Han pasado varios días y no sé nada de Cristhofer, lo he llamado para explicarle la presencia de Ethan en la casa, pero no me contesta, siempre me sale la contestadora, indudablemente que no quiere saber de mi. Lo que me queda es tratar de olvidarlo, pero como duele, como olvidar al hombre que me hizo conocer lo que era el amor, la pasión, el deseo y a la vez la ternura, la delicadeza, ese amor bonito que te cala los huesos. Otra noche más sin poder dormir, dando vueltas y vueltas en la cama, que raro estoy escuchando otra vez el ruido de un barco, sé que me advirtieron que no me asomara por la ventana, pero tengo que averiguar de qué se trata. —¡Wao! Ahora sí estoy mirando con mayor claridad, el barco se acercó un poco más, ya están llegando los botes pequeños, están trasladando unas cajas del barco hasta los botes, los botes se están acercando a la orilla, ¡Dios! esos hombres están armados, mejor me alejo de la ventana, me pueden ver, ahora sí no hay duda esto qu
Después de cenar, Cristhofer y Jam decidieron ir a la playa, nos sentamos en la arena con una botella de vino para nosotras y una de whisky para ellos. —Camila te informo que hablé con el comandante sobre el asunto del barco. —¿De qué barco están hablando? —En verdad tú no sabes nada, Camila hace dos noches vio un barco que llegó a estás playas, al parecer es un contrabando, del barco pasaron el contrabando a unos botes pequeños, estos llevaron la carga a la orilla, de allí lo trasladan a transporte de cargas, así llevan su mercancía por carretera, creemos que tienen un lugar donde la guardan muy cerca de aquí. —¿Pero qué piensan hacer al respecto? —Ya el comandante está trabajando sobre ese asunto, esto es confidencial, Camila tienes que estar alerta, por eso te lo digo, ya tenemos funcionarios trabajando de encubierto en este pueblo, cuando estemos seguros del próximo embarque, les caemos, no podemos cometer errores, nosotros andamos detrás de esta red
La señora Sara llegó radiante de su luna de miel, dicen por allí que el amor rejuvenece, pues eso les pasó a ellos, los dos estaban hermosos, al señor Rodrigo se le notaba un brillo en la mirada cada vez que veía a su amada. Ella como siempre, amante de la cocina, preparó un suculento almuerzo, nos invitó a todos, ya sabía que Fabiola, Jam y Cristhofer habían llegado a pasar el fin de semana en el pueblo. Ethan también había llegado a recibir a su mamá. —Señora Sara, usted está bellísima. —Gracias mi niña, siempre tan amable, oye, ¿cómo estás con Cristhofer? —Estoy bien, se presentaron ciertos problemas, pero creo que los superamos. —Me alegro hija, me fui un poco preocupada, porque en la fiesta noté cierto disgusto entre ustedes, me pareció que eso resultó por la pregunta que le hizo Rodrigo a tu novio, ¿me equivoco? —No se equivocó, esa fue la causa del disgusto. —¿Él no quiere casarse? —Eso pensé, pero ya entendí las razones, ahora
—Buenas noches señor Mark. —,Buenas noches detective. —¿Cómo le fue en Pueblo Escondido? —Muy bien, encontré lo que andaba buscando. —Que bueno, me alegro haber sido útil. —Sí detective estoy muy contento con su servicio, le tengo otro trabajito. —Dígame señor Mark. —Necesito que averigües el origen de Camila. —¿Estamos hablando de sus padres? —Sé que es huérfana y pasó parte de su niñez en orfanatos, quiero que investigues todo, dónde nació, nombre del doctor que atendió a su madre, nombre del hospital donde nació, todo, quiero saberlo todo. —A su orden señor Mark, desde hoy comienzan las averiguaciones. —Puedo preguntar el motivo, lo pregunto no por curiosidad, sino porque eso me ayuda, me orienta los caminos por donde tengo que trabajar. —Bueno le voy a contar, Camila desde que llegó a mi empresa me llamó mucha la atención, su forma de reír, sus gestos, su mirada, ella me hacía recordar a mi gran amor, la mujer que
