Mariela por su parte escuchó la conversación desde el baño y apenas se dio cuenta que Scott cerró la puerta salió lentamente, su mirada era como de una joven adolescente a punto de hacer exactamente lo contrario a lo debía, pero por una vez en su vida quería olvidarlo todo, soñar con un amor bonito como los que leía Laura en sus novelas.Scott dejó los papeles y el USB sobre la mesa, ya tenía la información que buscaba, pero ahora había algo más importante, de pronto miró la puerta en busca del famoso anuncio de no molestar porque ya estaba claro que eso que habían comenzado hace unos minutos no se quedaría así.Mariela tragó saliva y de pronto ese miedo y el presentimiento de que tal vez que golpearan a la puerta era una señal de que todo iba demasiado rápido, lo miró caminar hacia ella con la camisa abierta y sólo pudo decir —Perdón, no está bien —y sin decir mas nada salió rápido de la habitación.—No por favor, Mariela no me dejes así…Pero ella simplemente respiró profundo como p
Aunque el comentario de Mariela sobre la confianza prácticamente le partía el corazón ya que debía reconocer que en un momento sintió la necesidad de investigar sobre su vida y aunque no tenía valor de leer esa carpeta sabía que estaba en su escritorio lista para confirmar que su confianza no era tan grande.Trató de olvidarlo y concentrarse en la cena, mientras se preparaba en la habitación Mariela estaba en el spa del hotel donde se encargaron de su peinado y maquillaje, al terminar volvió a la habitación y encontró una nota sobre la cama junto a una caja enorme “Para la chica más linda, te estaré esperando en la recepción”Mariela abrió la caja encontrando un hermoso vestido azul hasta la rodilla que acentuaba sus curvas perfectamente, unos zapatos con un taco medio y bolso de diseñador del mismo color, una especie de kimono de seda natural con unas delicadas flores color violeta que le daban el toque perfecto entre sofisticado y casual, una combinación realmente classy, todo eso a
Las dos mujeres se quedaron heladas sin poder decir nada viendo como Scott simplemente salió del lugar detrás de esa chica que nadie sabía de donde salió.Nadie me reconoce «Y pensar que hace unos días estaba en las noticias, pero que van a ver noticias ese par»Scott caminó con ella sin soltar su mano hasta llegar al carro, le abrió la puerta, feliz, aunque con miedo, sentía en su interior que probablemente la actitud y la respuesta a esas mujeres no significaba que de verdad se irían juntos a la cama, así que debía investigar antes de hacerse ilusiones. Después de un par de cuadras Scott detuvo el carro en un pequeño parque se bajó y caminó hacia ella, le dio la mano para ayudarla a bajar diciendo —Ven, vamos a caminar un rato, debemos hacer algo de cardio.—¡AH! —fue la respuesta desganada de ella.—No quiero abusar, no sé a qué cardio te referías —le dijo mientras la abrazaba y con cuidado le arreglaba uno de los mechones de pelo que le cubrían los ojos.—Entiendo —respondió baj
Después de reír con esos comentarios y quedarse por un rato en ese sofá viendo como la luz se colaba a través de las cortinas Scott simplemente no dejaba de acariciarla.—Casi me mataste con el cardio —dijo ella.—Lo siento porque tendrás que acostumbrarte… acabo de darme cuenta de que soy adicto al postre. —Tendrás que bajarle a tu adicción no podemos seguir así Miguelito debe volver a la escuela no se puede quedar en tu departamento para siempre.—Dame una buena razón por qué no.—Yo tengo mi propio lugar, pequeño, pobre, pero ahí están mis cosas, además nosotros no somos nada oficial, no podemos de buenas a primeras aparecer como pareja frente a los niños.—Explícame eso de que no somos nada oficial, en este hotel eres mi esposa y esta noche frente a ese par te presenté como mi novia y créeme que no será necesario decirle a nadie más para este entonces eso ya es oficial.—Si supieran quien soy en realidad.—Eres una mujer hermosa, con un corazón bello, eres fuerte, trabajadora, h
