El salir del hotel luego de su cambio de apariencia resulto bástate sencillo, los amigos de Jessie sí que sabían organizar y realizar bien un escape, tanto que Cedric estaba seguro de que hasta Bruno había tenido algo que ver en ello, más allá de solo prestarle el auto por lo que estaba realmente agradecido, aunque en ese momento solo podía pensar en Nora, el solo pensar que la prefería antes de lo dictado por el doctor lo hacía sentir impotente, molesto con todo lo que le rodeaba, pero la presencia de Jessie junto a él calmaba un poco esa angustia, sabía que si no hubiera sido por ella a su lado y porque había insistido en manejar, ya hubiera tenido un accidente o arrollado a un periodista en su afán por llegar hasta la casa de sus padres, de hecho toda su alma en ese momento se la debía a ella, era impresionante como lo había hecho cambiar en tan poco tiempo.Aun así se sentía culpable e impotente, lo primero por no haber prestado más atención a Nora, por distanciarse tanto, por dej
— ¿Estás bien? —le preguntó cuándo noto que ni siquiera parpadeaba frente a la verja, ella suspiro y sacudió la cabeza.— Yo estoy bien, céntrate en lo importante, —intento parecer calmada pero Cedric aún podía notar la tensión en sus hombros.— Algún día tendrás que contarme porque odias tanto a la gente rica.— No odio a la gente rica.— Claro y yo no soy un mujeriego, fiestero y despilfarrador, —se burló sacando su teléfono celular. —Norberto... Si... Estoy afuera.Informó y enseguida el enrejado se abrio dejándoles paso, Jessie condujo por un amplio sendero que permitía el paso a dos vehículos sin problemas, estaba bordeado de árboles, como uno de eso paisajes japoneses en los que solo se veían los cerezos en flor, al final del sendero diviso una gran fuente con un hermoso león rampante coronándola, el camino se curveaba rodeando la fuente y permitiendo que el auto quedara frente a la enorme puerta de entrada.La casa, si es que podía llamarla así, era enorme, parecía un castillo
Mientras subían la amplia escalera al segundo piso Cedric se sentía cada vez más incómodo al notar como Jessie examinaba todo a su alrededor sin hacer comentario alguno, sorprendiéndose con lo que veía, exclamando de asombro o gruñendo bajo por alguna queja, su antigua casa era enorme, como un castillo pequeño y estaba decorada con tanto lujo, obras de arte, muebles Victorianos que seguramente su madre habría conseguido de una subasta de la casa real de Londres, esculturas de artistas de renombre y un montón de tonterías más que lograrían comprar suficiente comida para un país en desarrollo, poco a poco Cedric iba sintiéndose cada vez más incómodo, le hubiera gustado nunca llevar a Jessie a ese lugar, quizás presentarle a Nora y Norberto en otro lugar, en otras circunstancias, ninguno de los dos dijo nada durante el recorrido y no sabía si eso era algo bueno o no, el solo suspiro y se detuvo ante una de las puertas, a la izquierda de las escaleras, la primera pasando una pequeña salita
¿Qué demonios le estaba pasando? Sentía la cara caliente, no solo las mejillas sino hasta las orejas, el corazón le latía con fuerza y tenía la respiración ligeramente acelerada, no le agradaba eso, en absoluto, no podía estar enamorándose de Cedric, se reprendió alejando esos pensamientos de ella e intentando mantener a raya sus reacciones, al fijarse bien en la habitación sintió una leve punzada de disgusto, incluso la habitación de huéspedes tenía más personalidad que la de Cedric. El dueño de la casa, a diferencia que la de este, esta habitación estaba decorada con colores dorados, blancos y pasteles en una perfecta armonía sin parecer sobrecargada, los muebles eran de madera clara y la enorme cama con dosel tenía sabanas crema con detalles dorados, habían algunas flores frescas en la mesillas y cuadros colgados en las paredes, parecía la habitación de un hotel muy elegante, suspiro sintiendo el agotamiento entumecer poco a poco su cuerpo por lo que arrastro los pies hasta la cama
