Alana
—Te lo juro Caeli, a veces Guido me saca tanto de quicio, que no sé cómo es que aún no le he sacado un par de dientes—mi amiga ríe con fuerza del otro lado de la línea y yo solo ruedo los ojos con exasperación, ella encuentra todo esto divertido.—¿No crees que te estás siendo una reina del drama Alana?, sabías muy bien desde un principio que Guido nunca acepto a Orlando como tu novio, no sé qué puedo haber hecho el pobre para ganarse el rechazo de él, pero no te quejes ahora—Ella suspira con cansancio como siempre lo hace cada vez que habla de mi novio—solo que yo de ti abandono ese tonto plan que tienes de casarte con él, eso es algo que no se puede deshacer así no más, amiga tu familia no es cualquier cosa, quien logre casarse contigo se lleva el premio gordo y nunca se te ha ocurrido pensar que quizás Orlando no te quiera como asegura—eso es ilógico, él tiene dinero no es que tenga problemas o ni nada parecido, aunque su familia no están poderosa como la mía nunca he sentido que él me quiera de esa manera, tenemos un año juntos, pero es que todo ha sido tan lindo y perfecto, siento que él es la persona ideal para mí, prefiero casarme con él a que me arreglen un matrimonio con alguien que no conozco y no sé qué me vaya a esperar a manos de esa persona, por eso cuando Orlando me hizo la propuesta de matrimonio haces unos meses, acepte sin dudarlo.—Caeli ya te dije que no es así, él me ama no tengo dudas de eso y además no ha intentado forzarme a tener sexo con él, acepta de buena gana hasta donde quiero llegar, sí solo quisiera usarme por mi posición hubiera aprovechado el sinnúmero de oportunidades que ha tenido, pero me ha respetado—ella rompe a reír con más fuerza que antes, que tengo que alejar un poco el celular para que no lastime mis oídos su risa y como grita, sí, mi amiga es muy ruidosa y a ella no la han obligado como a mí a tener clases de etiqueta para ser una dama en todo momento.—Jesús, Alana eres una cosita tan dulce e inocente a veces que es imposible no quererte amiga, pero tengo una duda—Ella va a salir con alguna estupidez muy típica de ella— ¿Orlando te respeta antes o después de vaciar su carga en tu abdomen o cualquier otra parte de tu cuerpo? —Es una tonta, juro que a partir de hoy no le contaré más mis cosas, cierro la llamada sin molestarme en responder eso.Me acuesto en mi cama y cierro los ojos un momento para desconectarme de todo unos minutos, mi celular suena y es un mensaje de texto, no necesito abrirlo para saber que es de mi mejor amiga, debe de haber enviado algún emoticón o más risas, sigo así un momento más hasta que después de lo que parecen haber sido solo unos pocos segundos, siento que alguien me sacude por el hombro de malas maneras.Abro mis ojos de golpe para ver que es mi hermana Gianella la que me ha estado sacudiendo, tiene cara de pocos amigos, me siento y observo a mi alrededor solo para comprobar que ya ha oscurecido.¡Pero si solo cerré los ojos un momento!Ella se acerca a mi mesita de noche y enciende mi pequeña lámpara—Guido te está buscando por toda la casa, le dije que puede ser que estés en tu habitación pero el muy necio no me hizo caso, como siempre—Teclea algo en su celular, para luego poner su atención nuevamente en mí.— ¿Alana no me escuchaste?, Guido quiere verte, mejor ve ahora mismo que parecer estar con un humor igual que el tuyo o peor, a esté paso van a envejecer más rápido ustedes dos solo viven enojados y dando órdenes, parece ser que una vez que sea adulta me volveré igual de amargada que ustedes—con eso se retira de mi habitación.Ojala que el motivo por el que me está buscando mi hermano sea para algo de verdad importante y no para seguir escuchando sus quejas, me lavo el rostro y arreglo mi cabello un poco antes de bajar a verlo, estoy ya cerca de su despacho cuando él sale haciendo que me lleve un buen susto.— ¡Jesús Guido!, parece que siempre me sientes cuando estoy cerca de ti porque apareces de la nada—Él solo me hace un gesto de que entre a su despacho, así lo hago pero sin cerrar la puerta.—Cierra la puerta Alana porfavor, vamos a tener que hablar de cosas muy serias—Eso no me gusta nada, pero me pongo de pie y hago lo que me pide, cierro la puerta.— ¿Qué pasa hermano?, hay algún problema serio con los negocios de papá o es otra cosa lo que te tiene buscándome—Él tiene la cabeza apoyada en su silla, inclinada para arriba con los ojos cerrados, antes de frotarlos y abrirlos para enfocarse en mí.—Alana no sé qué pensaba papá cuando hizo ese tonto contrato, pero cuando llegué el momento te lo diré, solo deja de insistir con ese estúpido tema de que te vas a casar con ese perdedor que tienes por novio, porque no va a suceder—aquí vamos con el mismo tema, esto parece ser una jodida broma de mal gusto.