Al no más llegar al apartamento, Margaret cambió a Ben, le dio su mamila y luego marcó nerviosamente el número de Tatiana, el corazón le latía con fuerza en el pecho. No podía creer que estaba a punto de salir a cenar con Richard, el hombre del que había estado tan insegura hace unos días. Necesitaba ayuda, ¿y quién mejor que Tatiana para dársela?—Hola, Tati, soy yo, Margaret. ¿Puedes venir y ayudarme a prepararme para esta noche? —preguntó, tratando de mantener la voz firme.—Por supuesto, estaré allí en quince minutos. No puedo esperar a verte arreglada para Richard —respondió Tatiana con voz burlona.Margaret se sonrojó, sabiendo que Tatiana podía oír la vergüenza en su voz. —No es así, Tati. Solo saldremos a cenar y a hablar —protestó ella.—Ajá, seguro. Bueno, estaré allí pronto, así que prepárate —dijo Tatiana, y colgó el teléfono.Margaret respiró hondo y se dirigió a su habitación para vestirse. No quería que pareciera que se estaba esforzando demasiado, pero también quería
Margaret estaba entrando en una especie de ansiedad, Richard al fin estaba abriendo sus palabras hacia ella. Esperaba descubrir sus verdaderas intenciones, su verdadera escencia de su ser que iba más de ese porte elegante parecido al monstruo de Alexander. —Pues… Mi madre, mi padrastro e incluso mi hermanastra saben cosas de mi pasado que no han querido revelarme. Yo Tengo miedo de que esos secretos me impidan ser la persona que quiero ser. Margaret se sorprendió por esta revelación. —¿Qué tipo de secretos? —preguntó, intrigada. Richard se miró las manos y suspiró. —No lo sé, Margaret. Ese es el problema. Siento que falta una parte de mí y no sé cómo encontrarla. Mientras tanto, el bebé Ben se movía inquieto en su silla alta, tratando de alcanzar la canasta de pan en la mesa. Richard se dio cuenta de esto y se rió entre dientes. —Parece que alguien tiene hambre. Aquí, déjame ayudarte —Richard dijo divertido. Estiró la mano y tomó un trozo de pan, lo partió en pedazos pequeños
Desde aquella noche, Margaret y Richard habían mantenido un contacto más personal, hasta el punto de que aquello se convirtió en un noviazgo clandestino, mantuvieron su relación en secreto, pero cada vez era más difícil ocultar sus sentimientos el uno por el otro, sobre todo con el gremio de maestros que despreciaban a Margaret.Se miraban a hurtadillas a través de la mesa de la sala de conferencias para maestros e inventaron excusas para trabajar juntos en alguno que otro proyecto de remodelación del aula de jardín de niños. Finalmente, reunieron el coraje para ir a otra cita real, y fue mágico. Ben parecía querer más a Richard, quien ya lo veía como su propio hijo. Mientras caminaban de la mano por una calle lejos de todos los que los conocían, Richard le dijo a Margaret que tenía algo importante que compartir con ella.—Margaret, hay algo que necesito decirte, sobre mí —dijo Richard mientras paseaban por el parque.El corazón de Margaret dio un vuelco.—¿Qué es? ¿Se trata de aque
A medida que pasaban los días, las cosas se complicaban poco a poco para Margaret. Alexander sabía cada paso que ella daba, era como si estuviese observándola en tiempo real cada uno de sus movimientos.La joven madre había creído que trabajar con Tatiana y James habría podido ser una buena idea, pero era el segundo fin de semana y sentía la comodidad rondando por los pasillos mientras atendía a las personas y más, cuando se hallaba en la oficina.De alguna manera, James y Tatiana comenzaban a ser más cercanos y Margaret se alegraba por eso, pero su amiga parecía distante y cortante con ella ¿Sería por algo en específico?Era evidente que los celos de Tatiana por James solo se hicieron más fuertes. No podía entender por qué él estaba tan interesado en Margaret, si ella se veía de lo mejor en su relación con Richard. No obstante, a pesar de su atracción por James, no se atrevía a ser grosera con Margaret tampoco. Al día siguiente, mientras trabajaban juntos, Tatiana reunió el coraje p
¡¡Advertencia!! Este capítulo contiene escenas eróticas, lee bajo tu propio riesgo. Margaret y Richard continuaron saliendo en secreto por un tiempo más. Finalmente habían decidido llevar su relación al siguiente nivel y Richard había planeado una cita especial para ellos. Margaret pidió a Tatiana encarecidamente que cuidara de su pequeño Ben, y también avisó a James de todo por si algo llegara a salir mal. Richard mandó guardaespaldas para cuidar del apartamento de Tatiana y así asegurarse mejor de que Ben estuviera bien. Con mucha anticipación Richard planeó toda esa cita y reservó uno de sus lujosos apartamentos y le pidió a su chef privado que les preparase una cena romántica. Margaret llegó al apartamento, se vistió lo más sexy posible y Richard la recibió con una sonrisa extasiada al ver tanta belleza en su novia. Ella estaba impresionada por el ambiente elegante y los deliciosos olores que emanaban de la cocina. Se sentaron a la mesa y Richard le sirvió una copa de vino.
