Valerie Ghill.─ Ya debo irme, ─ murmuré huyéndole a sus labios, levantándome ─ No te resistas, no vale la pena, no se puede salvar lo que ya se ha perdido, ─ murmura retirándose del escritorio, tomo las llaves y mi bolso. ─ Nos vemos mañana, para finalizar la decoración del evento, ─ murmuro y él asiente. ─ Estaré en la empresa unas cuantas horas, ─ informa, ambos salimos hacia el estacionamiento del centro comercial, como siempre él, me acompañó hasta mi vehículo besando mi cuello. En mi casa, todo seguía igual, yo solo cumplí con la misma rutina, con mi sexi lencería me dirigí al balcón de mi alcoba, no me apetecía estar al lado de mi esposo, él desde hace días se había dado cuenta del cambio de mi guarda ropa; se sorprendió cuando notó que no la utilicé para seducirlo, como sucedía cada vez que cambiaba mi guardarropa. Jugábamos, reíamos, nos comíamos el uno al otro y culminábamos en una buena sesión de sexo duro, sabroso y gratificante, lo contrario a lo que está sucediendo a
─ Comeré con el personal, ─ le indiqué.─ Tú lugar es este, ─ mencionó sin hacerme caso, últimamente esa era su forma de actuar. La degustación pasó sin problemas, todo estaba exquisito, después de eso, grandes mesones fueron surtidos con aperitivos y con los leñadores al lado, encendidos para mantenerlos calientes, de allí salían pasapalos a cada mesa del jardín hasta para las más alejadas.Cómo a las dos de la madrugada, escuchamos un gran chapuzón en la piscina. Franchesco y yo, levantamos la vista observando hacia el lugar. ─ ¡Rayos¡ es Marcelino, ─ protestó mi cliente. Me había presentado ante tantas personas que no recordaba quien era Marcelino, ambos nos acercamos a la piscina junto con dos hombres del personal contratado. El tal Marcelino, estaba saliendo de la piscina, escurriendo el agua por todos lados, dos chicas se carcajeaban burlándose, una de ellas, se acercó a rodear el brazo de Franchesco, con mucha confianza y coquetería. ─ Puedes creer que nos estaba enamo
Valerie Ghill.─ El señor Franchesco se retiró y los invitados que quedaban se despidieron, ─ mencionó uno del personal contratado y yo, solo asentí.─ Tomen sus cosas, ya se pueden retirar. Mañana se ordenará todo para dejarlo como estaba, ─ les informé, volví a ingresar a la mansión, tomé mis cosas de la habitación asignada y salí apresurada de ee lugar. En el camino, solo iba pensando en lo sucedido, en lo caliente que todavía estaba. Llegué a mi casa, todo estaba silencioso y oscuro, subí hasta mi habitación, entré con cuidado para no despertar a Samuel, para mí sorpresa la habitación se iluminó y...Observé mi cama vacía. Samuel, estaba en una esquina de la habitación, se notaba furioso, quizás era por las llamadas y mensajes no respondidos, me dio igual, dándole una pequeña explicación que en realidad no se merecía. Él, se quedó observándome de pies a cabeza sorprendido, recordé las palabras de Franchesco, sobre lo de parecer una diosa y como tal me comporté, desvistiéndome a
Valerie Ghill.Le permití el acceso a su beso, correspondí a la caricia de su pene, frotando mi pelvis, el sonido de su jadeo, me recordó al que escuché en su consultorio, mi pecho se estrujó mucho más con ese pensamiento, las palabras que deseaban salir me ahogaron.─ ¿Cómo puede estar tan tranquilo, después de engañarme de esa forma? ─ Me pregunté ahogando mi dolor. Samuel, se hundió en mi interior, moviéndose de una manera lenta y tortuosa. Mis caderas correspondieron siguiéndole el ritmo, sus labios recorrieron mi cuello, entre besos húmedos, hasta llegar a mi oído.─ Te amo, mi amor. ─ Repitió y allí fue cuando no aguanté más, mi corazón lastimado se resistió a seguir con la falsa, mis lágrimas se desprendieron, ocultando mi rostro en su cuello.Samuel, me abrazó con fuerza intentando buscar mis labios, pero yo, estaba hundida desbordando mi dolor, no podía parar mis lágrimas. La chica fuerte, que un día cacheteó a Maximiliano y a Gianna, cuando los descubrió, ya no existía
