—¡Habla ahora! —ordenó Mark, con los ojos enrojecidos por la rabia.La bruja, con su mano temblorosa, todavía lo señalaba. Aunque el miedo estaba en sus ojos, ella continuó hablando, extrayendo un frasco de poción en su bolsa. Ella lo sostuvo entre sus manos y comenzó a recitar unas palabras. Era una especie de hechizo.“El Lobo Alfa dará su espíritu y carne para el prisionero maldecido por la muerte”Eran las palabras que la mujer repetía en voz baja, murmurando. No comprendía a lo que se estaba refiriendo, hasta que llegó la última parte y Mark palideció.—Es una vida a cambio de otra. —dijo él, con voz solemne. —Pagaré el precio de mi crueldad.Solté un grito de rabia, mientras sostenía a mi padre y aferraba sus manos a las mías. Para salvarlo, Mark tendría que morir. Él había sido el culpable de su envenenamiento y debía tomar el veneno para que mi padre se salvara. Las brujerías eran un mal en la tierra y lo comprendía ahora, ese precio era insoportable de pagar.—La magia de las
—He recuperado la memoria, al igual que Mark. Los dos hemos despertado del sueño. —murmuré, sabía que no querrían escucharme.El momento de solemnidad y duelo había llegado a su fin. Los lobos se habían despedido de su antigua Alfa. Los hermanos habían dejado partir a su padre, Adren y Mark aullaron por última vez para recordarlo. La tensión se empezó a desperdigar por el territorio, la pelea pronto comenzaría. Yo era una vampira y eso no cambiaría, éramos enemigos naturales. Pronto, la sangre se volvería a derramar.—Huele a traidor. Huele a muerto vivo. —dijo Tanya, olfateando hacia mi dirección.La loba comenzó a acercarse mientras gruñía, con los ojos entrecerrados. Su imponente tamaño me hizo sentir un poco pequeña. Ahora que mi mente había regresado a la normalidad, el temor también había regresado a mi cuerpo. Tanya olfateó el miedo, al igual que Kily, que se acercaba, acechando a su futura presa.Me puse de pie, volviendo a repetir las mismas palabras.—Tengo la memoria de mi
Así sería entonces esta pelea, yo contra él y nadie que pudiera ayudarme. Lo deduje cuando desapareció, apenas los lobos ingresaron para ayudarme. Por mucho que olfatearon, el rastro de Zem no existía. Porque sus poderes eran diferentes, el estaba conectado conmigo porque yo tenía poderes gracias a él. Era una triste relación que no quería aceptar.—¿Qué ha pasado? —preguntó Kily, mirando los fragmentos de espejo roto en el piso.Brillaban, parpadeantes. Pero la imagen de Zem ya no estaba. No podría volver a ver un espejo si no quería que me espiara. Los escondería a todos, los rompería si era necesario. Pero no me iba a espiar nunca más.—Ha estado aquí. —confesé, a pesar de que había pensado en ocultarlo. —Zem me ha hablado en el espejo. Somos vampiros, podemos comunicarnos de ese modo.—¿Qué dices? —Kily examinó los fragmentos de espejo. —No es posible, odio a los vampiros. —dijo con desprecio.No me dolió, no me identificaba con Zem. Mark me estrechó contra su pecho para protegerm
Al fundirnos el uno con el otro, me sentí completa nuevamente. Mark era todo lo que yo amaba, todo lo que yo necesitaba. Su calor me hacía sentir viva al igual que su fuerza. Era un lobo despiadado, el Rey de todos los Alfas. Era el hombre más cruel y más leal que había visto en mi vida. Jamás pensé que un día, luego de conocernos en la escuela, terminaríamos juntos, esperando un bebé, el fruto de nuestro amor.Me quedé dormida plácidamente, entre sus brazos, recuperando mi paz. El me protegería siempre, a mí y a mi bebé. Pronto seríamos una hermosa familia. Incluso los lobos ahora me respetaban y cuidarían siempre a mi hijo.Desperté con Mark a mi lado, el me había traído el desayuno a la cama. Se recostó a mi lado, besando mis labios con dulzura y suavidad.—¿Qué tal has dormido, mi Luna? —preguntó, con los ojos brillantes.Amaba verlo así de relajado, entraba a un estado de climax cuando estábamos juntos y dejaba de lado su ferocidad. Lo amaba, tanto que quería pasar el resto de mi
