La puerta de mi habitación se abre, no alzo la mirada para ver de quien se trata, solamente puede ser una persona y ese es Steven. Mantengo la mirada en la ventana, no voy a dejar que su presencia perturbe la poca paz que tengo, aunque sinceramente me alegra saber que está aquí a punto de molestarme, pero no intentando molestar a Elizabeth. Aunque sé que Natasha la cuidaría muy bien de nuestro primo idiota.—Cuando lo escuché me quedé muy soprendido...— escucho que cierra la puerta— la cierro porque no vaya a ser que tu chica —la forma en la que lo dice me hace enojar un poco— nos escuche. —¿Qué necesitas, Steven?— Steven toma el papel de Alex cuando él no está, es como la relación de Anthony y Alex antiguamente. —Sinceramente no estoy de muy buen humor para soportar tus niñerías.— Estoy enojado conmigo mismo por lo que estuve a punto de hacer con el cuerpo de Elizabeth, quería marcarla, lo deseaba y ni siquiera ella es mía, no es mi mate y nunca lo será. —¿Hay algún día en el que n
Natasha y Elizabeth regresan del bosque emocionadas, no sé que diablos hicieron, pero ahora no me preocupo, no cuando ya sé que es lo que pasaba con Steven. Sin embargo la cena está a punto de comenzar, lo cual me genera demasiada ansiedad, no voy a poder controlar a todos los que estén en la mesa, podrán hacer comentarios impertinentes y no podré impedirlo. —Daniel, te entrego a tu chica, sana y salva —bromea Natasha, le dedico una media sonrisa a mi pequeña hermana bromista, no me interesa que bromee, estoy de mal humor como para soportarla.—Hola— Elizabeth me soprende poniéndose de puntillas para darme un beso en la mejilla, mentiría si dijera que ese gesto no me causó demasiada ternura. —¿Cómo estás?— al fin puedo sonreír d verdad y no por amabilidad y educación. —Mejor, las cosas siempre van bien cuando estás cerca de mí —digo con sinceridad y a pesar de que tengo ganas de darle un abrazo, mantengo mis manos dentro de mis bolsillos. No quiero abrazarla y no porque no me nazca,
La cena ha sido un fastidio, ojalá hubiera podido evitar que trataran de intimidar a Elizabeth, pero ella se defendió con una gran astucia. Realmente me siento orgulloso de ella, no dejó que la familia Clark y acompañantes la sometieran, ella decidió ser amable, pero no permitió que la humillaran. Es una chica admirable, me gusta eso de ella. —¿Cómo vas con las clases de piano?— le pregunta Ben a Jonathan, Ben es un aficionado de la música y los instrumentos. Es verdad que mis padres nos hicieron aprender a tocar varios instrumentos como requisito para ser un verdadero Clark, pero Ben fue el que desarrolló la música a mayor escala. Vive por la música y quizas en algún punto deba de ir a la universidad a estudiar algo realcionado con ello. Eso haría muy feliz a mi familia, en especial a mi padre, porque él fue quien nos inculcó la música. —Demasiado sosas para mi estilo, yo quiero no sé, quizás la batería —Ben asiente —¿podrías darme clase, Ben? —Me gustaría, pero me temo que no te
Esto es... extraño, una desconocida en las profundidades de mi habitación. No es como antes, no es como cuando recién había salido del instituto. Ya no hay papeles con garabatos en el suelo, ni tampoco hay dibujos en las paredes que eran hechos por mí, tampoco estan mis intentos de dibujos colgados por ahí. Ni mis primeros planos que hice antes de entrar a la universidad, esta había ha cambiado y mucho y aún así, me asusta que alguien como Elizabeth entre en ella. Y sé que eso sucede porque ya no solo estará el recuerdo de Emma aquí, escuchandome cantar para ella. Ella conoció 2este lugar cuando era mi auténtico lugar, incluso conoció la casita en el bosque donde solía drogarme y dormir cuando simplemente quería estar solo. Entonces, el hecho de que Elizabeth entre a esta habitación significa que Emma ya no será en la única en la que piense, sino que ahora también estará ella en mi mente. Elizabeth formará parte de otros nuevos recuerdos que borrarán los viejos. Y no, no quiero borra
