Siento que me voy a volver loco, ya son muchos los días que no veo a Camila, ¿estará pensando en mí?, yo no puedo pasar ni un segundo sin pensar en ella, mi trabajo me ayuda a distraerme, pero aún así me atormenta la idea de no verla, ni tocarla, no poder acariciar su rostro, ni besar sus labios me tiene desesperado, no sé cuánto tiempo más voy aguantar, el tiempo, el espacio que me pidió, no sé si pueda cumplir mi palabra. —Doctor, le queda un solo paciente, ¿lo hago pasar?, ¿doctor me escucha? —Sí Claudia, te estoy escuchando. —Le preguntaba si le hago pasar al último paciente. —Hazlo pasar. Estoy con la mirada puesta en unos papeles, cuando llega el último paciente, por los tacones se trata de una mujer. —Buenos días Cristhofer. Esa voz lamentablemente no la puedo olvidar, levanto mi mirada y allí está Selena, mi ex mujer. —Disculpa que me haga pasar por uno de tus pacientes, pero necesitaba verte, si me anuncio, seguro y no me ibas atend
—Me voy a volver loco, la conversación con Jam me dejó preocupado, es verdad lo que él me dice, Ethan tiene muchos recursos para conquistarla, no tiene tantos rollos como yo, sobre todo tiene todo el tiempo que él quiera para enamorarla, mientras yo estoy aquí dándole el espacio que me pidió, él está con ella. No me voy a quedar tranquilo hasta que hable con ella, ni siquiera esa botella de whisky que me tomé puede calmar mi ansiedad, no, no puedo esperar más la voy a llamar, necesito oír su voz. El teléfono está repicando, pero no atiende la llamada, ¿será que no quiere hablar conmigo?, lo siento Camila, pero voy a seguir insistiendo hasta que me respondas, así me pase toda la noche llamándote. —Aló. —Aló mi amor, perdóname, pero quería escuchar tu voz, ¿por qué no me respondías?, ¿no quieres hablar conmigo? —Estaba en el baño. —¿Cómo estás? —Bien, tratando de organizar mi vida. —Camila, te extraño. Hubo un silencio que me pareció eter
MANSIÓN DE LOS ASTURIAS. El almuerzo en la mansión de los Asturias era como para un batallón, la comida se perdía, porque solo tres personas compartíamos los alimentos: mi papá, mi mamá y yo. Después del almuerzo cada uno se dedicaba a hacer sus labores, sólo nos veíamos a la hora de comer, generalmente comíamos en silencio. En esta ocasión fue diferente, mi mamá y mi papá no paraba de hablar, pero sus conversaciones eran hirientes, era como una competencia para ver quién de los dos lanza el dardo más fuerte. —Mark estoy pensando en organizar una fiesta para celebrar el compromiso de Marcus con Liliana. —Eso no te corresponde a ti, deja a los padres de Liliana que lo hagan. —Ellos están de viaje. —Bueno es su hija quien se casa, así que a ellos les corresponde hacer la fiesta. —Te estoy diciendo que están de viaje. —Entonces espera que ellos regresen. —Marcus se tiene que casar antes de que termine el año. —¿Eso por qué, acas
Mi corazón se acelera, está a punto de salirse, sus latidos son tan fuertes que golpean mis oídos. Allí frente a mí está el hombre de mis sueños, el hombre que me aturde, que me inspira, que me permite viajar con él aún sin estar presente, mi amor, mi dolor, mi alegría y a veces mi tristeza, todo eso es él para mí. —Hola amor. No me puedo resistir y me lanzó en sus brazos, como una niña lloro en su hombro. —Mi amor, no llores. Pero no puedo controlarme, él me levanta en sus brazos y me lleva hasta el sofá de la sala. Allí seca mis lágrimas con sus besos. —Mi dama hermosa, estoy aquí contigo. Me calmo, le acaricio la barba, mis dedos juegan con su cabello, dejó que esos ojos verdes recorran todo mi cuerpo. —Estás preciosa, el aire del mar te sienta bien. —¿Cómo llegaste hasta aquí? —Te dije que si no me dabas la dirección, la iba a averiguar y eso fue lo que hice, perdona que no haya respetado nuestro acuerdo, pero no podía e
