La alarma suena, me remuevo incómoda, estoy agotada estudié mucho en estos últimos dos días para el examen final. Con pesadez abro los ojos y me levanto, camino y me detengo frente al espejo, me quedo viéndome

—de veras que estoy horrible— hoy me siento más sensible de lo normal, me doy un poco la vuelta y veo las estrías oscuras en mi piel y arrugo la frente, no me gustaba. Tomo una ducha y me visto, tocan la puerta y abro

—vine cómo acordamos ayer para ayudarla con su peinado— le sonrió a la muchacha del servicio

—no quería molestarte con esto, se que tienes tus quehaceres, pero estoy muy pesada y todo me agotada y el cabello ha crecido bastante—

—no se preocupe es un gusto para mí ayudarla— ella sonríe y empezamos de una vez. Mi cabello baja un poco más de mi cintura ha crecido mucho durante el embarazo al igual que mis uñas. Mientras me peinaba sentía como mis ojos se cerraban poco a poco y volvía en sí cuando sentía mi cabeza apunto de caer hacia atrás.

—Dios mío estoy tan cans