La piedra helada crujía, comenzando a romperse. Era solo la furia del Alfa lo que hacía que las paredes temblaran. Cualquiera hubiera quedado paralizado si veía como Mark comenzaba a transformarse sin ninguna clase de barrera, dejándose llevar por sus instintos al cien por ciento. Comenzaba a dejar atrás su parte humana, la que podía llegar a tener piedad.Khendra, el nombre de Khendra lo había cambiado todo. La bruja se dio cuenta de que había hablado de más, delatándose a si misma. Su plan nunca había sido quedarse en la mansión, pero había recibido órdenes estrictas. Todavía no lo comprendía, ese vampiro le había jugado una carta especifica y ahora, no parecía querer venir a ayudarla. La habían colmado de regalos y obsequios, de todo lo que ella quería. Pero por, sobre todo, le habían ofrecido convertirse en una vampira, en volver a vivir su juventud perdida.Esa fue una oferta que la bruja Ingrid no pudo rechazar. Cada vez que se miraba al espejo, añoraba una segunda oportunidad p
Sujeté a ese enorme lobo con todas mis fuerzas, con el llanto escapándose de mis ojos. Santo dios, el dolor era insoportable. Tener que hacer esta fuerza para controlarlo era terrible, me sentía como si cargara el peso de una montaña entera sobre mis hombros.—Es… Un Wolf-Blood… —empezó a decir Adren, mirando a su hermano con un gran temor en los ojos.—¿Qué? —no comprendí, yo solo trataba de contener a ese enorme lobo que era mi esposo.—Debes soltarlo, Sara. Será incontrolable. —dijo Adren, temblando.Jamás lo había visto tan asustado en toda mi vida. No entendía nada de lo que estaba refiriéndose. Desde que la mujer había dicho el nombre de Khendra, Mark había perdido el control. Que aquella anciana a la que rescató lo hubiera traicionado y me hubiera envenado le resultó como un explosivo en su interior. Se había contenido por demasiado tiempo.Se estaba transformando en una bestia, más grande todavía que un lobo. El humo brotaba de su pelaje como si estuviera por incendiarse. Sus
El juicio de los pálidosEl castillo de los más poderosos vampiros existía desde tiempos inmemorables. Era un edificio alto, lujoso y contrario a lo que uno podría pensar, moderno. Khendra tenía un exquisito gusto en la decoración.El día de hoy se reunirían los tres vampiros más poderosos de todos los tiempos. Los asuntos que había que discutir eran de suma urgencia. Khendra abrió el gigantesco portón de hierro para que los invitados llegaran en sus lujosos automóviles. Aunque claro, no los necesitaban, pero cada uno portaba demasiada elegancia como para llegar a pie. El primer hombre que bajó se llamaba Julius, alto, de cabello pelirrojo y los ojos grises casi como la plata. Tenía una palidez sepulcral y los labios escarlata. Era un rasgo característico de los vampiros llevar un smoking de color negro. Pero Julius llevaba solo una camisa entallada que resaltaba sus músculos casi perfectos. Parecía de unos treinta años, aunque tenía más de cuatrocientos. Luego, Anna hizo su aparic
MarkEl nombre de mi hijo resonaba en mis oídos con la dulce voz de Sara. Ella había logrado crear una fisura en todas las capas de bestia. decía mi lobo internamente, como una voz diferente a la que escuchaba con anterioridad.Mi lobo tenía algo importante que proteger. Al nombrar a nuestro hijo, mi parte lobo que era cada vez más fuerte, había comprendido que solo había una manera de ganar, protegiendo a nuestra sangre.Era la palabra resonante en el instinto. Haría lo que fuera para proteger a mi familia, mataría a cualquiera. Estaba listo para usar mi poder enorme para aplastar a quien quisiera acercarse a los que amaba. Sara se arrojó sobre mí para abrazarme. Mi hermosa esposa, yo haría cualquier cosa por ella.Adren y Tanya también estaban allí presentes. Habían contemplado mi transformación y, sin embargo, seguían allí. Un Wolf-Blood no puede controlar su instinto sádico de pelea, solo domina con la muerte y no reconoce seres queridos. Es pura bestia, s
