SaraLos tres hombres comenzaron a avanzar hacia el interior de la casa. Adren y Mark se interpusieron en su camino para no dejar que siguieran.—¡Mark! —grité, un grito colmado de horror y espanto.Mi niño gritó casi al unísono. Al ver como uno de los hombres, le asestaba un puñetazo que lo hizo salir volando y estrellarse contra una de las paredes de nuestra casa. Lo mismo hizo el otro sujeto con Adren.Los dos se encontraban debajo de los escombros. Corrí hacia Mark junto con mi hijo.—Papá… ¿Qué ocurre? —preguntó Hawk, en la conmoción de lo que estaba ocurriendo. —Es… Es una pelea…No entendía nada de lo que decía mi niño. Empecé a quitar los escombros para sacar a mi esposo de allí abajo. Quité todos los fragmentos de pared y columna que estaban sobre él. Dios mío, sería un milagro si llegaba a sobrevivir a algo así.Sentí las lágrimas de horror corriendo por mi mejilla. Estaba desesperada. No podía encontrar palabras a lo que había presenciado.—¿Cómo has hecho? Sara… —escuché l
NarradorPor mucho esfuerzo que puso Sara en retener a Hawk, el siguió adelante con la pequeña bruja para tratar de despertar el instinto de lobo de su padre.Sara no pudo seguir adelante para seguirlos. Los ataques regresaron. Los pálidos que la rodeaban eran sumamente veloces, los golpes le alcanzaron el vientre y el rostro.No querían dañarla. No, ella notó eso rápidamente. Porque si lo hubieran querido, habrían podido hacerla sufrir mucho más. No comprendió el porqué, no tenía sentido, si podrían matarla en cuestión de segundos.Ella se defendía, moviéndose inconscientemente, su instinto de supervivencia se estaba activando. Su instinto despertaba con más rapidez que el de Mark.Mark no deseaba despertar a su lobo, en su interior, su lobo se negaba a salir por los recuerdos que poseía. Los recuerdos de dolor, el miedo a no poder controlarse como sucedió la última vez. La sangre manchaba su transformación, aquella infame ocasión en la cual, lastimó a la persona que más amaba.Su lo
CarolEl día había llegado ya. Frente a mis ojos, en el suelo, la chica trataba de arrastrarse. Su magia era una escoria al lado de la mía. Estaba lista para comenzar a experimentar. Sabía que funcionaría, tenía toda mi fe puesta en ello. Porque estas criaturas no poseían memoria, se las habían borrado prácticamente a voluntad. Y cuando uno no sabe quien es, cualquiera puede adueñarse de su poder.—Sara, ¿Es tu nombre? ¿Verdad humana? —pregunté, en voz alta, arrastrando del brazo a la chica para colocarla arriba de una camilla.Ella trató de zafarse de mí, no lo logró. Apreté sus brazos con fuerza para quebrarla. Quebré su brazo izquierdo y también el derecho. Parecía ser solo una humana para mí. Su humanidad la aplastó. No podría defenderse por mucho que lo quisiera.Julius vendría pronto con el otro pálido. El plan estaba saliendo a la perfección. El reinado perduraría. La sombra del desafío sería aplastada antes de que se reprodujera. Todos ellos caerían. Cuando todo esto terminara
NarradorEl pequeño niño gruñó, unos colmillos se asomaron, brillantes, resplandecientes. Mark se sobresaltó. Tanya, Adren y Kily estaban transformándose en bestias que no pensó que existieran antes.Lagunas de recuerdos querían invadirlo. Pero aquellos recuerdos solo le hacían daño, el lastimaba a Sara.Su lobo volvió a reprimirse. Su voz interior le marcaba que, si se dejaba llevar, su hijo saldría lastimado. No podía arriesgarse.Zem fue hacia donde ellos estaban para volver a cubrirlos por si los lobos perdían rápidamente.—Ellos están peleando. —dijo Zem, mirando como los lobos lograban detener a los pálidos peleando con todas sus fuerzas.—Se la han llevado. —Ingrid logró ir hacia donde Mark se hallaba con los niños. —¡El quiere llevarte a ti ahora! —chilló, señalando a una sombra que parecía vigilarlo todo a una distancia prudente.Ingrid logró distinguir la presencia de Julius. Se estaba ocultando, estaba esperando. Y por lo que sucedió con Carol, sus planes parecían esperar p
