Natasha miró la casa de la familia Collins y el corazón se le hizo pequeño dentro del pecho. Ahí estaba Emma sana y a salvo.
—¡Mamá! —Emma salió como un rayo al ver a su madre desde el ventanal. La niña la había estado esperando desde que su padre le dijera que estaba de camino a Long Island.
—¡Mi princesa! —Natasha abrió los brazos para recibir a su hija y sostenerla fuerte contra su pecho. Su pequeña era su vida y la preocupación e incertidumbre de tener a Richard detrás de ella le robaba la paz a su corazón.
—Te eché de menos, mi cielo —dijo Emma abrazándose con fuerza al cuerpo de su madre.
—Yo también te eché de menos, mi sol. No sabes lo difícil que ha sido estar lejos de ti —le respondió llenándole el rostro de besos.
—¿Y para m&iac
Las estrellas brillaban imponentes en el firmamento mientras la familia Collins Jones las observaba.—¡Son hermosas! —gritó Emma acercándose un poco a Andrew.Natasha observó las acciones de su hija antes de dedicarle una mirada a Michael. Tenía miedo de que Andrew le hiciera algún tipo de desplante y eso no podría soportarlo.—Ninguna de esas estrellas son hermosas —dijo Andrew, provocando que Michael y Natasha temblaran—. Ninguna porque tú eres lo único hermoso que puedo ver —añadió el hombre sin apartar la mirada de Emma. Ajeno al suspiro de alivio que las otras dos personas cerca exhalaron.—¿Soy hermosa? —le preguntó Emma arrastrando su silla un poco más cerca de Andrew.—Muy hermosa, te pareces mucho a tu padre y me recuerdas a mi esposa —le confesó.Andrew sonrió com
—Ven a la cama Natasha, debes descansar —la voz de Michael le hizo girar en su dirección. Ella esbozó una ligera sonrisa para tranquilizarlo.Pero dentro de su pecho había un manojo de angustia. Tantas cosas se le pasaron por la cabeza y pensar que Andrew estaba a solas con su hija le hizo sentirse temerosa. Él no la quería y Emma podía ser quien pagara los platos rotos en esa historia.—Quiero verlos llegar —dijo con un hilo de voz.Michael se levantó de la cama y caminó en su dirección. Natasha suspiró al sentir los brazos fuertes del hombre rodear su cuerpo y su calor envolverla.—No pasará nada malo cariño, debes confiar en Emma, nuestra pequeña campanita sabrá ganarse el corazón del viejo tritón —le dijo besando la mejilla de la muchacha.—Ese es el problema, Michael, nuestra hija no tiene qu
Michael miró a su abuelo y algo dentro de su corazón le dijo que lo que estaba por venir era algo fuerte y por primera vez no se sintió preparado para enfrentarlo y no lo estaría si no era con Natasha a su lado.—Por favor —pidió Andrew al verlos dudar.—Me haré cargo de Emma, ahora estoy con ustedes —dijo Natasha.Michael asintió, le dio un beso corto en los labios y caminó detrás de su abuelo y la sensación de desasosiego se hizo mucho más fuerte dentro de su pecho.—¿Hice algo malo? —preguntó Emma al ver cómo el ambiente agradable se había tornado tenso de repente.—No mi amor, pero creo que es momento de hacer las paces con el abuelo. Tu padre y yo pondremos todo de nuestra parte para que tú tengas una familia y la tranquilidad de que siempre estarás en buenas manos.—Enton
Michael miró a su abuelo esperando a que le dijera que todo era una broma de muy mal gusto. El nudo formado en su garganta se apretó con fuerza hasta casi dejarlo sin poder respirar. ¿Su amante?... Su padre era… ¡No! No podía ser verdad.—Mientes —susurró en tono ahogado—. ¡Mientes! —gritó. Fue un grito nacido de lo más profundo de su corazón.Un sentimiento que desgarró todo a su paso y rompió el concepto que había tenido de su padre todos estos años.Andrew cerró los ojos y negó con un movimiento de cabeza.—No, no te miento. Esta es la verdad que no quería revelar y la causante de que hiciera tantas cosas para ocultarla. Pero no puedo seguir callando más. No si es lo que se interpone en tu camino a la felicidad. ¿Quieres casarte con Natasha? Hazlo, pero es muy probable que Aiden quiera v
