dos, tratando de encontrarle sentido a todo lo que había sucedido. James se acomodó mejor, se acercó a ella lentamente en su asiento, frente a ella. — En verdad... Lamento lo que pasó con los Clark, Margaret. No merecías que te trataran así — dijo James, tratando de consolarla.— Lo sé, James. Pero tienen razón. Soy una mala influencia en todo el sentido de la palabra, nadie puede estar seguro a mi lado, ni yo al lado de nadie sin dudar de todo. Mira lo que ocurrió al confiar mucho en Tatiana. Mira lo que le pasó a Richard por mi culpa — respondió Margaret, con la voz temblando por la emoción.— No puedes culparte por lo que le pasó a Richard. Y ni siquiera sabemos si es culpable o no. Todo podría ser un montaje, nada está definido aun — dijo James, tratando de hacer que Margaret se sintiera mejor. — Pero, ¿y si no lo es? ¿Y si realmente hizo algo malo?
Richard fue a la puerta y preguntó quién era. Una voz severa respondió:— Abre la puerta, es la policía. No pensamos discutirlo.El corazón de Richard se hundió. Pensó que habían venido por él, pero rápidamente se dio cuenta de que iban tras Margaret y Ben. Margaret entró en pánico, sin saber qué hacer a continuación.Solo se le ocurrió presionar su Beeper, esperaba que James recibiera la alerta lo antes posible. — Margaret, espera unos minutos y sal por la puerta de atrás. Trataré de entretenerlos — dijo Richard.Margaret vaciló, no queriendo dejar a Richard atrás, pero finalmente asintió y rápidamente recogió algunas de sus cosas y tomó a Ben en brazos.Richard abrió la puerta y los policías irrumpieron. Exigieron saber dónde estaba Margaret. Richard trató de razonar con ellos: — Ella no está aquí. No sé a dónde fue.Los oficiales no estaban convencidos y comenzaron a registrar la habitación. Encontraron el bolso de Margaret y los juguetes del pequeño Ben, y supieron que ella habí
Cuando se acercaron al almacén, pudieron escuchar los gritos ahogados de Margaret y el llanto de Ben. Sabían que tenían que actuar rápido.Richard hizo un gesto a James y Tom para que lo siguieran mientras avanzaban lentamente hacia la entrada del edificio. Cuando doblaron una esquina, de repente se encontraron rodeados por un grupo de secuaces vestidos de negro con máscaras y blandiendo armas. Richard, James y Tom se sobresaltaron y no tuvieron más remedio que contraatacar en la oscuridad, con la esperanza de llegar a Margaret y Ben antes de que fuera demasiado tarde. Los secuaces eran feroces y hábiles, pero Richard, James y Tom estaban decididos a tener éxito. Lucharon con todas sus fuerzas, usando todo lo que tenían para tratar de dominar a los secuaces y abrirse camino hacia Margaret y Ben.Mientras se abrían paso luchando, James de repente vio a Tatiana entre los secuaces. Se sorprendió al verla allí, pero sabía que ella ya era una traidora y que debería de verla ahora por lo
Cuando Tatiana trató de ayudar al grupo a escapar, tenía los nervios de punta. Nunca la habían atrapado en sus misiones anteriores, pero esta vez había fallado. Sus palmas estaban sudorosas y su corazón estaba acelerado. Pensó en las consecuencias de sus acciones y en cómo reaccionaría Alexander cuando descubriera que ella era la traidora. De repente, una mano le tapó la boca por detrás y sintió el frío metal de una pistola contra su cabeza. — Buen trabajo, Tatiana. Siempre supe que eras demasiado leal. Felicidades — susurró Alexander en su oído mientras la agarraba del cuello con todas sus fuerzas, le quitaba su arma y la arrastraba hacia otra parte.Tatiana se sintió enferma de miedo y arrepentimiento. Nunca antes se había sentido tan avergonzada de sí misma. — Pronto te espera tu merecido, traidora — dijo Alexander y escupió el suelo antes de cerrar la puerta con fuerza e ira.Tatiana temblaba de miedo, estaba atrapada en una habitación oscura, sin salida y sin nadie a quien acu