Él era aún hombre muy dulce, era tan perfecto que Valentinne no podía evitar que su corazón se acelerara con aquellas palabras y sus sentimientos se intensificaran por aquel hombre tan maravilloso que ella poseía, por lo que sin pensarlo se levantó en puntitas e inicio un beso con aquel que aunque inicio como algo suave y lleno de cariño que seguía intensificando hasta el punto de ser fogoso y lleno de un deseo desenfrenado de aquella pareja de recién casados que estaban locos el uno por el otro.
Pero entonces el teléfono de Adrien había sonado alertando un nuevo mensaje, no era nada nuevo, este teléfono no dejaba de sonar desde que ellos habían abierto los ojos, por lo que Adrien al separarse de su esposa con tranquilidad camino con ella de la mano hacia su auto y justamente antes de adentrarse en el asiento del conductor y haber dejado a Valentinne ya asegurada con el cinturón
La pequeña cafetería se mostraba completamente hogareña, era preciosa, Cedrik la había escogido un poco lejos de su hogar, pero de alguna manera la había escogido cerca de la empresa de Adrien, según él había indicado que era por el hecho de que tendría que hacer algunas cosas luego, ella no había pensado mucho en eso, la verdad a ella no le incomodaba, contal si salía a tiempo podría encontrarse con Adrien aunque no sabía si a él le gustaría mucho el hecho de que ella estaba con Cedrik en aquel momento.Tal vez debía omitir aquello, no quería problemas con él en ese momento, no quería que las cosas se dieran a algo más grande, por esa razón lo mejor que podía hacer en ese momento era tener aquella pequeña información guardada, cuando los hermanos por fin iniciaran de manera adecuada, ella podría hablar
El silencio abarcaba por completo el auto, Adrien parecía estar completamente sumido en aquellos papeles que tenía en sus manos, mientras que el conductor como siempre parecía estar demasiado ocupado vigilando que las calles no mostraran diferencias, algo que ella dudaba, más cuando parecía que el hombre parecía tenso y algo le decía que Adrien no mostraba sus verdaderos sentimientos en ese momento, ella lo había visto risueño e incluso parecía estar relajado mientras comía de aquel pastel de chocolate, pero ella no sabía con exactitud cómo podría ese hombre llegar a mostrar lo que en realidad sentía cuando parecía que cada que ella sé acerba y conseguía estar cerca, este levantaba un muro y todo se quedaba
La villa estaba en completo silencio, no había la más mínima muestra de que alguien estuviese alrededor, la verdad es que eso lo sorprendía demasiado, pero entonces observo como Tessa Picard, el ama de llaves, parecía estar esperando en la sala de estar por él, algo que de verdad lo sorprendió, pues aquella mujer desde el día que él había indicado aquellas duras palabras para referirse a su comportamiento esta parecía estar escapando continuamente de él, por lo que espero con paciencia por así decirlo que trataba lo que diría aquella mujer.--Mi señor, me temo en molestarlo, pero me temo que su esposa se ha comportado de la manera más grotesca que jamás me llegue a imaginar... --Adrien levanto una ceja y le hizo una seña a
La mañana era tranquila, Adrien estaba completamente dormido y Valentinne parecía estar a punto de brincar de la cama con urgencia al ver que su teléfono iniciaba con aquel ruido incesante que mostraba que era hora de iniciar con la rutina diaria y que los días de descanso habían acabado, por ello con un gran esfuerzo se levantó de la cama, aun logrando que Adrien liberara su pequeña cintura de sus fornidos brazos, tomo el teléfono para apagarlo.La verdad es que ella no recordaba cuando se había quedado dormida y mucho menos como había llegado a aquel lugar, solo recordaba que se había sentado en el comedor y se preguntaba si su esposo se comería aquel desastre de comida que había hecho, había decidido el día anterior que tomaría clases de cocina en una universidad, que no podía continuar con aquel desastre, por eso en aquellas horas libres que tenía,
Silencio, solo había silencio, aquellos rostros amargos y gestos llenos de desprecio era lo que mostraban aquellos hombres ante ella, no había la más mínima muestra de empatía en aquellos rostros de los hombres que se creían superiores y llenos de poder contra la chica, por eso ellos no habían mencionado ni la más mínima palabra hacia aquella pequeña chica que se encontraba frente a ellos en total silencio, mientras aquellos que se suponía que debían mostrar algún tipo de ayuda o de auxilio hacia su nueva jefa, tal vez aunque fuese tal vez un poco de respeto y con ellos hablarles del estado actual de la empresa.Pero era todo lo contrario, estos se mostraban renuentes a ser colaboradores con ella, de hecho casi todos en el lugar lo hacían, cada empleado del lugar la observaba como una invasora como alguien que no debía estar allí, como alguien que no era más
--Ahora debes explicarme lo que está sucediendo, porque la verdad es que no estoy entiendo nada --Valentinne había hablado llena de exaltación, algo que había dejado un poco apenada a Irina, quien estaba frente a ella.--No es culpa mía, pero ahora yo me encargaré de ayudar a la señora mientras ella logra que su empresa rinda los frutos que necesita para ser digna como usted lo desee, son las órdenes de mi amo, no puedo negarme... -- Valentinne no podía creerlo.Adrien era un completo loco, no podía enviar a Irina a ese lugar cuando ella estaba siempre a su lado, ellos eran un complemento, por esa razón el hecho de que enviara a Irina a su lado no solo era una locura, era una completa estupidez, ella no podía permitir que Irina estuviese allí como su asistente, además de que aquella había llegado con una pequeña chica de cara muy bonita y esta dejaba unas car
Una caminata fuerte y la admiración de todos en el lugar era más que notaria, el hombre se robaba todas las miradas conforme caminaba, no había duda que Adrien Leroux, era el hombre que solía ser el sueño de toda mujer que podía llegar a ver, era atractivo, fuerte y muy rico, era todo un sueño, pero solo había un gran problema con Adrien Leroux y ese es el hecho de que este se mostraba amargo, grosero y altanero con todos, era un hombre al que no querías tener cerca, era un hombre que si tenías la osadía de acercarte solamente un poco debías sufrir las consecuencias de su desprecio, pues aquel hombre solo mostraba que nadie podría siquiera llegar a pensar en respirar su mismo aire.Pero había alguien más, una persona que no sufría de aquellas consecuencias de las que se habían mencionado recientemente, una chica de cabello negro y ojos oscuros que se mostraba
Él estaba de mal humor, era más que claro de que Adrien no tenía humor en ese momento, más al ver al hombre que estaba frente a él y la cara de su abuela llena de vergüenza, porque al parecer no pudo hacer mucho para evitar lograr que aquella mujer que lo había criado fuese más astuta y pudiese negarse a los caprichos de aquel odioso ser, pero también sabía que su abuela había hecho mucho esfuerzo con mandarlo lo más lejos posible de él cuándo era un niño o incluso ahora.Aunque se preguntaba una y otra vez como había hecho ella para tener la fuerza suficiente para exiliarlo después de la muerte de su madre, aunque ahora su padre parecía estar renuente a irse de inmediato, por lo general llegaba cada fiesta del año y se iba de inmediato, siempre Adrien hacia lo posible para ignorarlo, como no ir a aquellas fiestas en las que soportaba regañ