SaraNo me había sentido así jamás en toda mi vida. Sentirme atada de pies y manos, poder ver que mi mundo colapsaría si a el le sucedía algo. Mi pequeño, haría cualquier cosa para protegerlo.Cuando volví a sostenerlo en brazos, sentí que la vida retornó a mi cuerpo. Sentir que podía protegerlo entre mis brazos.Aunque la magia se había esfumado de mi cuerpo.Los fragmentos de imágenes podían estar en mi mente, pero yo decidía rechazarlos. No necesitaba un recordatorio de todo lo que había sucedido.“Lo mejor para nosotros tres”Era lo que me decía, ante la decisión que había tenido que tomar. Tenía la poción en mis manos, la que correspondía para Mark, para el resto de mi manada, para mí y para mi pequeño.UN REINICIO.Repetí las palabras como eco. Un miedo que me generaba temblor en cada parte de mi cuerpo.—Podremos empezar de nuevo, Hawk. —murmuré, con los ojos llenos de lágrimas.Zem nos había dejado aquí para que pudiera hallar a Mark cuando el avanzara por este sendero.Me par
ZemValoraba la valentía, al menos en este preciso momento. Antes quizás me hubiera parecido una completa falta de buen juicio. Pero ahora, supongo que… Me estaba volviendo bastante sentimental a pesar de ser un hibrido sin casi humanidad.Sara no era así. Era más humana, aunque solo fuera porque fue criada como humana y nada más.Julius estaba enfrentándose a mí a pesar de tener absolutamente todas las de perder.Antes me hubiera parecido un acto de lo más patético. Hice una mueca burlona.Ahora lo atacaría con todas mis fuerzas y el muy infeliz sería borrado para siempre de la faz de esta tierra.Tierra de pálidos, lobos y demás criaturas que no tenían un origen preciso. Este mundo era ciertamente curioso y estaba dispuesto a recorrerlo enteramente para dominar el conocimiento extenso y total.Nadie lo extrañaría, me dije a mi mismo. El infeliz de Julius era un vampiro sádico que no tenía amor ni familia, era una escoria que solo mandaba y estaba al frente por el poder que tenía. Un
SaraMe levanté de mi cama con bastante sueño, mi pequeño hijo seguía durmiendo en un colchón en el suelo y Mark no estaba. Eso significaba debían ser aproximadamente las diez de la mañana y mi querido esposo ya se habría marchado al trabajo.Froté mis ojos para desperezarme y estiré mis brazos hacia arriba. Me sentía bastante cansada porque Hawk tuvo pesadillas toda la noche. Soltaba gritos y me hacía ir corriendo a su cuarto. Tanto, que tuve que traer el colchón al lado de nuestra cama para que pudiera conciliar el sueño.—Ahora duermes profundamente. —dije, sonriendo, mirándolo. —Pero como me has hecho asustar toda la noche.Desde hace un año, las pesadillas eran más frecuentes. No comprendía como un niño podía tener tanto miedo. Hawk había cumplido los cinco años y no era comprensible porque tenía tanto miedo si ni siquiera veía películas o leía cosas que contuvieran alguna pizca de terror.Se aferraba a mí y no quería dormir solo. Si yo no me levantaba, buscaba a su padre. Siempr
NarradorEl ascenso de Julius y Carol al poder fue algo gradual. Ambos eran vampiros que gozaban de una plena inteligencia. Ninguno dejó al azar nada, ni un solo detalle. El nuevo gobierno sería silencioso y se iría parasitando hasta que los humanos dejaran de dominar absolutamente todo. Las bestias, los cambia formas, fueron expulsados a las afueras del bosque. Una aniquilación de los clanes inferiores con menor rango de poder hizo que los demás huyeran para salvaguardarse.El plan siempre fue que todos escogieran a Julius y a Carol como una salvación a los conflictos que azotaban al mundo.Los humanos no poseían un cerebro tan difícil de manipular como el de un pálido. Para Carol, que absorbió muchas de las habilidades y el gran poder de los híbridos, fue sencillo implantarles la idea de que un reinado de dos personas era mejor que el desastre que tenían. Manipularlos fue sencillo con todo ese poder corriendo por sus venas.—Es algo maravilloso. ¿No lo crees? Mi amor, hemos logrado