Esa mañana Scott despertaba en una enorme cama como de costumbre, pero esta vez era diferente, estaba junto a esa chica que como un huracán había llegado a su vida y nunca se sintió tan bien a la hora de despertar, acarició suavemente su espalda desnuda, quería sentirla sin despertarla, eso era demasiada tentación, levantó suavemente las sábanas para ver su cuerpo mordiéndose los labios recordando esa noche.Teniendo cuidado de no despertarla se levantó con la mejor de las sonrisas, fue al baño y se preparó para bajar al gimnasio del hotel, antes de salir dejó una flor junto a la almohada que venía la noche anterior en la mesita con las frutas.En realidad, no era mucho lo que quedaba de esa mesa, recordó en un momento haber jugado con esas fresas con crema poniéndolas en el vientre de Mariela, fue el juego erótico más excitante, en su vida había despertado con tantos deseos por una mujer después de una noche de pasión.En su camino al gimnasio incluso vio al gerente que apenas se top
Nada más Aaron entraba a su habitación cuando escuchó su teléfono, después de darse cuenta de que era Whitney lo ignoró 4 veces en los siguientes 15 minutos, justo cuando había decidido bloquearla cambió de opinión.—Veo que ya compraste un nuevo teléfono y para mi desgracia has podido mantener mi número ¿Qué pasa Whitney? ¿Qué fregados quieres ahora?—¿Dónde estás? ¿Por qué no estás aquí cuando te necesito?—Donde estoy no tendría por qué importarte, yo no soy tu juguete para que me quieras dar órdenes, sabes muy bien que conmigo eso no funciona.—¡Necesito verte ya! —demandó como era de costumbre en ella.—No estoy en Boston tengo asuntos más importantes que atender que tus ataques de loca.—Espera ¿Qué dijiste? ¿Cómo es eso de que no estás aquí? ¿Qué puede ser más importante que yo?Era claro que Whitney había sido siempre una mujer muy caprichosa y que cada vez que quería algo lo conseguía, tal vez esa era la razón por la que nunca se había conformado con la separación de Scott, en
Nada más Scott y Mariela llegaron al departamento los niños corrieron a saludarlos, el entró de inmediato su maleta con la mejor de las sonrisas, aunque ella aún tenía los bolsos con sus compras en el carro tal vez tratando de convencerse que había ido por Miguelito para llevarlo de vuelta a casa porque, aunque ese cuento de hadas parecía de película algo en su interior la hacía querer pensar de manera razonable con respecto a ese amor que no entendía a qué hora se metió en su corazón y hasta en su intimidad.—Ok amor yo creo que es hora de que te despidas de tus amiguitos, esto ha sido demasiado abuso tú viniste por una tarde de juegos que por lo visto se extendió más de la cuenta —le dijo Mariela mientras lo abrazaba, aunque con sentimientos encontrados de que quería escuchar. —Mami Mariela, por favor no nos vamos todavía, a mí me gusta estar aquí —respondió el pequeño con cara de tristeza.Mientras los gemelos lo abrazaron fuerte casi como protegiéndolo, Travis como siempre habló
Mariela trató de resolver el problema buscando una explicación lógica —Joven muchas gracias, pero tal vez usted se equivocó de departamento. —Esta es la dirección en la orden ¿Es usted la señorita Mariela González? —preguntó el muchacho. —Si, soy yo —respondió tratando de pensar si había alguna otra Mariela González cerca al fin y al cabo su nombre era algo común. —Entonces las flores son suyas, de seguro tiene un admirador por ahí y por lo visto no es cualquiera, porque estas son las mejores que tenemos. Para ese entonces Scott parecía que iba a explotar con el comentario ¿Qué le pasaba a ese tipo? ¿Cómo se atrevía a decir algo así en su presencia? ¿Cuántos admiradores con el dinero para comprar dos docenas de rosas rojas de una de las florerías más elegantes de New York tiene Mariela? —Por favor firme aquí —le dijo el chico mientras le entregaba una libreta porque ya había notado que la situación se estaba poniendo un poco tensa, en especial con ese último comentario así que lo