Llegaron hasta la planta más alta, una joven secretaria las hizo esperar por largo rato, pero al final, les permitió pasar. Un hombre de mediana edad, con rasgos muy masculinos y vestido con un elegante traje, las esperaba tras un escritorio.—Buenas tardes, señor. — Saludó Carlota, apenas abrió la puerta.—¿Carlota? ¿Hay algún problema?. — Preguntó el hombre, mirando extrañado a Alma.—No, señor… Es solo que, ella es Alma. — Carlota la señaló. — Alma, él es el señor Rafael Montalvo, el gerente de la empresa. — Alma se acercó, algo nerviosa, estrechando la mano de ese hombre que se veía tan severo.—Mucho gustó, señor Montalvo.—Mucho gusto. — Respondió este. — Carlota, sigo sin entender, ¿Cuál es el problema?.—Bueno, ella es la joven de la que le hablé para el puesto de gerente de diseño y…—¿Ah, sí? Felicidades, jovencita, esta es una gran oportunidad para usted… — Murmuró el hombre con algo más de amabilidad.—Señor, si me permite… — Comenzó Alma a refutar. — Todav
—¿Edan?. — Exhaló Vivian, sintiendo un sobresalto en su corazón. — Yo… Vino tu hermano… Y yo… Lo recibí, pensaba que no estabas aquí, lo acompañe por un rato… Y… — Balbuceó Vivian en un intento desesperado, dando patadas de ahogado.—No te molestes en explicarme, Vivian, me di cuenta de que recibiste muy bien a mi hermano… — Afirmó Edan, dando un sorbo a su taza de té, para luego dejarla sobre la mesa de centro.—¿Qué? No entiendes cariño, yo… — Entonó ella suplicante, siendo interrumpida por Edan, quien no pudo soportar su descaro. ¿Cómo podía llamarlo cariño después de lo que acababa de hacer?.—¡Ya basta, Vivian!. — Edan se levantó, cansado de estuchar tanta estupidez. — ¡¿Cuánto más me quieres ver la cara de idiota?! ¡YA LO SÉ TODO! ¿¡CÓMO TE LO TENGO QUE EXPLICAR PARA QUE LO ENTIENDAS!?. — Gritó con todas sus fuerzas, dejando a Vivian estática.—No me tienes que hablar así… Edan, yo no quería… — Refutó Vivian, indignada, sintiendo como le ardían los ojos.—¡¿Qué no que
Las cosas se habían salido un poco de control, Mateo estaba muy enojado y simplemente no podía dar su brazo a torcer. ¿Cómo es que Alma no lo veía? ¿Qué a una simple practicante le den un puesto de gerencia con casa y automóvil incluido? Eso solo podía ser obra de Edan.Una fuerte discusión se armó entre ellos dos, Mateo tenía esperanzas, muchas esperanzas de que Alma finalmente se olvidara de ese hombre y lo aceptara a él, pero entre más razones le daba Mateo a Alma de que rechazara ese puesto de gerencia, ella parecía cada vez más convencida de que debía aceptarlo.¿Ese Edan no pensaba darse por vencido después de lo que Luz le había dicho? ¿Quería seguir manipulando a Alma a su antojo, usando su dinero y su poder? Mateo no estaba dispuesto a permitirlo.—Lo siento, Mateo, estoy muy agradecida contigo por todo lo que has hecho, pero ahora que la empresa me proporciona un lugar para mí y para mi familia, lo mejor será que nos mudemos, no quiero causarte más problemas. — Afirmó Al
Mateo infló el pecho, sintiéndose todo un héroe, esperaba ansioso el momento en que Alma reaccionara y ver cómo abofeteaba a Edan para luego correr a sus brazos, sin embargo, eso no fue precisamente lo que sucedió.—¿Edan? Tengo que escucharlo de ti… ¿Eso es cierto?. — Preguntó ella, en un susurro, acercándose a él.—Yo… He… Sí. — Edan bajó la mirada. — Compré la empresa, le invertí algo y bueno…—¿Y lo de mi nuevo puesto de trabajo? También fuiste tú, ¿No es así?. — Alma apretó los labios, sintiendo que la impotencia la llenaba.—Quería verte bien, cómoda, feliz… — Murmuró en un tono suplicante, mirándola la los ojos y tomando sus manos.—¿Verte bien? Será verte en dónde él quería, lejos de mi casa. — Gruñó Mateo a unos pasos de ellos.—¡Tú, cállate! ¡M@ldito imbécil! ¡No quieras hacer entender que esto lo haces por ella, porque no es así! ¡Lo haces por ti! ¡Para ganarte su afecto, solo por eso!. — Vocifero Edan a Mateo.—Tal como tú… — Refutó esté.Alma dio un paso ha
