—Es aquí —responde George a mi mirada curiosa. El viaje ha durado tanto tiempo que mi espalda se siente destrozada y ni hablar de mis piernas destrozadas.
Voy y vengo de un lado a otro, no estoy nerviosa, solo quiero estirar un poco el cuerpo después de todo. Es una pequeña casa en la playa, es muy bonita y pintoresca, es una casa de las que ves en las revistas de viajes y después de eso vives en un constante sueño deseando poder estar en ese lugar descansando o haciendo cualquier cosa en ella.
—¿Qué te parece?— el pobre de George se nota nervioso y no lo entiendo, él no necesita ningún tipo de aprobación por parte mía.
—Es una casa muy linda, ¿ya podemos entrar?— mi comentario lo alivia visiblemente, porque empieza a respirar de nuevo.— Me pregunto si es igual de bella por dentro que por fuera— susurro más para m&iacut
—Alto— George sostiene la botella impidiendo que me concurso interno de terminarla en menos de cinco minutos sea interrumpido. —Sé que esto es nada para ti, pero hazlo despacio, disfruta cada trago.—Tienes razón— dejo la botella en sus manos y recuerdo en que parte de la historia me había quedado.— El bar era inmenso para una casa de ese tamaño, tenía una caja de Jack Daniels la cual yo sola me terminé, uno tras otro, disfrutándolo y sin darme cuenta de aquello yo ya estaba perdida y mareada.—¿No se supone que ibas con una amiga?—Sí, con mi amiga del momento, Aranza. Ella me dejó por irse con mi hermano. Me dejó sola en una fiesta donde estaban personajes muy relevantes para mí, Andrew y su prima, por eso es que me ahogue en alcohol.—¿Con latas de Jack Daniels? ¿Cuánto te llevó
—Ya no llores, Elizabeth —no es una orden, suena más como una súplica por parte del Vampiro más considerado del mundo. A pesar de que lo escucho, me doy cuenta de que el llanto es incontrolable. No puedo dejar de llorar porque me he reprimido y he intentado hacerme la fuerte, cuando yo sé que estoy muy mal. Si no, no hubiera huido y buscando al primer hombre que sabía que me ayudaría porque sé que le gusto. —¿Puedes dejarme sola un momento, George? Estaré bien, pero por favor, déjame sola —le pido con dificultad por el llanto.— ¿Si? —Sabes el camino, regresa a casa cuando creas que es necesario. Estaré ahí, —señala la casa blanca— esperándote, tarda todo el tiempo que quieras, yo estaré ahí. Siempre. —Lo que dice hace que el corazón se me ablandó el corazón, ¿por qué he imaginado a Daniel diciéndome esas palabras? ¿Por qué debe de estar en mi mente? Es insoportable. Tengo unas inmensas ganas de escuchar su voz. Me muero por escuchar su voz
Reviso mi atuendo del día de hoy. George quiere que vayamos a un antro de la ciudad que también está cerca de la playa, él asegura que ha ido y que a pesar de que a él no le gusta ese ambiente, lo ha llegado a disfrutar. Por eso, le dije que sí como las otras siete veces que me ha propuesto hacer algo antes. No todos los días salimos, pero durante estas tres semanas juntos nos hemos divertido al máximo. Días y noches de playa, tardes en una cafetería y mañanas juntos preparándonos el desayuno, ahora sé cocinar un poco más de platillos y todo gracias a él. La falda negra que he decidido ponerme acentúa ligeramente mis curvas. No es tan pequeña, pero por alguna extraña razón, se me levanta más de atrás que de adelante... creo que mejor no la usaré. Es que carajo, se me ve tan bien que no quiero quitármela, pero mis ganas de estar cubierta sin que nadie pueda verme es más grande. ¿Por qué tendría que estar cubierta? Número uno, estamos en una zona de playas
Con los dos tragos en las manos, camino hacia cualquier otro lugar que no sea la zona de la barra. Ese encuentro extraño me dejó aturdida, ¿qué fue eso? Hemos frecuentado el lugar varias veces, podría decir que más de lo que puedo contar y en todas esas ocasiones no he visto al chico del trapo amarrado en la cabeza. Pero en cambio, él asegura que me ha visto antes y eso no puede ser si yo no he visto, en fin. El hombre quizás solo quería hacer amable y no estaba coqueteando conmigo, no todo acercamiento con un hombre significa eso, así que dejaré de hacerme falsas ilusiones porque si lo hago, todo saldrá mal. —¿A dónde ibas? Pareces una loca despistada y con la mirada perdida.— George habla cerca de mi oreja para que pueda escucharlo por encima de la música estruendosa y las voces. Tiene su mano en mi cintura, cosa que en las tres semanas no había hecho. ¿A caso se ha dado cuenta de que ese hombre de la barra me habló? Me muevo incómoda debajo de su mano e inme
