En el automóvil, comprendimos que debíamos conseguir un buen lugar en medio de la ciudad para lograr ocultarnos. Solo en medio de toda la gente no se arriesgarían a matarnos, o al menos a esa esperanza me aferraba. Quería aprovechar cada minuto para estar en la normalidad, a volver a ser una humana.Tanya consiguió un piso en un edificio de lujo en medio del centro. Estaba frente a un centro comercial muy popular. Las calles estaban llenas de personas todo el tiempo. Claro que los vampiros podían camuflarse también, pero era mejor eso que estar en un campo desolado donde podían atacar todo el tiempo.Era el noveno piso, un lugar enorme y espacioso. Estaba amoblado, debía costar una fortuna. No importaba el dinero, Mark era un magnate, siempre había sido muy rico. Los medios no eran un problema, cuando llegamos al piso Mark contrato un servicio de comidas que nos abastecía.Llegamos al lugar y miré la entrada, aferrándome a mi pequeño que cargaba en brazos. Hawk se había portado muy bi
—No hagan trampa. En especial tú, Kily. —regañó Adren, mirándola con algo de enojo.Ella soltó una risa. Intuí que la personalidad de Kily daba a entender que era competitiva y haría cualquier cosa para ganar. Estuvimos todos sentados a lo largo de la gran mesa. Habíamos comprado muchos juegos de mesa para compartir en familia.Al verlos a todos allí, sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas. No me quería sentir una tonta, pero es que era tan emotivo el encuentro. Que al fin todos fuéramos una manada, dios mío, no lo hubiera imaginado. Y si lo hubiera hecho nada sería tan feliz como estar experimentándolo en carne propia. Tenía el orgullo latiéndome en lo profundo de mi alma. Estaba tan feliz. Mark cargaba a Hawk entre sus brazos, ver sus ojos brillantes mirando a nuestro hijo me hacía sentir la mujer más afortunada sobre la tierra. No había un mejor hombre para mí que Mark. Habíamos pasado tantas cosas, sentí que la nostalgia me invadía y traté de tranquilizarme. No quería rompe
—¿Qué sucede? —preguntó Kily, tratando de no arrojar todas las cartas al suelo.Froté mis ojos con fuerza. Allí no había nadie. Fue una ilusión por parte de mi miedo… O al menos eso suponía. Porque no había nada en la entrada, ni siquiera Zem. Traté de ver si percibía alguna clase de presencia, para ver si Julius estaba engañándome. Pero allí solo había olor de lobos.—Creí ver… No, no es nada. —dije, tratando de tranquilizarme.Estaba temblando. Mark vino a mi lado y me rodeó con sus brazos para abrazarme. Su calor me hizo sentir bien. Al hacer contacto visual, el comenzó a preocuparse por mi estado actual. Mis ojos estaban llenos de lágrimas por los nervios. Sentía que no tenía un control sobre mi cuerpo y me costaba respirar. Temblaba, no podía parar de temblar. Como si mis huesos estuvieran por desarmarse enteramente. Los escalofríos calaban en lo profundo de mi piel.Le conté resumidamente a Mark lo que había visto, como Julius estaba ahí con una imagen espantosa.—Revisen los al
—No me alejarán de mi hijo. —murmuré, con la voz apagada.No quería hacerlo, no tenía nada de intención de abandonarlo así. El era mi mundo entero, yo no me separaría. No sabían lo que decían.Tanya hizo más pasos hacia atrás, mirándome con pena. Adren se colocó a su lado, estaba protegiéndolos a los dos.¿Protegiéndolos de qué? La comezón se incrementó poco a poco. No estaba protegiéndolos de mí, no, no tenía por qué hacer eso.Era una tontería. No tenía que proteger a nadie de mí, yo no era el enemigo.—Yo soy su madre. Debo protegerlo. —volví a decir, no tenía fuerza en la voz. —Es mi hijo…Mark me tomó de la mano, tratando de frenarme. Entonces mis ojos se tornaron rojos como la sangre y mis colmillos salieron de golpe.—¡No te atrevas a detenerme! —siseé, como si fuera una serpiente que estaba por morder a su enemigo.Me detuve en seco, estaba por atacar a Mark. Me obligué a quedarme de pie allí. Pero tenía un instinto tan fuerte que ir a buscar a mi hijo que quería pelear. Era a