SaraNo había palabras para describir aquel dolor. El sufrimiento, la sangre saliendo de mi cuerpo. Estaba destrozada, me estaba haciendo mucho daño. Una opresión en mi pecho, una constante cascada que me aplastaba y me impedía luchar.“Eres un monstruo.” Las palabras de la reina retumbaban dentro de mi cuerpo.Sentía frío, un frío intenso que me recorría de pies a cabeza. Temblores, miedo, las emociones colapsaban dentro de mi pecho mientras me retorcía por el dolor.Mi niño, había dejado a mi niño sin mi protección. No logré ser lo suficientemente fuerte. Ahora esa carga pesaba sobre mi corazón.—No… No… —me lamentaba, entre las pesadillas.Mi mente ya no era mía. Era de ella, la reina estaba controlando mis pensamientos, las imágenes que aparecían delante de mí eran tan horribles, no podía dejar de mirarlas.—Eso es lo que ocurrirá, Sara, te estoy mostrando el futuro.No, no podía ser. No quería escucharla. El desconsuelo trataba de apoderarse de mí. De acorralarme. No podía pensar
Sara—¡Ya está servida la cena! —escuché la voz de Mark desde el comedor de nuestro nuevo hogar.Tanya estaba colocando todo lo necesario para la mesa. El día de hoy vendrían varios invitados nuevos. Hawk iba corriendo de un lado a otro.El televisor estaba encendido. En los últimos días había estado casi todo el día encendido para mantenernos al tanto de lo que ocurría. El gran reinado había caído, la manipulación de los pálidos llegó a su fin con la muerte de ambos reyes. Después de que las personas despertaron de la manipulación, el desorden se hizo notar. Los humanos debieron comenzar a organizarse nuevamente.Ellos podían hacerlo. Habían sufrido muchas crisis a lo largo de la historia y de este desorden, iban a salir muy pronto, tenía fe en ello. Estábamos ayudando a que así fuera.—¡Ya llegó! —escuché el grito emocionado de mi hijo, que había preparado todos sus lápices de colores para compartir con su nueva amiga.En la puerta, estaba Lena y su hija Cin. Las saludé con amabilid
Llegué a casa buscando esconderme de esa bestia que interrumpió en mi trabajo. Tener que correr por mi vida era por lejos, la sensación más terrible que hubiera vivido. Mis rodillas estaban magulladas por las caídas intentando defenderme para escapar y mis pies, acalambrados por el esfuerzo. Logré llegar a casa con el mas grande de los esfuerzos y algo más de buena suerte. No podía ser lógico que un lobo de ese tamaño estuviera buscándome, tenía que tratarse de alguna clase de pesadilla. La desesperación me invadía recorriendo mis huesos y haciendo palpitar mi corazón de una manera indescriptible.—No te escaparás de mí, Sara. —dijo él, con su voz rugosa aterradora, que me estremeció los huesos.Lo contemplé en total shock, cuando volvió a su forma humana me dejó boquiabierta. Era él, mi compañero de la escuela al que por tanto tiempo ignoré. Estaba completamente fuerte, atractivo, con el cabello azabache y los ojos penetrantes igual de oscuros.—¿Qué es lo que quieres, Mark? —pregunt
No me di cuenta de que me había dormido, pero al despertar, me sobresalté terriblemente. Volver a verme en esa casa extraña y lujosa me hacía creer que era toda una alucinación de parte de mi mente.—¿No te has vestido todavía, luna? —preguntó la voz de una dama al costado de la cama.Yo no había notado su presencia hasta que habló. La mujer debía ser la hermana de Mark, porque la recordaba vagamente de la escuela. Era mayor que nosotros, otra cosa que olvidé.—Tu falta de memoria es preocupante. —observó ella, al tiempo en que extendía su mano para darme las prendas de ropa.Escogí la falda negra y el suéter grueso de lana violeta, me pareció que abrigarme haría que me sintiese mucho más segura. La casa estaba llena de personas que también me despreciaban.—Lo siento, buen día. —saludé, con los ánimos puestos en caerle bien. —Esto es una locura para mí.—Los lobos somos criaturas leales, nadie te lastimará aquí. —La mujer suspiró. —A pesar de lo que has hecho.Tragué saliva, santo ci