MANSIÓN DE LOS ASTURIAS. —Marcus dónde andas, tengo rato llamando a tu celular. —Mamá estoy en la empresa solucionando unos asuntos, no había visto tus llamadas porque olvidé el celular en el auto, me lo acaba de traer el chófer. —¿Hoy es el día de tu compromiso y tú estás trabajando? —Sí mamá, tú siempre me has dicho que los negocios son lo primero en todo. —Pero tu compromiso también es un negocio y muy importante, ya es media mañana, el diseñador me ha llamado varias veces para decirme que tu traje necesita unos arreglos, que te necesita y tú no has ido, así que deja lo que estés haciendo por muy importante que sea y vaya a medirse el traje. —Okey mamá, ya voy. Tal cual como mamá lo dijo, el salón de fiesta de la casa está de lujo, la elegancia se hizo presente en todos los rincones del salón. Cuando la señora Emperatriz se propone algo, ella lo cumple, así es mi mamá. Con Camila fue diferente, mi mamá nunca estuvo de acuerdo con n
Ya estoy comprometido con Liliana, delante de nuestra sociedad soy oficialmente su novio , ya fijamos hasta fecha de matrimonio, dentro de tres meses aproximadamente nos casamos. Ya cumplí, ya no tengo más nada que hacer en esta celebración, así que me retiro, espero que nadie me vea, pero si lo hacen no me importa. Estoy aquí en este bar, solo, no quiero ni oír, ni escuchar a nadie, ya los complací a todos, menos a mi papá, que creo que es el único que no está de acuerdo con este matrimonio, mi mamá debe de estar feliz, una vez más se salió con la suya. Entonces que sea ella quien se encargue de los invitados, no quiero ver sus caras de hipócritas. —¡Hey! Muchacho por favor tráeme una botella de whisky. Esta noche me quiero emborrachar, no quiero pensar, sólo quiero tomar hasta que ya no sepa de mí. —¡Wow! Cómo pasa el tiempo, no sé cuánto tiempo tengo en el bar, ya me he tomado casi la mitad de la botella. No soy el único que está solo, esa b
MANSIÓN DE LOS ASTURIAS. Llego a mi casa con unas ganas inmensas de tirarme en mi cama a dormir, pero al abrir la puerta me recibe una de las señoras del servicio. —Joven Marcus, su mamá me dejo encargada que cuando usted llegara, le dijera que ella lo estaba esperando en su oficina y que no la hiciera esperar. —Okey señora, ya voy a su oficina. Sé lo que me espera, pero ya nada me importa, toco la puerta y su voz suena ronca, con rabia. —Adelante Marcus, sé que eres tú. —Buenos días mamá. —En realidad yo no le veo nada de bueno. —Muy bien, ya estoy aquí, ¿qué es eso tan urgente que tienes qué decirme? —Todavía lo preguntas, no te parece que me debes una explicación. —¿Explicación? —Sí Marcus, te fuiste del compromiso, como un ladrón, huyendo después que has cometido una fechoría y dejaste a tu novia en medio de los invitados sin saber qué decir cuando le preguntaban por ti. No consideras eso una falta de respeto para m
EN EL PUEBLO. —Buenos días Alfred. —Buenos días señorita Camila, ¿le llevó su café? —Te lo agradezco Alfred. ¿Ya llegó el señor Rodrigo? —Sí. —Voy primero a su oficina. —Buenos días señor Rodrigo. —Buenos días Camila, ¿qué haces tú aquí?, te dije que te tomaras el día. —Eso mismo me pregunto de usted, mañana se casa, debería estar preparando maleta para su luna de miel. —Primero quise venir para acá, para dejar unos papeles en regla, luego me voy, pero tú, ¿cuándo llega tu gente? deberías estar en tu casa esperándolos. —Fabiola no me ha llamado, no sé si llegan está noche o mañana, al igual que usted quise pasar primero por aquí, pero dentro de un rato me voy, tengo que ayudar a la señora Sara. —Sí hija anda ayudarla, esa debe estar muy nerviosa. —No se preocupe, yo me encargo de tranquilizarla. Fui a la oficina y me puse a trabajar. —Ya es tarde que raro que Fabiola no me haya llamado, mejor me voy para