—Señora Emperatriz el galpón está como a una hora de aquí, lo digo para que tome previsiones, por si acaso tiene cosas que hacer. —Claro que tengo cosas que hacer, pero esto es muy importante, así que vamos. Después de un largo viaje por una carretera muy mala, llegamos, al abrir la puerta del auto un calor insoportable nos invadió, pero eso no importa lo que quiero es enfrentarme a ese sujeto y saber de una vez por todas dónde está Camila. Marcus me quería engañar, pero él sabe que a su madre no se le puede ocultar nada, todo lo descubro. —¡Ay! Camila, tú no sabes con quién te metiste. —¿Me decía algo señora? —No, hablaba conmigo misma. —Tenga cuidado por dónde pisa, se puede caer. —Tranquilo yo estoy acostumbrada a caminar entre piedras. Sin querer en ese momento mis recuerdos me llevaron a cuando yo era una niña, vivía en un pueblo miserable, con calles de piedra, vivía en una casita de tablas todas dañadas por la lluvia, sólo había
EN LA CLÍNICA. —Buenos días doctor. —Buenos días Claudia, ya está todo listo. —Sí doctor. —Entonces hágame pasar el primer paciente. —Doctor, la señora Selena está aquí, quiere verlo. —¡Caramba! Selena no se cansa, hazla pasar, vamos a ver lo que quiere. —Buenos días mi amor. —Selena no soy tu amor, llámame por mi nombre, por favor. —Para mi sigues siendo mi amor. —Dime qué es lo que quieres. —Vine a recordarte que hoy es tu cumpleaños y como siempre se te olvidó, así que aquí estoy para celebrar contigo. En eso ella tenía razón, se me había olvidado que hoy estaba de cumpleaños. —Ves, por tu cara de asombro sé que no te acordabas. —Okey, gracias por recordarme mi cumpleaños, pero hasta aquí, yo no pienso celebrar contigo. —Cristhofer, es tu cumpleaños, eso no es todos los días, ven acompáñame, por hoy vamos a olvidar todas nuestros problemas, estoy aquí por ti, escúchame te vengo a buscar a la hora del m
Siento la calidez de unos labios en mi mejilla, abro mis ojos y lo veo, no es un sueño estoy en la cama con Cristhofer a mí lado. —Amor disculpa, ¿te desperté?,es que no pude resistir la tentación de darte un beso, te vi tan hermosa, durmiendo así a mi lado, pareces un ángel. —No te disculpes, me encanta que me despiertes así, pensé que era un sueño, pero no, aquí estoy contigo, ahora vamos a levantarnos recuerda que quedamos en salir con Jam y Fabiola. —Sí, lo sé, pero todavía no, es temprano vamos a quedarnos un rato más en la cama, quiero mirarte, no me canso de verte, eres hermosa y lo más importante eres mía, te amo mi chiquita. —Tú también eres hermoso, seguro y tienes a unas cuantas dando vueltas a tu alrededor, pero mucho cuidado mi señor, usted es mío, no se le ocurra mirar para los lados y mucho menos a Selena. —Ni me la nombres, ayer estuvo en mi consultorio. —¿A qué fue? —A felicitarme y a invitarme a almorzar. —¿Solo almorzar?
—Camila, Camila. Escucho esa voz que me llama, lo vi no me cabe la menor duda es Marcus, allí está parado frente a mí, las piernas me tiemblan y mi corazón comienza a latir a mil por segundos. Por un momento pierdo la conciencia, sin saber que hacer, pero luego la recupero, me doy media vuelta y camino muy aprisa, casi corriendo, me pierdo entre la línea de buses que están estacionados y entre la cantidad de gente que se dispone a viajar. No miro hacia atrás, no sé si viene detrás de mí, sólo quiero escapar de esa mirada y de esa voz que aún la reconozco aunque la escuche entre mil voces. Corro y veo el autobús donde tengo que subir, subo y busco mi asiento que me corresponde de acuerdo a mi boleto de viaje, allí me quedo acurrucada en mi asiento, no me atrevo a mirar por la ventanilla por temor a verlo, tengo la sensación que lo voy a ver entrando al bus, que angustia, mis manos sudan a chorros, eso me pasa cuando estoy nerviosa. A mi lado se sienta una