Después de una noche de locura con Selena, el amanecer me sorprendió en sus brazos, una botella de whisky, más varios vasos adicionales me bastó para perder la cordura. —Selena, levántate. —Buenos días, ! wow! , ese whisky como si estaba adulterado, me hizo perder la noción del tiempo. —Los que estábamos adulterados éramos nosotros, no culpes al whisky. —¿Dónde está mi ropa?, tengo que vestirme rápido, tengo que ir a trabajar. —Acá la tienes. —¿Me puedes llevar a mi casa?, tengo que cambiarme para ir a trabajar. —No puedo, también se me hizo tarde para unos asuntos que tengo que resolver, pero si puedo pedirte un taxi. —Ok, está bien. Mientras Selena se vestía, yo le pedí un taxi, a los pocos minutos, ya estaba frente al edificio esperándola. —Ahora tengo que hacer unas llamadas. —Hola Jonás. —Buenos días Marcus y eso tú llamándome. —Necesito un favor, quiero que me averigues algo. —Muy bien, tú dirás. —T
—Buenos días Camila. —Buenos días Jam. —Camila, escúchame bien y por favor quiero que hagas lo que te voy a pedir —Okey, dime qué es eso que me quieres pedir. —Hoy duerme en la casa de la señora Sara. —¿Y eso por qué? —Por tu seguridad, recuerda lo que hablamos, lo que tenías que hacer cuando estuviésemos seguros de un nuevo embarque. —Sí claro, ya sé a qué te refieres. —Pues llegó la hora, así que hoy señorita usted se va para la casa de la señora Sara. —Está bien, no te preocupes voy hacer lo que me dices. —Oye, ¿Cristhofer sabe de esto? —Sí, ya le avisé, él me lo pidió. —Ya me voy a trabajar del trabajo me voy para la casa de la señora Sara, Jam tú estás en el operativo. —Sí, pero desde el comando, no me permitieron ir para allá. —¿Por qué? —Después te explico, por ahora haz lo que te digo. —Okey. Mejor es que salga rápido de aquí, ya esto me está poniendo nerviosa, voy a meter algo de ropa
—Hola Jam. —Hola Cristhofer, estaba pensando en ti, ya te iba a llamar. —¿Cómo van las cosas? Ya hace tres días del fracaso de la operación, ¿ya descubrieron al soplón? —Amigo, preferiría que nos viéramos, así te cuento todo, puede ser dentro de una hora, ¿te parece? —Por supuesto nos vemos en el lugar de siempre. Vaya Jam voló, ya está en la barra. —Te pedí un vaso de whisky. —Sí, está bien. —Quise que nos viéramos porque estás cosas es preferible decirlas en persona. —Te entiendo, bueno ya estoy aquí cuéntame. —Te cuento que el soplón se descubrió solito. —¿Cómo lo hizo? —El muy bruto, se presentó en una fiesta de unos compañeros de trabajo con una camioneta último modelo, todos quedaron sorprendidos y después de varias cervezas dijo que se la habían regalado por hacer un trabajo. Dentro de los compañeros estaba uno de los que trabajan en la operación del contrabando, empezaron a investigarlo, se metieron en sus
La mañana está radiante, me hacía falta salir a caminar un poco, la brisa marina me encanta, ella trae consigo el sabor salado del mar, sabor que se pega a mis labios, eso me gusta. Voy a sentarme aquí en este banco, para respirar este aire. —Camila, ¿eres tú? Volteo lentamente, conozco esa voz, siento que mi corazón se paraliza. —Camila, gracias a Dios por fin te encuentro. —¿Marcus, qué haces aquí? —Amor te andaba buscando. —No me llames amor y yo no quiero hablar contigo. Miro asustada por todos lados con la esperanza de encontrar a alguien conocido, pero nada, esa mañana el lugar está desierto, sólo escucho la brisa que trae el mar y el sonido acelerado de mi corazón que ya comenzó a galopar muy rápido. Quiero levantarme y salir corriendo, pero la mano de Marcus me detiene. —Camila, por favor no te vayas, necesito hablarte, primero me gustaría saber por dónde andabas. —Eso no creo que te importe. —Te ruego que me per