Durante los tres días que estuvieron en la casa de Cedric, o de sus padres, Jessie se sintió incomoda, pero a la vez amena, era una extraña sensación que habitaba en su cuerpo, unida y separada, y la mantenían muy inquieta la mayoría del tiempo.Deseaba hacer algo pero no la dejaban, no había nada que hacer de igual manera, Cedric había contratado a un grupo de limpieza para que ayudara a Norberto mientras este cuidaba de su esposa, tenían tiempo asistiendo, así se mantenía limpia la enorme casa, por su parte después de la primera noche Cedric no le había vuelto a pedir que durmieran juntos, cosa que la aliviaba, aunque una parte de ella se sentía un poco triste, pero intentaba ignorar esa parte, recordar la mañana que despertaron en la misma cama aún la hacía sentir el rostro arder, no había ocurrido nada pero aun así despertar abrazados, con el rostro tan cerca del otro que podrían haberse besado sin mucha dificultad no había sido de lo más cómodo para ella, la tranquilizaba que al
— ¿Estás bien? —preguntó pasándole su vaso con agua, Jessie asintió tras tomar un poco.— ¿De dónde demonios vino esa pregunta?— Si no quieres hablar de eso no hay problema, —se disculpó alzando las manos para calmarla.— ¿Quién...? —se detuvo y luego empezó a reír a carcajadas. —¿Aún crees que soy lesbiana? —preguntó divertida ante la confusión de Cedric.— Tú dijiste que lo eras, —Jessie volvió a carcajearse.— Cedric, no me gustan las mujeres, —aclaro aún entre risas. —Pensé que lo habías entendido cuando te dije que no me gustaba Shelley.— Lo hiciste sonar a que ELLA no era tu tipo.— Lo siento, mi error, debí ser más clara, —sonrió aún con burla.— ¿Entonces no te gustan las mujeres? —preguntó cauteloso.— Por dios no… —exclamo ella divertida empezando a reír de nuevo pero de pronto Cedric la beso sin previo aviso.Jessie estaba en Shock, su cerebro ralentizado no procesaba aún lo que estaba ocurriendo, pero su reacción duro poco al sentir la lengua de Cedric acariciar su labio
— Deja de meterte en mi vida, Bruno, soy lo suficientemente mayor como para saber en lo que me estoy metiendo, —gruño molesta entrando en su departamento.— Pues te comportas como una adolescente hormonal cuando estas cerca de ese tipo.— No seas ridículo, además, se cuidarme perfectamente bien yo sola, —se quejó haciéndole frente, nadie más se atrevió a meterse en su discusión.— No quiero que salgas lastimada, Jess, eso es todo, ese tipo solo quiere jugar contigo.— Cedric, se llama Cedric, —le corrigió irritada. —Y nadie dijo que lo que tenemos sea algo serio, estoy consciente de que se irá pronto, —afirmó con calma.— ¿Qué te está pasando? Tú no eras así.— Solo quiero algo de emoción en mi vida, Bruno, eso es todo.— Algo saldrá mal en esto, Jess y siento que tú serás la más afectada.— Bruno, se en lo que me estoy metiendo y está bien, se cuáles serán las consecuencias si me involucro más de lo debido y no va a suceder, no saldré lastimada, —afirmó mirándolo con cariño. —Ya soy
Se acercó con cautela y preparándose para cualquier cosa, ya sea salir corriendo o un ataque sorpresa pero se relajó al ver a los chicos reunidos tranquilamente en la sala de estar conversando, por lo que decidió entrar, charlar con sus amigos siempre la des estresaba aunque estaba segura de que al principio le sería más estresante, se detuvo entonces un poco dudosa, quizás no era una buena idea después de todo, decidió darse la vuelta y dirigirse hacia su departamento.— Jess, llegaste, —pero la voz de Laura la detuvo y se dio la vuelta nuevamente para encontrar la puerta totalmente abierta y a su amiga en el umbral.— Sí, pero ya me voy adormir, estoy cansa...— Tonterías, pasa, te tenemos una sorpresa, —sonríe un tanto divertida lo que le da mala espina a Jessie quien entra cautelosa al departamento, llevándose una gran sorpresa.— ¿Cedric? —pregunta al verlo sentado un poco serio frente a Bruno que lo mira con cara de pocos amigos.— Qué bueno que llegas, Jessie. —gruñe el último