Rebeca lo miró por un largo tiempo en completo silencio. Miró a Emma y sonrió amablemente. Quizá nunca perdonara a Andrew por lo que le había hecho, pero le gustara o no, era el abuelo de Michael y el bisabuelo de Emma y la niña parecía sentir aprecio por él.—Andrew, ¿cómo has estado? —preguntó en tono serio, pero cordial. Rebeca no quería dejar una mala idea en su pequeña nieta.—Bien, ¿y tú? —preguntó devolviéndole el saludo.Andrew sentía vergüenza al ver a Rebeca. Le hizo muchas cosas que no debió, le falló cuando su única misión era cuidar de ella; pero lamentablemente el pasado ya no podía cambiarse.—Bien dentro de lo humanamente posible —respondió apartando la vista del hombre mayor.—Me alegro por ti —dijo Andrew—.
—No sé qué decir, Michael, pareces otro hombre. Un hombre terriblemente peligroso —Ryan estaba más que sorprendido por las acciones de su mejor amigo. Se había pasado media vida viendo como Michael obedecía cada palabra que salía de la boca de Andrew Collins, pero este hombre le hacía sentir orgulloso. —Pues es lo que a partir de ahora mis enemigos van a encontrar, Ryan. Mi familia no se toca y cada uno de los que lo intente tendrá que esconderse —agregó con una mirada dura. —¿Qué hay de Richard? —Él será el siguiente, quiero que lo investigues y que averigües hasta el lado de la cama que duerme, todo de él. Tengo que encontrar su punto flaco y, sobre todo, quiero saber el motivo de su odio —dijo subiéndose al auto para luego internarse en el tráfico de la ciudad. —Lo haré, aunque, lo más probable es que Richard esté escondiéndose, he logrado que abran una investigación en su contra por ayudar a una criminal como Ava Smith, esperemos que la de
«Creo que estoy embarazada»«Estoy embarazada»Michael no pudo dormir esa noche. Su corazón estaba emocionado, tuvo intención de sacar a Natasha de la cama y arrastrarla a la farmacia más cercana, pero no lo hizo. En su lugar se dedicó a dejarle tiernos besos sobre el rostro y hombro de la mujer.Estaba loco por confirmar el embarazo y darle la noticia a su campanita, porque antes que nadie ella debía saber que tendría un hermanito y que pronto serían cuatro.—No te muevas, quiero dormir —se quejó Natasha.La mujer no tenía ni idea de cómo habían terminado en su habitación, lo último que recordaba era haber hecho el amor con Michael en su estudio y sobre el sillón. Los colores se le subieron al rostro al recordar la manera tan ardiente y fogosa con la que se habían entregado.—Duerme, cariñ
Emma pasó los siguientes dos días feliz por la llegada de su hermanito. La pequeña princesa de la casa no podía pensar en otra cosa que no fuera en ese pequeño ser que crecía dentro del vientre de su madre.—Entonces… ¿Cómo llegó mi hermanito dentro de tu pancita, mami? —preguntó Emma de lo más normal.Natasha se puso roja como un tomate y miró en dirección de Michael pidiendo ayuda y el hombre no estaba en mejores condiciones. Debieron tener en cuenta la curiosidad de la pequeña, pero para ese momento ya era tarde.—¿No van a decirme? —preguntó batiendo las pestañas y moviendo los pies que colgaban de la silla.—Te lo diremos cariño, pero ahora mismo no estamos en casa y alguien puede escucharnos —dijo Natasha.—Esperaré a estar en casa o le preguntaré mañ