La huida de Zem tenía grandes consecuencias. La junta de vampiros había perdido por completo la paciencia. Khendra, estaba furiosa, sabía que Zem traería problemas a futuro.—Es un tonto. Su amor lo condenará. —dijo ella, golpeando una de las paredes del lugar.Tenían que encontrarlo. Los tres estaban cazándolo. Como vampiros prodigiosos, sabían bien que alguien inexperto como Zem no podría zafarse mucho tiempo de su justicia. Pero la ansiedad era difícil de manejar. —Es listo, es un desgraciado. —dijo Julius. Cuando encontró un amuleto de rastreo en uno de los bares que estaba en las proximidades del territorio.—Sabe usar objetos, no es más que un charlatán.Esa clase de amuletos era un señuelo para que el rastro se desviara. Zem debía estar en otro lugar, quizá incluso mucho más lejos que lo esperado. Los había despistado, llevaban buscándolo casi medio día y solo encontraron pistas falsas.—El buscará a la humana tarde o temprano. —dijo Julius. —Lo prudente será esperar a ese mom
Mark acababa de decir que me permitía ir con ellos a la exploración. Esta misión era por mi supervivencia, yo tenía que salvarme a mí misma además de tener ayuda. Era mi conexión con Zem la que me salvaría, solo yo podía reconocer cual sería el objeto.Sería emocionante poder tener otra aventura juntos, como manada. sentirme parte de la manada era algo que generaba en mí un sentimiento de fuerza. No me sentía sola, ahora sabía que mi hijo y yo estábamos protegidos. Sentía como pateaba lentamente cuando tocaba mi vientre, dejando mi mano allí por un tiempo largo, porque sentir que tenía fuerza y crecía era algo que me hacía feliz. Ni siquiera podía describir el nivel de felicidad que sentía porque mi bebé estuviera conmigo.—Te ves contenta. ¿Acaso olvidas que partimos a una misión horrenda? —preguntó Tanya, riendo.El camino resultó un poco más largo del que imaginamos, era un bosque confuso. Kily logró decirnos las indicaciones, pero en vivo y en directo eran otra cosa. No era un sen
Tanya yacía en el suelo de la mansión de antigüedades, su cuerpo retorcido por el dolor. La herida en su costado derecho era un grotesco recordatorio de su encuentro con el vampiro. La estaca de plata envenenada seguía allí, enterrada profundamente en su carne, liberando su veneno letal en su sistema.Su respiración era entrecortada y sus gemidos llenaban la sala, resonando en las paredes cubiertas de polvo y antigüedades olvidadas. La agonía que la envolvía era indescriptible. Cada latido de su corazón parecía un eco del tormento que la atormentaba. La sangre brotaba de la herida, mezclándose con el polvo del suelo de madera antigua.Sara se arrodilló ante ella, sin importarle que los vampiros habían comenzado a salir de las sombras.—¡Tanya! —gritó, tratando de sanar sus heridas.La flecha de plata había calado profundo. Mark y Adren comenzaron a defender al grupo, los vampiros estaban próximos a atacar.Friederich, el vampiro más habilidoso de entre el grupo, tomó a Collin por sorp
Sara buscó reanimar a Tanya con todas sus fuerzas. Cerró los ojos mientras presionaba las heridas para cortar la sangre que salía a borbotones de su cuerpo. Era insoportable ver como moría en sus brazos.—No te dejaré caer. —dijo ella, sujetándola contra su pecho.Mark peleaba contra el vampiro Friederich. Pero ella no veía la pelea, estaba inmersa en su misión imposible. Buscó recordar alguna clase de habilidad que Zem le hubiera enseñado, algo para curarla.Lloraba, las lágrimas se mezclaban con la sangre de la loba. El dolor de cabeza se hizo intenso.Su vista comenzó a desenfocarse lentamente. Sara se preguntó si iba a desmayarse.No, no era un buen momento para sentirse débil ni para tener síntomas de embarazo. Se repitió a si misma que tenía que concentrarse para ayudar a Tanya.Cerró los ojos, conectando con su lado vampiro. Era el conocimiento el que requería.Debía conectarse con Zem.Lo vio, como si estuviera frente a ella. En su propia mente, Zem sonreía como siempre.—¿Me