—Basta Guido, no tengo tiempo para esto, ya te dije que acepte su propuesta de matrimonio y no hay nada que puedas hacer, he dado mi palabra y eso es suficiente—Mi hermano golpea fuerte su escritorio, pero eso a mí no me da miedo en lo absoluto.—¿Escuchaste en algún momento si te pregunte que opinabas o qué era lo que tú querías?, no, no lo hice y eso es porque tu destino ya está trazado desde hace años atrás mientras papá aún estaba con vida, no soy yo quien te lo imponiendo y no, no hay nada que puedas hacer al respecto, entre más rápido lo aceptes mejor será para ti Alana—Yo no tengo nada que entender, es mi hermano el que debe de aceptar que no voy a hacer lo que me está exigiendo.—No olvides con quien estás hablando, ni tú ni nadie me va a decir que puedo y que no hacer, ya elegí con quien voy a compartir mi vida y eso no va a cambiar por nada del mundo.—Alana no voy a discutir eso contigo ahora como te dije cuando llegue el momento lo sabrás y además no fue para eso que te llamé aquí, vamos a tener que asistir a algunas reuniones sociales donde se requiere nuestra presencia empezando desde hoy, te pido que no causes problemas con ninguna familia o integrante de ella que te haga enojar, ahora ve arreglarte que en una hora tenemos que asistir a una fiesta—Voy a decirle que no pero se adelanta en hacer un gesto de que guarde silencio.—Tú problema hermana menor es que no sabes cuándo debes cerrar la boca y obedecer, te dije que vayas a cambiarte que vamos a salir, apúrate y ve a hacerlo, porque si no te llevo con lo que tienes puesto en este momento—Me levanto de ahí hecha una furia, pero lo que él no sabe es que se va a arrepentir de llevarme con él a su fea fiesta.No veo la hora de casarme para que dejé de decirme que debo hacer todo el tiempo.DamianoNo sé porque debemos de asistir aún a estas reuniones tan aburridas, en Londres eran mucho más entretenidas y nunca faltaban las mujeres, pensé que quizás mamá había cambiado un poco con el pasar de los años pero no fue así.Nos hizo asistir a una fiesta muy aburrida, la organiza una de sus conocidas, una vieja cacatúa creo que su nombre era Pía Gotti, es tan insoportable y molesta no pierde el tiempo en mostrarnos a sus hijas, solo una de ellas vale la pena las demás son muy sosas y no tan atractivas, mi hermano Gianni como siempre está haciendo una demostración de sus impecables modales, le gusta lucir como un perfecto caballero frente a los demás es gracioso porque si supieran lo jodido que es, no estuvieran sonriendo como tontas en su dirección en su lugar estuvieran gritando como locas y corriendo en el sentido contrario.— ¡Oh Fiorella querida!, que guapos están tus hijos, todos unos perfectos caballeros, debes estar muy orgullosa de ellos—La vieja chismosa le hace un mo
AlanaEsto no puede ser verdad, quizás el poco alcohol que he bebido me ha hecho más efecto de lo que pensaba, me digo a mi misma como explicación pero lamentablemente no es así.Me niego a creer lo que mis ojos están viendo la escena desagradable que está pasando frente a mí en este lugar, hay una chica muy guapa junto a dos hombres bien vestidos deben ser invitados de la fiesta entonces, ellos 3 están teniendo un momento privado y muy íntimo por los ruidos que hace ella pero este no es el lugar ni el momento en el cual dan rienda suelta a lo que sea que deben de estar pensando en seguir haciendo aquí, que gente con poca educación.Se están comportando como unos animales salvajes y yo tuve la mala suerte de ver esto, me siento algo enferma del estómago y muy enojada por este momento muy incómodo.Tengo ganas de gritar de horror, yo estaba entrando aquí dispuesta a defenderla porque escuchaba lo que parecía ser que la estaban agrediendo y ella... Ella en realidad estaba teniendo un bu
Me da escalofríos, son tipos malos muy malos, que no dudarán en cumplir sus promesas, pero gracias a Dios tengo a Orlando conmigo, él me va a proteger de esas bestias.Regreso a la fiesta y las ganas de ir al baño fueron olvidadas por completo, pasa un camarero con una bandeja llena de cócteles, le hago un gesto que me dé uno y tomó cualquiera al azar poco me importa el sabor, solo quiero poder beber algo y calmar un poco mi corazón que se quiere salir de mi pecho.Mis ojos vagan por todos lados buscando a Guido para poder salir de aquí, no quiero estar un segundo más cerca de los hermanos del mal, me bebo el vaso en tres tragos largos, tiene un sabor un poco fuerte pero no me importa.—Permiso pequeña garza estás en mi camino, no estorbes—Susurra una voz detrás de mí que destila enojo y fastidio, me giro tan rápido que no me percato que tan cerca de mí ha estado.Me tropiezo como una completa tonta y pierdo un poco el equilibrio teniendo que apoyarme en él y en su pecho, Damiano me
