La máquina que mide los latidos de su corazón empieza a hacer un sonido indicando que algo no estaba bien, veo las líneas que antes eran curvas y ahora se vuelven rectas y se que significa eso, no puedo levantarme me siento muy mal y lo único que me queda es gritar y la puerta es abierta por Jack en fracciones de segundos.

—¡LLAMA A UNA DOCTORA, CORRE!— los doctores entran y yo lloro a más no poder sosteniendo su mano pidiéndole a Dios que no me lo quite.

—por favor, no me dejes sola, por favor— sintiendo como mi cabeza da vueltas con todas mis fuerzas me mantengo firme

—DIOS, POR FAVOR— grito apretando los dientes desesperada.

—señora, debe salir ahora— inyectan una medicina en su suero y una enferma me ayuda a levantarme y me lleva con Jack, observo a través del cristal de la puerta y ellos tratan de reanimarlo varias veces su pecho se levanta cada vez que lo hacen y golpeo la puerta desesperada viendo que aún las líneas siguen iguales rectas, Jack trata de detenerme

—¡NOOOOOOO! Po