Narrador—Zemmiatar siempre será un problema. —Julius observó por la ventana, con los ojos fijos en el extenso bosque que estaba a su alrededor.Allí, los vampiros que estaban a su lado asintieron sin dudarlo. Porque el chico siempre había causado un mar de problemas.—Ahora ves toda la verdad. De porque apareció en ese maldito campo. —Khendra tapó su cabeza, tratando de enfocar sus pensamientos.Era un estado de locura, los vampiros jamás habían estado en una situación así. Se sentía fatal para cada uno de ellos. Tenían que pensar en como resolverían esto. Era una maraña de datos e información que asimilar.—La joven Sara no era lo que pensamos. Maldición. —Julius siguió mirando el horizonte. —Tendremos que atacar de una manera más efectiva. De lo contrario… —Perderemos. Tenemos que ser honestos por primera vez en la vida. —Khendra lo miró fijamente, no podía creer que estuvieran en esta situación.—Ser honesto no significa ser un mediocre derrotista. Tu has perdido, en la casa de a
Khendra miró a Julius con una última esperanza de que recapacitara. Tenía que tener una mínima chispa de fe, eran de la misma especie.—No podemos matarnos entre nosotros y lo sabes. —dijo ella, con la voz grave, tratando de imponerse entre el desastre.Julius atacó, estaba usando sus poderes para crear un humo de color negro que estaba quemando su piel.—¡Debes escuchar! —gritó Khendra, con desesperación. Quería intentarlo todo, presentía en cada uno de sus huesos que algo malo pasaría si enfrentaban a los enemigos.—Mira, traidora. Mira a los tuyos… —dijo Julius, sonriendo con malicia. Estaba señalando hacia donde los vampiros bajo sus órdenes estaban atacando sin piedad a los que estaban de acuerdo con Khendra. —Mira lo que les ocurre a los que me desafían.Estaban perdiendo, en unos pocos minutos estarían borrados de este mundo para siempre. Los ataques eran tan sanguinarios, tan despiadados, que no podrían resistir mucho tiempo. Se agotaban las fuerzas de cada uno de ellos. Grita
SaraCaí en un sueño profundo. Los recuerdos se mezclaban con lo que parecían ser pesadillas. Eran tan reales que sentía el dolor en carne propia, como si estuvieran azotándome en la vida real.Como un golpe que se sentía en lo profundo de mi piel.—Ayuda… ¡Ayuda por favor! —grité.Sin que mi voz saliera de mi garganta. Era de esos sueños en los que no se podía hablar.Los pálidos no siempre sueñan, eso era algo que yo sabía muy bien. En ocasiones, las visiones, las comunicaciones podían ocurrir cuando uno pensaba que soñaba. Era una de las viejas lecciones de Zem.Sentí la presencia de otro vampiro. De inmediato pensé en él.—¿Zem? —pregunté, con los ojos llenos de lágrimas.Era como estar envuelta en una nube de azufre, algo que me hacía lagrimear todo el tiempo. un escozor me recorría de pies a cabeza.—Sara.Una voz vagamente conocida. Femenina. Al escucharla, el escozor y todas las sensaciones desagradables desaparecieron de golpe.Una fragancia se hizo presente. El olor a…. Mar.
Percibí el aroma del pastel que todavía estaba en una de las cajas. Sentí un poco de apetito, al parecer nadie más que yo tenía hambre. Comencé a comer una rebanada que me serví con tranquilidad. En parte, estaba demostrándole a todos que ya estaba estable en mi mente, que no tenía ataques.Luego del sueño, tenía un objetivo en claro. Debía hacer contacto, Zem tenía que ayudarme. Solo con el podríamos usar nuestros poderes con más fuerza.—Parece que crees que estás en un cuento de hadas. —Zem me observó con desprecio. —Tenemos los días contados.—Para alguien que ha vivido siglos, parece que tienes miedo. —sonreí, siguiendo concentrada en mi pastel de chocolate.El sabor era agradable, me sentí mucho mejor después de comer. Entonces oí el débil sonido de Hawk, que reía dentro de la habitación con Tanya y Adren. Lo mejor era que se quedaran allí para mantenerlo a salvo hasta que hiciéramos el contacto necesario.“Debe aceptar” pensé, porque era nuestra única alternativa. Mi querido he