Margaret entró en su apartamento y vio a Tatiana sentada en el sofá con su pequeño hijo en brazos. Había estado temiendo dejar a Ben con otra persona, pero verlo a salvo al cuidado de Tatiana la hizo sentir a gusto.—Hola, hombrecito —dijo Richard con una sonrisa mientras se acercaba a Ben. El bebé gorgoteó alegremente en respuesta, y Richard lo tomó de los brazos de Tatiana. —¿Te divertiste con la tía Tatiana?Tatiana sonrió. —Era un pequeño ángel, como siempre. Margaret respiró aliviada. —Muchas gracias por cuidarlo, Tatiana. Realmente lo aprecio.—Por supuesto, no hay problema en absoluto —respondió Tatiana— ¿Como estuvo tu cita?Margaret sonrió, sintiendo que sus mejillas se sonrojaban. —Fue maravilloso. Richard me llevó a cenar delicioso y lo pasamos muy bien.Richard le devolvió a Ben a Tatiana y se dirigió hacia Margaret. —Me alegro de que lo hayas disfrutado. Yo también lo pasé muy bien —Se inclinó y le dio un rápido beso en la mejilla.Margaret no pudo evitar sonreír.
Los minutos pasaban y ya algunas personas rodeaban el lugar fuera de la oficina de Dirección, mientras murmuraban cosas ininteligibles a los oídos de Margaret.Tatiana, que se encontraba a la par de Margaret habló, tratando de aliviar la tensión. —No sé ustedes, pero la mejor opción es llamar a la policía y arreglar esto. Margaret, ¿por qué no te encargas de eso mientras el Sr. Richard y nosotros limpiamos el desastre?Tatiana pidió ayuda a un par de maestros que solo se limitaban a observar. John estaba al lado de Richard, intentando calmarlo para que no saliera de control.Cuando Margaret hizo la llamada, no pudo evitar la sensación de que algo no estaba bien. Ya no sabía en quién confiar, y el sutil sabotaje de las cosas de Richard solo aumentó sus dudas.No pasó mucho tiempo hasta que llegó la policía, tomaron un informe y les aseguraron que harían todo lo posible para encontrar al culpable. Pero Margaret no podía evitar la sensación de que esto era solo el comienzo de algo mucho
Todo fue risas y alegrías por un momento en el restaurante, pero cuando terminaron sus copas de vino, el teléfono de Tatiana vibró con un mensaje. Miró hacia abajo y palideció, sus ojos se abrieron en estado de shock que intentó ocultar pero sin éxito.—¿Qué sucede, ocurre algo? —preguntó Margaret, preocupada.Tatiana trató de ocultar el mensaje a Margaret y James, pero ellos podían sentir su angustia. —¿Está todo bien, Tatiana? —preguntó James, preocupado y extrañado.—No es nada —dijo Tatiana, metiendo su teléfono en su bolso. Parecía que estaba mintiendo—. Solo una emergencia de trabajo. Lo siento, tengo que irme. Podemos hablar más tarde.Con eso, Tatiana recogió rápidamente sus cosas y salió del restaurante, dejando a Margaret y James solos en la mesa. Margaret frunció el ceño, sintiéndose incómoda. —¿Crees que algo está pasando? No es la primera vez que la veo así —le preguntó a James, quien se encogió de hombros. —No lo sé, Margaret, pero tenemos que tener cuidado. Sabes q