Miradas, susurros y muchas, pero muchas personas no hacina más que observar a Valentinne quien había entrado del brazo de Adrien, todos observaban completamente sorprendidos, Adrien no era alguien conocido por verse con ninguna mujer, de hecho las personas solían llamarlo un total desconsiderado, una bestia, alguien que no podías tener cerca, con su rostro notablemente molesto todo el tiempo y con sus gestos desdeñosos hacia los demás ninguna chica quería acercarse a las pocas fiestas a las que este solía asistir.
Pero entonces ahora estaba allí con una pequeña chica muy hermosa por cierto, pero de igual forma su rostro y sus expresiones, con sus mejillas sonrosadas hacían que todos no hiciera más que pensar que era una niña dulce y tierna, mucho para alguien como Adrien Leroux, mucho para alguien que posiblemente le haría mucho daño, pero aquellos pensamientos salí
El sonido del despertador incesante se escuchaba en toda la habitación, aquel sonido era terrible para la pareja que intentaba a todo costa dormir, tanto era así que incluso Adrien dio un quejido, más al notar que Valentinne estaba dispuesta a alejarse de su agarre, después de que él la hubiese posicionado de manera perfecta entre sus brazos, para él era un delito completo, pero aquel teléfono del demonio no se quedaba callado, parecía estar empecinado en despertarlos, pues cuando por fin Valentinne había logrado apagar su alarma, el teléfono de Adrien había iniciado una interminable muestra de llamadas entrantes y de mensajes de entrada.Era algo terrible, él solo deseaba estar un rato más con su esposa después de aquella noche él solo deseaba tener un poco más de ella en la mañana, demostrarle que no solo era un buen amante en la noche, también lo er
Una risilla se escuchó en el lugar y aquel había salido de los labios de Camille, en aquel instante el hambitante se había puesto tenso, todo se mostraba con una convicción de que a Adrien no le había agradado para nada las palabras de su padre, tanto había sido que había detenido sus pasos y había notado lo tension que se había puesto en Valentinne, tanto así que sus manos se habían puesto heladas y su agarre se había apretado por un momento, pero ella parecía estar incómoda y querer soltarl
Él era aún hombre muy dulce, era tan perfecto que Valentinne no podía evitar que su corazón se acelerara con aquellas palabras y sus sentimientos se intensificaran por aquel hombre tan maravilloso que ella poseía, por lo que sin pensarlo se levantó en puntitas e inicio un beso con aquel que aunque inicio como algo suave y lleno de cariño que seguía intensificando hasta el punto de ser fogoso y lleno de un deseo desenfrenado de aquella pareja de recién casados que estaban locos el uno por el otro.Pero entonces el teléfono de Adrien había sonado alertando un nuevo mensaje, no era nada nuevo, este teléfono no dejaba de sonar desde que ellos habían abierto los ojos, por lo que Adrien al separarse de su esposa con tranquilidad camino con ella de la mano hacia su auto y justamente antes de adentrarse en el asiento del conductor y haber dejado a Valentinne ya asegurada con el cinturón
La pequeña cafetería se mostraba completamente hogareña, era preciosa, Cedrik la había escogido un poco lejos de su hogar, pero de alguna manera la había escogido cerca de la empresa de Adrien, según él había indicado que era por el hecho de que tendría que hacer algunas cosas luego, ella no había pensado mucho en eso, la verdad a ella no le incomodaba, contal si salía a tiempo podría encontrarse con Adrien aunque no sabía si a él le gustaría mucho el hecho de que ella estaba con Cedrik en aquel momento.Tal vez debía omitir aquello, no quería problemas con él en ese momento, no quería que las cosas se dieran a algo más grande, por esa razón lo mejor que podía hacer en ese momento era tener aquella pequeña información guardada, cuando los hermanos por fin iniciaran de manera adecuada, ella podría hablar
El silencio abarcaba por completo el auto, Adrien parecía estar completamente sumido en aquellos papeles que tenía en sus manos, mientras que el conductor como siempre parecía estar demasiado ocupado vigilando que las calles no mostraran diferencias, algo que ella dudaba, más cuando parecía que el hombre parecía tenso y algo le decía que Adrien no mostraba sus verdaderos sentimientos en ese momento, ella lo había visto risueño e incluso parecía estar relajado mientras comía de aquel pastel de chocolate, pero ella no sabía con exactitud cómo podría ese hombre llegar a mostrar lo que en realidad sentía cuando parecía que cada que ella sé acerba y conseguía estar cerca, este levantaba un muro y todo se quedaba
La villa estaba en completo silencio, no había la más mínima muestra de que alguien estuviese alrededor, la verdad es que eso lo sorprendía demasiado, pero entonces observo como Tessa Picard, el ama de llaves, parecía estar esperando en la sala de estar por él, algo que de verdad lo sorprendió, pues aquella mujer desde el día que él había indicado aquellas duras palabras para referirse a su comportamiento esta parecía estar escapando continuamente de él, por lo que espero con paciencia por así decirlo que trataba lo que diría aquella mujer.--Mi señor, me temo en molestarlo, pero me temo que su esposa se ha comportado de la manera más grotesca que jamás me llegue a imaginar... --Adrien levanto una ceja y le hizo una seña a
La mañana era tranquila, Adrien estaba completamente dormido y Valentinne parecía estar a punto de brincar de la cama con urgencia al ver que su teléfono iniciaba con aquel ruido incesante que mostraba que era hora de iniciar con la rutina diaria y que los días de descanso habían acabado, por ello con un gran esfuerzo se levantó de la cama, aun logrando que Adrien liberara su pequeña cintura de sus fornidos brazos, tomo el teléfono para apagarlo.La verdad es que ella no recordaba cuando se había quedado dormida y mucho menos como había llegado a aquel lugar, solo recordaba que se había sentado en el comedor y se preguntaba si su esposo se comería aquel desastre de comida que había hecho, había decidido el día anterior que tomaría clases de cocina en una universidad, que no podía continuar con aquel desastre, por eso en aquellas horas libres que tenía,
Silencio, solo había silencio, aquellos rostros amargos y gestos llenos de desprecio era lo que mostraban aquellos hombres ante ella, no había la más mínima muestra de empatía en aquellos rostros de los hombres que se creían superiores y llenos de poder contra la chica, por eso ellos no habían mencionado ni la más mínima palabra hacia aquella pequeña chica que se encontraba frente a ellos en total silencio, mientras aquellos que se suponía que debían mostrar algún tipo de ayuda o de auxilio hacia su nueva jefa, tal vez aunque fuese tal vez un poco de respeto y con ellos hablarles del estado actual de la empresa.Pero era todo lo contrario, estos se mostraban renuentes a ser colaboradores con ella, de hecho casi todos en el lugar lo hacían, cada empleado del lugar la observaba como una invasora como alguien que no debía estar allí, como alguien que no era más