Ashley Freetman─ ¿Ashley? ─ La voz de mi tía Ivanna, nos sorprendió a ambos separándonos. Los dos giramos observando a mi tía Ivanna, con su rostro demasiado sorprendido. Su mirada se paseó de mi rostro al rostro de Noah, mirándonos fijamente. El rostro de mi tía, cambió de la sorpresa a la seriedad y luego a la ¿Furia?─ Tía, ─ sonreí sabía que lo de Noah, sería una sorpresa para todos, pero tampoco era para esa cara de tragedia, que tenía mi tía Ivanna, en ese momento.Noah, llevó su mano a mi cintura en señal de apoyo.─ Buenos días, Ivanna. ─ Musitó Noah, sin dejar de observar a mi tía.─ Sé que debo darles una explicación y pienso hacerlo esta noche ─ mencionó Noah .─ Te das cuenta de lo que esto significa, ─ mencionó mi tía preocupada, sin desprender la mirada de Noah.─ Se perfectamente lo que significa, Ivanna. ─ Mencionó Noah.─ Creo que no, Noah. No entiendo como pudiste hacernos esto, ─ mencionó mi tía, ahora disgustada.─ Tía, yo estoy aquí, por favor, no sigas at
Ashley FreetmanEl almuerzo culminó, levantamos la mesa y nos dispusimos a lavar los platos que habíamos ensuciado, a los diez minutos, llegó Jaime y hasta allí duro la ayuda de Samantha.Mis dos hermanos y el vecino, se dispusieron a salir al jardín, cada uno con su Tablet.El timbre de la puerta sonó y a los tres minutos mi tía Valerie, hizo acto de presencia. Venía con su teléfono al oído hablando, dando indicaciones para que todo quedase listo. La observé con una sonrisa, guiñándole un ojo, sonrisa que se desapareció al verla.Había perdido peso, tenía ojeras, aunque esto sería por el trasnocho de anoche, con el evento. Pero sus ojos, estaban apagados y tristes y eso no era por el evento. Solo estaba confirmando lo que había pensado durante todo mi viaje. Algo le estaba sucediendo a mi tía Valerie, porque hasta la efusividad que siempre la mantiene activa, parecía estar en stop. Es decir, receso.─ Hola pequeña, saludó mi tía Valerie, acercándose hasta mi lado y besando mi mej
Ashley Freetman─ Samuel, tiene una amante, ─ soltó de pronto tía Valerie.Se me cayó el cuchillo con el que estaba cortando las verduras. Tía Ivanna, giró su cabeza mirando a mi tía Valerie sorprendida, pero a mi tía Abigail, no le tomó por sorpresa.─ ¿Estás segura? ─ Preguntó tía Ivanna.─ Ya lo comprobé, es su asistente, ─ soltó la otra bomba tía Valerie y esta vez a mi tía Abigail, se le cayeron las flores de las manos.─ ¿Su asistente? ─ Preguntó ahora la pelinegra.─ Sí, su asistente, ─ respondió narrando a continuación, como lo había descubierto, contándonos también los meses que lleva sospechándolo.Recordé que yo, había notado que se la mantenía con su teléfono y una sonrisa tonta en su rostro. Esto me parecía algo insólito, no me imaginaba a los hombres de mi familia siendo infieles, mucho menos mi tío Samuel. Observé a mi tía Valerie, varias veces nos habían dicho que teníamos algún parecido, claro está, ella era mi tía, hermana de mi padre, era muy linda, su cabello rojo
Ashley FreetmanNoah, saludó besando mi mejilla, al igual que su padre, quien se notaba preocupado, al igual que mi tía Ivanna. Bill, respiró profundo, culminando de ingresar a la casa. Jaime, no estaba con ellos, pues había llegado más temprano y se había reunido con los chicos, nuevamente en el jardín, que al parecer, habían dejado sus juegos en pause para arreglarse.─ Recuerda tú promesa, ─ mencionó Noah, en mi oído.─ Después que hables con tú padre e Ivanna, hablamos los dos, ─ siseó y ambos nos observamos. Yo, asentí besando ligeramente sus labios, él sonrió y de allí culminamos de ingresar y pasamos a la sala, luego caminamos hasta el mueble dónde estaban tía Valerie y Samuel. Mis abuelas, bajaron junto a tía Abigail y sus dos pequeños. El tío Jordan, se levantó ayudarla acomodar los niños en las carriolas de cada uno. La pequeña Jordana, ya estaba aprendiendo a comportarse, la tomé entre mis brazos antes que la llevaran a su carriola. Noah, acarició su cabello, mientra