Elizabeth se mueve de bajo de mí, no sé como es que llegué aquí, pero estoy abrazado a ella, poniendo mi mejilla muy cerca de ella. Ella respira suave y tenue, pero sus pestañas me hacen cosquillas, ella está despierta lo sé. —¿Qué tanto me miras?— Digo sin abrir los ojos, simplemente esperando a que ella me conteste. —Lo bien que te ves.— Me responde, pero se mueve casi liberándose de mi abrazo, pero no la dejo alejarse ni levantarse, estoy cómodo aquí. Quiero quedarme aquí, pero ella está incomoda, al menos lo siento así. Ella no está cómoda aquí, ¿hay algo malo?—¿Qué pasa?— paso mi mano por su brazo con la intención de acariciar su piel, es suave.—Nada— su voz y su respuesta no dice eso, dice que pasa todo, sin embargo no estoy de humor para atender sus posibles berrinches, ni tengo ganas de estar sobre ella intentando resolver algo que no me comunica. —Me voy a dar un baño, ¿vienes?— me siento en la cama listo para dejarla sola, no hay nada aquí que hable de mi pasado, no hay
Enredo una toalla en mi cintura y con otra toalla me encargo de secarme el cabello. No he podido dejar de pensar en lo que ha dicho Harry, él dice que mi trabajo está hecho, que ya debo de dejar a Elizabeth porque el idiota de Andrew Williams ha decicido que ahora si quiere estar con ella. Y sí, ese es el trato, eso fue lo que me prometí y le prometí a todos, pero hay algo que ahora no me deja soltar con facilidad a Elizabeth. ¿Y si Andrew solo quiere estar con ella comi símbolo de egocentrismo? Puede que él se haya dado cuenta de que Elizabeth es bastante buena y tenerla solo aumentaria su ego y justo después de eso puede volver a abandonarla y a jugar con ella. —Ese ya no es tú problema, Daniel, tú solo estás ayudándola a que deje de ser la burla de todos. Ahora que Andrew quiere redimirse, no es nada malo querer hacerlo, así que debes de aceptar la decisión de Elizabeth. Si ella así lo quiere pues que así sea— digo mirándome en el espejo, debo de convencerme de esto, esto es lo c
Llego a la casa de Anthony, está muy bien vigilada poe todos los hombres que he designado para la vigilancia y la guardia. Todoa son hombres muy bien preparados para su trabajo, están listos e instruidos para cualquier altercado. Ellos saben como reaccionar a un asalto o a algún ataque de cualquier tipo, policial, humano o de lobos, sea lo que sea ellos están preparados. A todos los saludo con la mano cuando paso junto de ellos con la camioneta, a pesar de ser tan joven y ser ellos seguidores de Anthony, me he ganado su respeto. Todos aquí me quieren y yo a ellos, llego la estacionamiento y aparco. La figura de Zack me recibe, me mira atento, espero que deje de mirarme, porque hoy no me encuentro muy feliz y de buen humor para que mi mejor amigo sea mi mejor amigo. —Hola, hermano— saluda ingenuamente, sé que él no tiene la culpa, pero lo que pasó hoy con mi madre me ha afectado los nervios. Siento ganas de desquitar mi odio, mi enojo y mi impotencia con alguien, pero no lo haré con Z
¿Alguna vez Elizabeth me rogara como ella? No lo creo, ella es bastante inocente y virgen y realmente no estoy interesado en darle clases a una inexperta como ella. Tampoco estoy dispuesto a quitarle algo que por supuesto no me corresponde a menos de que ella lo decida, su primera vez, de forma idónea debería de ser con su mate, no conmigo. Pero tampoco me importaría ayudarle un poco a Andrew, estoy seguro de que me lo agradecería después. Sim embargo, hoy solo estoy dispuesto a imaginarme que a quien estoy a punto de introducirle mi pene ed a Elizabeth y no a la química que trabaja para mí. Ella es una experta y parece una gatita en celo cuando esta cerca de mí, me gusta su experiencia, pero no me gusta ella, así que solo me queda imaginarme escenas y personas. —D— dice mi nombre en una suplica, abro sus piernas y hago justo lo que hace un momento suplicaba entre gemidos, con mi fuerza, con la fuerza que ella no entiende porque es humana, rompo su pantalón. Ni siquiera se asusta, cr