SaraComo de costumbre, busqué tener un poco más organizada mi agenda semanal para que no se me juntaran en exceso todas las tareas de mi rutina. Hawk estuvo demandante, demasiado, seguía teniendo las mismas pesadillas. Mark trataba de hacerse cargo él, pero estos últimos días, solo dormía con nosotros y era lo único que hacía que se le calmara el temor. Lobos, lobos y más lobos. Estaba segura de que habría visto alguna clase de película o leído algo sobre eso que le dio miedo. Porque era imposible albergar toda esa cantidad de temor.—Buenos días mi amor. —saludó mi esposo, besando mi mejilla. —¿El demonio sigue durmiendo?—Sí, sabes que parece que solo quiere dormir de día. —puse los ojos en blanco. Mi hijo parecía tener miedo e insomnio por las noches, de día si lograba dormir profundamente.En la cama todavía, los dos nos fundimos en un abrazo cálido. Sentí su tacto sobre mi piel. Una suavidad lenta, agradable. Siempre nos quedábamos un rato en la cama antes de salir a nuestras co
—Agradezco que hayas aceptado mi propuesta de trabajo. —empecé a decir, en toda mi vida jamás me había sentido tan en alerta con otra persona.Era una sensación diferente, como si esta persona ocultara algo o no tuviera perfectamente buenas intenciones. Comencé a pensar que quizás Mark tenía razón, no tendría que haber venido sola aquí. Activé en mi celular la opción de rastreo de manera disimulada.Ella asintió con la cabeza. Lo cual me pareció todavía más raro. Pensé que me agradecería a mí la oportunidad de trabajar en una empresa tan respetada e importante. No parecía muy agradecida por el empleo.El sobre estaba sobre la mesa. Lo abrí para husmear un poco antes de que ella comenzara a dar su explicación a los diseños. O al menos eso pensé que haría. Silencio, un silencio de ultratumba.—Lo siento. No sé si me explico, es que… Esto no es lo que pensé. —me armé de valor para hablarle.—¿No le gustan? —preguntó ella, mirando mi reacción con los ojos tan abiertos que me perturbó un p
La sala de espera del sanatorio médico era amplia, el lugar me hizo sentir un poco más a salvo. Mark dejó a Hawk en el jardín recreativo y me acompañó en todo momento para que no me sucediera nada.—Me preocupa. ¿No hay nada que no estés diciéndome? —Mark me abrazó.No le conté nada de lo sucedido con los ojos de la mujer. En realidad, me asustaba mucho que me creyeran loca o algo así. Mark y yo éramos bastante escépticos en ese sentido. Era lo mejor para Hawk, caer un mundo de fantasías y tonterías le hacía mal a la mente.—Es que esa mujer me estresó. Suficiente, es lo que tengo para decir. —solté un suspiro de resignación. —Sus trabajos estaban muy feos y al no querer contratarla la situación se hizo pesada.—¿No te hizo daño? —su mirada, Dios, era tan penetrante que parecía leerme por completo.—No, claro que no. Era solo una mujer perturbada. —miré hacia el suelo, sin querer recordar nada.El médico me revisaría pronto. Me llamaron por mi nombre y fui directo hacia la guardia, do
NarradorEl tiempo parecía transcurrir volando. La vida de un pálido siempre había sido notablemente más larga que la de un ser humano normal. No obstante, para Carol, que había regresado incluso del mundo de los muertos, la vida era algo más inexacta todavía. Le parecía que cada día era más apresurado y deseaba extenderlo lo que más se pudiera.Se relajó. Bebió una taza de te caliente, recostada en el sofá mientras escuchaba sus canciones de jazz favoritas.Su esposo iría en una de las misiones de rutina que tanto le gustaban. Ese grupo de pálidos parecía más un grupo de amigos. La cacería se extendía por un bosque bastante extenso. Julius tenía pistas que los acercaban a la morada de unas viejas brujas que se escapaban de la justicia de los reyes.Para Carol, la humanidad era ciertamente fascinante. No solo por el hecho de que había logrado manipularlos a todos con facilidad para que aceptaran el gran reinado. No, era la capacidad de hacer las cosas hermosas. Le gustaba apreciar el