CASA DE MARK. —Buenos días señor Mark. —Buenos días detective. —Señor Mark, le tengo buenas noticias, pero me gustaría verlo personalmente. —Muy bien, yo estoy en mi casa si lo desea nos podemos ver aquí o si prefiere nos podemos ver dónde usted desee. —Si, nos vemos en su casa, dentro de media hora aproximadamente estaré allí. Exactamente a la media hora, ya el detective se encontraba en la casa. —Adelante detective, me tiene en suspenso, dígame lo que averiguó. —Voy con la señorita Camila, con su fecha de nacimiento quise averiguar el lugar donde nació, pues de acuerdo a la fecha en el hospital de la capital sólo nacieron dos niñas, los demás fueron varones, pero sus nombres no coinciden con el nombre de Camila, luego busqué por el nombre de la madre, resulta que su mamá tampoco aparece en los registros de los hospitales de la capital ni de los pueblos cercanos, ella al presentar a la niña, dio el nombre del hospital de la capital, pero a
Cristhofer sale de la habitación, después de cubrirme con la manta, pero al salir mis ojos se abren y de inmediato todo el sueño se me aleja, decido entonces salir de la habitación, estoy llegando donde están todos reunidos cuando escucho las palabras de Cristhofer, "creo que está embarazada" por un instante me quedo paralizada con muchas sensaciones dentro de mí muy difíciles de explicar, traía un vaso con agua que había tomado de la cocina, el vaso resbaló de mis manos cayendo al piso y rompiéndose en mil pedazos. —¿Estoy embarazada? Cristhofer corre hacia mí. —Amor, ¿estás bien?, ¿te cortaste?, ven déjame revisarte. —Cristhofer llévala a la habitación -dijo Fabiola- yo me encargo de limpiar esto. —Ven apóyate en mí yo te llevo o prefieres que te cargue. —Cristhofer, te hice una pregunta y no me has respondido, ¿estoy embarazada? —Todavía no estoy seguro, pero por tus síntomas creo que sí. —Hermana, vamos yo te llevo a tu dormitorio, ust
APARTAMENTO DE CRISTHOFER. —¿Amor ya estás lista? —Sí, ya voy a salir. —Te espero para desayunar, no puedes salir sin comer, ya Frank nos está esperando. —Ya estoy aquí. —Amor estás preciosa, la maternidad te sienta bien, ya va espera, Jam me está llamando. —Buenos días. —Buenos días, disculpa la hora, pero esta noticia es importante. .—¿Qué pasó? —El secuestrador salió del coma. —¿Ya habló? —Todavía no, ya unos funcionarios salieron para allá, cuando tenga noticia te vuelvo a llamar. —Okey te lo agradezco, nosotros ahorita vamos a la consulta con Frank. —Okey, nos avisas como está el sobrino. Llegamos a la clínica, como siempre las enfermeras le sonríen a Cristhofer con ganas de comérselo, yo le tomo la mano y él me sonríe. —Así me gusta, que me tomes la mano cuando vamos caminando. —¿Eso pasa siempre? —¿A qué te refieres? —A esas sonrisitas que te lanzan las enfermeras y las doctoras tambié
MANSIÓN DE LOS ASTURIAS. —Buenos días Señora Emperatriz. —Buenos días Douglas, ya tienen todo preparado. —Sí, todo está listo como usted lo ordenó. —¿Hablaste con Marcus? —Sí, ya está informado. —Muy bien, yo no he querido hablar con él, después de la burrada que cometió, pero los negocios son otra cosa ellos deben estar aparte de cualquier rencilla personal, primero solucionamos esto y luego yo me encargo de él, ¿para cuándo es el desembarque? —Dentro de dos días llega el barco. —Muy bien, me gustaría verles la cara de cansancio esperando día tras día que les llegue el contrabando por el bendito pueblo pesquero ese, no sé imaginan que ya tenemos otro puerto seguro. ¿Ya le avisaste a nuestro contacto en la comandancia? —Por supuesto, él me aseguró que no hay problema, que todos están abocados al pueblo, no sospechan que vamos a hacer el trabajo por otro lado. —Muy bien así es que se trabaja, de todas formas no se descuiden, t