El destino de mi vida, la de mi hijo y la del vampiro más poderoso de todos los tiempos estaba entrelazado. Me quedé muda ante sus palabras, la bruja había aclarado mi situación, pero yo ahora no sabía cómo continuar.—¿Qué es lo que puedo hacer? —pregunté, temblando.En este momento, lo que más me preocupaba era la vida de mi hijo. Ni siquiera mi propia vida me importaba tanto. Yo tenía mi parte humana, que ansiaba encontrar una explicación científica a todo este asunto, pero no encontraba tampoco respuestas.—No puedo saberlo con precisión. No soy una bruja experta… —empezó a decir la anciana. —Mi vida solo ha transcurrido en esa cabaña del bosque, no he vivido afuera como para saber cosas tan precisas. Deberás buscar a alguien más que te ayude.—Pero no lo comprendo. ¿Quién puede hacer algo por mí? —comencé a sentir nauseas nuevamente.La bruja se quedó en silencio por unos minutos, tratando de pensar y aclarar sus ideas. Para mí, ella era una mujer muy sabia, pero comprendía que n
—No creo que sea un lugar demasiado agradable. —dije, al tiempo en que trataba de sujetar la mano de Mark. El estaba apretando el puño.El comienzo de la ciudad era bastante complicado. Entramos por una de las avenidas principales en automóvil. El sitio era ostentoso, con muchos casinos y salones de fiestas. Era un lugar iluminado, pero la gente era completamente desvergonzada. Con Mark, habíamos acordado que no llamaríamos la atención. Pero un muchacho me había dicho que era la chica más hermosa que había visto y eso enfureció a Mark. Pero traté de hacer que se calmara.—Tranquilo, recuerda lo que pactamos, perfil bajo. —le dije, sonriendo y besando su mejilla.Íbamos de la mano, recorriendo la calle principal, acercándonos al centro donde todos los negocios estaban abriendo. El casino principal tenía una imagen de mar, con una decoración con la temática acuática, con estrellas, ostras y todas esas cosas. Supuse que debíamos comenzar a buscar allí.—Lo mataré si llega a decir otra co
Desenfreno, esa era la palabra indicaba para lo que estaba ocurriendo entre Mark y yo. Me sentía en llamas, el calor era incalculable, mi instinto pura pasión.—Te odio, te haré sufrir mucho. —dijo él, mordiendo mi cuello, haciendo que gimiera.Me penetró con firmeza, provocando que me corriera en unos pocos minutos. Su virilidad era tan prominente que no podía aguantar tanto tiempo. Solté otro gemido. La música a nuestro alrededor continuaba, las luces incandescentes brillaban por la oscuridad.—Hazlo entonces, no te diré que pares. —contesté, sonriendo, disfrutando de su virilidad dentro de mí.Una y otra vez, el golpe de mis manos contra la pared, era la música más intensa de todos los tiempos. Mi climax parecía eterno, mi corazón latía rápido.—Suplicarás piedad, Pálida. —gruñó a mi oído, mientras jalaba mi cabello para acomodarme.A nuestro alrededor, todo el mundo parecía hipnotizado. En nuestro rincón, oscuro y profundo, nadie parecía notar que estábamos haciendo el amor como n
—Sara, Sara… Maldición. ¡Quédate conmigo! —gritó Mark, podía escucharlo entre los zumbidos de mi cabeza.Las voces, joder, como me confundían. No lograba saber si estaba en un sueño o me había desmayado. Pero los fragmentos de realidad que podía ver, eran borrosos, Mark me llevaba en sus brazos de vuelta a la mansión.El camino era largo y aún así, pareció como si fuera sumamente corto. Porque yo dormía, perdía la consciencia por horas. Me daba cuenta de ello porque Mark me zamarreaba desesperado, pensando que estaba muerta.—Quédate conmigo, Sara. Luna, estás aquí, estás viva… —empezaba a decir mientras besaba mi frente.Corría con la mayor de sus velocidades, necesitaba llevarme a la mansión antes de que el veneno acelerara su objetivo. La mujer, no conseguía quitarla de mi cabeza. En mis pesadillas, la veía matándome a mi y a mi hijo, apuñalaba mi corazón y luego, asesinaba a Mark con una daga de plata. Era tan horrible que luchaba por borrar esos recuerdos. No lograba dejar de ten