GianniVerla aquí frente a mí como si no nos hubiera interrumpido con la diversión que estábamos teniendo con la dulce Mellea, me hace pensar que quizás todo es producto de mi imaginación, como no la hemos visto después de todos estos años me costó reconocerla un poco al principio, que si no fuera por su cabello de color negr* y ese hermoso rostro de muñeca de porcelana no la reconocería, además tampoco esperaba encontrarla aquí hoy, eso hace que despierte esa emoción que siempre tenía en mí y la odiaba, yo sentía que debía protegerla de mi hermano y su forma agresiva de tratarla por eso siempre controlaba a Damiano que no se le vaya la mano con ella cuando le dábamos un mal rato en la escuela, pero eso no quiere decir que yo no le daba su merecido.¡Oh porque yo sí que lo disfrutaba!, y la mejor parte que mi hermano jamás me deteníaEs por eso que la odiaba tanto que yo no entendía cómo era eso posible, que ella siendo una niña tonta pueda despertar ese sentimiento en mí.Es por eso
AlanaUna hora después estoy en mi habitación acostada en mi cama, fui a ver a los niños antes de entrar a la mía.Gianella estaba aún conversando con una amiga de ella en el celular, me vio en la puerta y me dijo que en 5 minutos ya se iba a acostar, el pequeño Enzo estaba dormido, después de eso me pude ir a dormir más tranquila de que ellos estaban bien.Bueno esa era la idea de irme a dormir pero mi querida amiga Caeli no quiso esperar hasta mañana como se lo sugerí, ella empezó a preguntar que era lo que pasaba y que tenía que decirle.— ¿Qué es?, ¡Dime ya!, me estoy subiendo por las paredes—Muy típico de ella.—Aparecieron en la ciudad tus personas favoritas sabes, unos que llevan el apellido Amuso, ¿Te suenan de algo?—Iba a seguir hablando pero el grito de rabia de ella me deja sin poder decir una palabra más.— ¡Dime que es una tonta broma tuya!, Alana de verdad, dime que eso es mentira—Nop, no lo es yo también pensaba que era producto de las pocas copas de alcohol que bebí en
Alana— ¡Guido suéltame!, ¿Qué haces?—Pero él no me escucha, sigue sacudiéndome con fuerza.— ¿No entiendes lo grave qué es si enojas a ese familia?, ellos te odian Alana, basta que hagas una cosa tan sencilla para que ellos lo usen de excusa y tomen venganza, papá tuvo que sacrificar mucho por tu culpa el día que casi matas a esos chicos solo porque no pudiste controlar tu temperamento—Me suelta como si se hubiera quemado, y se pasa las manos por el cabello.—Fue un accidente, está bien, yo solo tenía 8 años era una niña inocente tampoco es que tenía planeado su muerte o sabía que podía pasar eso, además no es mi culpa que ellos no hayan sabido nadar—Me duelen los brazos Guido puso mucha fuerza en su agarre, espero que no deje marcas en ellos.—Ese es el problema nunca piensas en las consecuencias de las cosas que haces por tus caprichos o porque te enojas, debe de madurar de una vez Alana—Maldice y se vuelve a acercar a mí enojado.Levanto los brazos inconscientemente pensando que m
AlanaGuido no se dio por vencido y me siguió hasta la sala, en donde me agarro fuerte del brazo para que no pueda seguir caminando lejos de él y lo vaya a dejar con la palabra en la boca.— ¿Qué diablos crees que estás haciendo?, No puedes simplemente irte y dejarme con la palabra en la boca estamos hablando de algo muy serio aquí, el futuro de nuestra familia y todo por lo que nuestros padres han trabajado, deja de ser una egoísta y caprichosa Alana— ¡Debe de ser una jodida broma!, ¿Y por qué yo debo ser la que debe tenerlos en el buen lado?, no entiendo porque pasa esto.— ¿Por qué yo?, que es lo que no me dices, me llamas a decirme verdades a medias, entonces no tengo porque escuchar si no vas a ser honesto conmigo del todo, además debo irme Orlando me espera—Su agarre en mi brazo se aprieta más, provocándome un poco de dolor.—Fui claro con respecto a ese tipo Alana, no quiero que lo veas más, ya no puedes darte ese lujo de estar jugando a casarse y que te vean con ese perdedor,
GianniMi padre y el de esa chica se volvieron locos, como pudieron pensar que uno de nosotros iba a poder casarse con esa chica estúpida.—Vamos, no pongan esa cara de susto, su hermana se casó sin conocer antes a su esposo y nunca se quejó ni se lamentó y ustedes tienen cara de quererse poner a llorar—Se queja mi padre muy enojado de la reacción de ambos.Sí supiera que mi cara no es de susto como él cree, no claro que no, mi cara es de sorpresa y enojo, mucho enojo.—Me da igual papá si ella elige a Gianni o a mí, siempre dije que cuando llegará mi momento de casarme lo haría y cumpliría con mi deber, aunque a la chica que mencionas es la peor de todas no te voy a mentir—Mi padre se frota la frente como si eso le pudiera aliviar el dolor de cabeza que parece tener.No es para menos haber discutido con mi madre de esa manera y ahora tener que lidiar con nosotros.—Yo solo quiero poner una pequeña cláusula a eso, en caso de que sea yo el desafortunado que tenga que casarse con la peq