— ¿Me llevaras a tu habitación o seguiremos fingiendo educación un poco más? —al escuchar esa pregunta tan cerca de su oído se sobresaltó sorprendido, aún más al encontrarse con esos ojos bicolor tan cerca de su rostro, el aliento de ella rozando ligeramente sus labios, no se había dado cuenta en qué momento se había inclinado hacia ella.— No creo que sea una buena idea, esta es su fiesta, notarían su ausencia, —exclamo intentando parecer un caballero, pero la sonrisa lobuna que dibujo su rostro contradecía sus palabras.— Supongo que entonces me toca buscar a alguien más con quien divertirme, —se lamentó ella empezando a alejarse, pero Cedric la tomo fuertemente de la mano e intento guiarla a la puerta, pero se le hacía realmente difícil el ser discreto en el intento de huida que estaba efectuando, Shelley solo ladeo una sonrisa divertida, se soltó del agarre, lo tomó de la mano y lo guio ella hasta una salida lateral en esa ocasión su escape si fue bastante más discreto.Al entrar
Al abrir los ojos esa mañana se sintió desorientado, no estaba en su habitación y eso le extraño, pero poco a poco al ir siendo más consiente fue recordando la noche anterior, la fiesta, la conversación con los Graham > su línea de pensamientos se cortó cuando recordó a Shelley y la noche que pasaron juntos, se removió un poco notando la cama vacía por lo que se incorporó extrañado.— ¿Shelley? —llamo pensando que quizás estaría en el baño, pero no obtuvo respuesta. —Shelley, —intento de nuevo, pero nada, se levantó y salió de la habitación para buscarla por el resto del lugar, pero lo único que encontró unos minutos después fue una pequeña nota pegada en la puerta de salida."Gracias por lo de anoche"Eso era lo único que decía, simple y sencillamente eso, bufo molesto ¿Así se sentían sus ligues de una noche cuando él se iba? Que mierda, fue a la cocina a preparase un café encontrándose con que Shelley ya lo había preparado
— Te estuve esperando, —se quejó cruzándose de brazos. —¿Qué te ocurre? —preguntó luego frunciendo el ceño con horror al verlo con más detenimiento.— No iré hoy, tengo jaqueca y si tengo suerte mañana amaneceré muerto, —respondió con irritación volviendo dentro y dejando la puerta abierta por si ella quería entrar.— ¿Has tomado tu medicina? —pregunto entrando rápidamente y parándose frente a él, —tomas medicamentos para la jaqueca ¿Cierto?— No lo sé... Jessie se encargaba de eso.— Pues no veo a nadie más aquí… —afirmó mirando a todos lados.— No está.— Eso ya lo noté... ¿En dónde están tus pastillas?— En la habitación supongo.— ¿Supones? ¿Es que acaso eres un niño?— Si vas a regañare puedes volver por donde viniste, no estoy de humor para eso aho… —no pudo terminar la frase porque tropezó con la mesa de centro y estuvo a punto de caer, pero Shelley logro sostenerlo para que recuperara el equilibrio.— Por dios, estas ardiendo–, se alarmo dejándolo en el sofá y buscando su telé
Como Shelley había prometido en pocas horas ya había acordado una reunión con los Graham y estaba de vuelta en su habitación, el dolor de cabeza había desaparecido y el no creía que hubieran sido solo los medicamentos.— Toma otro baño para bajar la fiebr, —le había aconsejado. —La próxima pastilla te toca a las cuatro de la madrugada y luego otra a las ocho de la mañana, pon una alarma y no te las saltes, —le sonrió cálidamente acariciándole la mejilla. —Buenas noches, —le dio un ligero beso en los labios y se fue dejándolo con una extraña sensación de hormigueo en los labios y la mejilla que había acariciado.— Esa noche durmió tranquilo, por primera vez en mucho tiempo pudo descansar sin tomar nada, no tuvo sueños ni pesadillas, pero cuando despertó al día siguiente se sentía relajado, calmado, como si le hubieran quitado algo que le estorbara y ahora fuera más ligero.Se preparó un buen desayuno, como hacía días que no tenía y mientras comía ideo algunas estrategias, intentaría co