—¡Ethan! ¡¿Qué haces?!. — Vocifero Edgar, acercándose a su hermano para arrancarle el papel de la mano y esconderlo rápidamente en el bolsillo de su pantalón.Edan se quedó paralizado, paseando la vista entre cada uno de los integrantes de su familia, quienes esperaban expectantes una reacción de su parte. A su lado, su padre, Erick, tomó una de las manos de Edan, apretándola con fuerza.—¿Qué? ¿Qué es lo que acaba de decir? ¿Qué soy adoptado?. — Musitó Edan, deslizando la mirada hacia su padre.—Hijo… — Comenzó Erick con dulzura, cuando fue interrumpido por Ethan.—¡Sí! ¡Eres adoptado! ¡Por supuesto que lo eres! Y ahora, entiendo por qué mamá y papá siempre te prefirieron a ti, tenían lástima por el niño que recogieron de la calle. Pero lo que no entiendo es, ¿Cómo pudieron darte la mejor parte de la herencia a ti?. — Gritó Ethan mirando a Edan con desprecio.—¡Ethan, basta!. — Intervino Edgar, metiéndose entre los dos hermanos.—Tú… ¿Tú también lo sabías?. — Pregunto Eda
Ethan se levantó, sintiéndose triunfante, si Edan renunciaba a todo, eso quería decir, que ahora todo le pertenecía, pero él tampoco se la pensaba dejar tan fácil a su supuesto hermano.—Ja, ja, ja. — Volvió a reír, con prepotencia. — ¿Renunciarás a todo? Pues, si de verdad quieres demostrar que eres todo un hombrecito, eso significa que no usarás tus cuentas, ni tu apartamento, ni tu auto, ni tus influencias como un O’Connor… Nada que hayas conseguido gracias a mis padres. Tendrás que comenzar como te correspondía hacerlo, como un pobretón, un empleaducho más…—Edan, hijo, no tienes por qué hacer esto, no tienes nada que demostrarle a nadie… — Se acercó Angélica a Edan, ignorando las palabras de Ethan y notando como Edan, se veía cada vez más determinado.—No lo permitiré, esto es una desfachatez, Edan… Abandonar así lo que te has ganado, por el capricho de tu hermano, es ridículo. — Soltó, Erick, preocupado.—Lo haré, papá… No tengo miedo. — Afirmó Edan, sin dejar de mirar a
Se habían sentado en una pequeña mesa del café algo apartada del resto del público, Edan le contó todo a Alma, absolutamente todo lo sucedido con su hermano en la casa de sus padres y como él, tuvo que renunciar a lo que significaba ser un O’Connor.Sí, fue un choque para Alma, enterarse de que él era adoptado, pero al sumergirse en la historia de Edan y enterarse de la manera en que sus padres lo defendieron, Alma entendió que para Erick y Angélica, Edan era su hijo, aunque Ethan no estuviera de acuerdo.—¿Cómo aceptaste algo así? Si tu padre no estaba de acuerdo… — Murmuró ella, preocupada.—Alma, no conoces a mi hermano… Esto nunca iba a acabar, él no se quedaría tranquilo hasta obtener la empresa o hasta que entienda, que la ha perdido para siempre… Y mientras tanto, mi padre viviría mortificado. — Explicó Edan.—¿Y crees que tu padre no lo estará ahora, pensando en todo lo que podrías estar pasando?.—Él está bien, me ocupo de llamarlo a diario, de hacerle saber que esto
La puerta de la oficina se abre ligeramente y se asoma la joven asistente.—¿Señor?.Ethan levanta el rostro, pero la chica no tuvo oportunidad de hablar, la puerta terminó de abrirse de un golpe cuando otra persona la empuja. Vivian hace su aparición, erguida, orgullosa, intentando mostrar dignidad, aunque por dentro, se sentía destrozada.—Vengo a hablar contigo, Ethan. — Gruñó ella, entrando sin esperar invitación y dejando a la asistente, sin palabras.Ethan se levanta arrugando el entrecejo, ¿Cómo se atrevió Vivian en ir a buscarlo en la empresa? ¿Qué intentaba? ¿Qué los descubrieran? Además, él no tenía tiempo para esto, le quedaba solamente un mes para entregarle los innumerables informes a su padre y aunque había conseguido maquillar bastantes números, había algunos datos que eran imposibles de ocultar.—Déjanos solos. — Ordenó Ethan a su asistente, quien seguía asomada en la puerta, con curiosidad. La chica se fue. — ¿Qué haces aquí, Vivian?. — Preguntó él arrugando e