Puedo mejor cuando no está detrás de esa barra, puedo admirar mejor su cuerpo. Es alto, un poco más alto que George, pienso que quizás mida 1.85 un poco más o un poco menos. Tiene una camiseta negra y unos pantalones de vestir del mismo color que le lucen tan bien que da envidia. Es de piel blanca, pero el bronceado constante le da un aire apiñonado delicioso. Su cabello es que toma protagonismo en este caso. —Hola, amigo— responde George con un poco de sequedad, puedo ver como le incomoda que Darian tenga los ojos puestos en mí en lugar de él. ¿Son celos los que percibo por parte del Vampiro? Espero que no lo sean, es lo que menos quiero por ahora, problemas de ese tipo no caben en mi nueva vida. George pasa una mano sobre la mía, el gesto me sorprende y hace que por inercia, yo retire la mano. Darian mira la escena a detalle, observa mi rostro y sonríe al ver que lo que ha hecho el Vampiro no me ha gustado. Y no, no me ha gustado, es mi amigo, ni debería de i
El corazón me late con fuerza, siento que en cualquier momento se saldrá de mi pecho por la fuerza en la que late desbocado. Las piernas tampoco me tiemblan y no puedo dar ni un solo paso.—Eli, vamos. Rápido. —Sus palabras son claras y las entiendo, pero no logro hacer que mi cuerpo responda, no puedo.— Dame la mano.— Siento la presencia de su piel contra la mía, toma mi mano y me jala hacia la casa de Daniel.La casa se ve impetuosa, grande y vacía. Las ventanas están cerradas y el pasto ha crecido al rededor de ella, está descuidada y eso me causa un sentimiento de tristeza. Esta casa es el reflejo de lo que siento o de lo que mi corazón siente y ahora me puedo dar cuenta, estot destruida, pero mis vacaciones hicieron que por un momento me sintiera otra. ¿También será el reflejo de Daniel? Espero que sí, espero que esté sufriendo más
¿Cómo debería de sentirme al escuchar sus palabras mal intencionadas? Así es como una total fracasada, todo mi esfuerzo y mis intentos por proteger a mi, ahora, mejor amigo del hombre al cual se supone que amaba, pero que no conozco, ha fracasado. Todo se ha ido por el retrete en cuestión de segundos. Pensé que había logrado llevar un perfil bajo, donde principalmente Daniel no supiera sobre mi paradero y sobre la nueva amistad que he forjado con el primo de su mejor amiga, pero al parecer Daniel es un todopoderoso. Pero no creo que sepa quien es George para mí, ha puesto a que solo sabe que he estado todas estas semanas con él. Pero aún y con eso, ¿qué otras cosas sabe? ¿Sabe en qué lugar he estado? ¿A qué deidad debo de rezarle para que eso no pase? Por favor, no puedo desear otra cosa más que eso, que él no sepa sobre mi nueva casa, mi nuevo hogar, porque he pensado en quedarme ahí para siempre.—¿Te ha comido la lengua el gato? Supongo que es verdad, puedo ver el miedo en
Hubiera preferido que mi regreso a la hermosa casa que me ha acogido por semanas, fuera un poco más feliz, pero en su lugar he llorado todo el trayecto. En ocasiones, tuve que detenerme a la orilla de la carretera y esperar a que las convulsiones post llanto disminuyeran o se fueran, pero cada vez que se iban, un llanto arrasador me invadía y me veía obligada a parar. No hay otra cosa peor que viajar estando triste y totalmente destruida por el hombre que aún amas. Espero que esto no se vuelva a repetir, esta sensación de humillación y despojo no la quiero sentir otra vez en mi vida.Abro la puerta de la casa esperando una silueta que me pudiera abrazar y consolar por todo lo que he pasado en tan solo un día. Pero en vez de eso, me encuentro con una estancia en silencio y a oscuras. Encuentro el interruptor de la luz con mi mano y enciendo la luz, me topo con un florero lleno de flores y una nota a su costado. El corazón que tengo en el pecho se vuelve loco por los nervios, ne