Unas horas después, estaban acurrucados en el sofá viendo una película y comiendo palomitas de maíz, Shelley llevaba una camiseta holgada de Cedric mientras este solo tenía unos pantalones de pijama con el pecho desnudo, se habían duchado tras otra ronda en la habitación y otra en el baño, pero no estaban cansados, relajados sí, pero no cansados. — ¿De verdad tienes que irte? —preguntó distraído, sin apartar la mirada del televisor. — ¿Te has enamorado de mí? —se burló ella a cambio. — Quizás, —sonrió besándole la cabeza. —¿Seré correspondido? — Solo si estás dispuesto a ser mi esclavo sexual, —se encogió de hombros divertida. — Creo que moriré muy joven. — Pero morirás feliz, al menos. — ¿Por qué tienes que irte? — Tengo que hacer una gira de re–culturización durante un tiempo, —su tono fue aburrido entonces y para ese momento ya no le prestaba atención a la película. — ¿Una qué? — Una gira de re–culturización, —sonrió, removiéndose un poco para mirarlo a la cara. —Es como c
— Yo también tuve que aprender todas esas cosas, —la corto con un ligero reproche. –No le veo lo fuera de lo común.— Te dije que era bastante normal, tú fuiste quien insistió, —se encogió de hombros frunciendo el ceño. —Además no quería competir contigo.— Ya, está bien disculpa, no debí decir eso, todos tenemos diferentes tipos de traumas y el no poder asistir a la escuela y compartir con otros niños debió de ser muy difícil para ti.— ¿Realmente crees que estoy exagerando?— No, solo pienso que eras una niña, quizás solo te enfocaste en lo malo...— Se hablar en veintitrés idiomas diferentes, —le corto ya más irritada. —Alemán, árabe, búlgaro, catalán, chino, coreano, danés, eslavo, español, francés, gales, griego, hawaiano, inglés, irlandés, italiano, japonés, persa, portugués, ruso, sueco, tailandés y turco, eso sin contar los acentos y las variaciones en ciertos léxicos de países diferentes, —Cedric la miro sorprendido, pero ella sentía que seguía sin creerle aún por lo que le d
Al despertar supo que estaba solo sin siquiera abrir los ojos, no sabía cómo, pero lo supo, abrió los ojos y sonrió cuando noto que algo obstaculizaba su vista, tomo el pequeño papel que tenía pegado en la frente y leyó con esa letra que ya conocía. "Gracias por lo de anoche" Suspiró, el que se fuera le resulto un poco molesto, Shelley de verdad le gustaba pero no iría tras ella, ambos tenían vidas separadas y aunque tenían dinero y empresas que heredar también eran muy distintas, complicadas a su manera, él debía organizar sus ideas primero y lo que realmente sentía, porque si era honesto consigo mismo aún extrañaba a Jessie y no había dejado de pensar en ella, no del todo por lo menos, suspiro pasándose las manos por el cabello ¿Quién diría que esas semanas allí le cambiarían tanto y en varios sentidos? Ahora estaba confundido y no sabía qué hacer, dos chicas llamaban fuertemente su atención de una manera en que nadie nunca lo había hecho, se levantó y vio que era casi medio día,
— Tu departamento es muy agradable, —a firmo centrándose en ella, quien empezaba a pasarle una gasa con yodo por la ceja, un pequeño ardor le indico que tenía un corte allí. — No mientas, —le reprendió concentrada en lo que hacía, Cedric la miro por un momento confundido ¿Se lo habría imaginado? — No lo hago, —afirmó y sus ojos se encontraron en ese momento, entonces Jessie supo que decía la verdad, conocimiento que la hizo sentir incomoda ¿Había empezado a notar cuando mentía y cuando no? — Gracias, —susurró un poco fría. Y gracias también por lo de hace un momento. — ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño? —le preguntó aportándole un mechón de cabello del rostro. — Estoy bien, pero no debiste... Eso fue peligroso y estúpido. — Estabas en peligro ¿Qué querías que hiciera? Que te dejara allí a tu suerte con esos tipos. — Tenía un plan, podía con ellos... — Claro lo demostraste muy bien... — Se defenderme sola, no necesitaba tus ínfulas de héroe, casi te matan. — Lo tenía todo contro